No al embalse del Cega

Algo se remueve en mi interior cada vez que leo declaraciones del señor Valín justificando un embalse en el Cega para prevenir las terribles avenidas que cada dos por tres arrasan las poblaciones ribereñas.

Santiago Sanz, ribereño del Cega

Lleva tiempo este señor ansiando su construcción así como otras en su afán de artificializar cada cauce y las crecidas de la pasada primavera le han venido al pelo. Contempla nuestros ríos solo como canales y el agua como un producto al que hay que sacar el máximo rendimiento. Dichas avenidas no fueron las mayores que se conocen y los daños que ocasionó fueron en viviendas construidas en zona históricamente inundable, donde jamás se tuvo que permitir construir y mucho menos viviendas familiares. De todos modos, ese riesgo está ya solventado mediante los típicos dragados y escolleras y muros de contención que han dejado el río escondido de la vista del ciudadano, cual apestado. Al menos todo el dinero gastado en las obras ha sido con ese fin. Pero estoy seguro que el presidente de la CHD sabe que las avenidas son beneficiosas para los ríos, así lo aseguran los expertos en biología y ecología, la comunidad científica a quién debería escuchar más y menos a los ingenieros, constructoras y economistas. Que los ríos son entes vivos y no se les trata así, sino todo lo contrario. El Cega es uno de pocos que quedan libres de embalses, naturales, pero parece que eso no interesa sino el agua que “se pierde” con cada crecida. El problema real de este río es su sobre explotación, y de eso el señor Valín no se ocupa. Que en verano baje seco porque le aspiran todo el caudal (poco, como es NATURAL  en el estiaje) no le importa. Si acaso, solo para justificar aun más el embalse. Que se contamine y se mate su comunidad piscícola como ocurrió en 2012 no es importante, ni que se ocupe ilegalmente su cauce, solo las “amenazadoras” avenidas. Vivir bajo la dictadura del dinero es lo que tiene.