A vuela pluma: Reflexiones internas en el entorno de Escocia
Todo el mundo nos dice que nada tiene que ver Escocia con Cataluña, pues la primera fue reino independiente hasta comienzos del siglo XVIII (año 1707) en el que el Parlamento escocés acepta la unión dinástica con Inglaterra, cosa que nunca ha ocurrido en Cataluña.
Teodoro Sanz Rivas, Licenciado en Derecho.
La constitución británica -digamos inglesa- no está escrita en un solo texto codificado, por lo que el Parlamento británico, la Cámara de los Comunes, no tiene el marco y los límites constitucionales que tiene el Parlamento español, y por ende todo el Estado, incluidas las autonomías españolas. No es ésta una cuestión baladí. Ahora son muchos los que claman por la irresponsabilidad del Premier Cameron al autorizar con su mayoría una consulta que ha podido quebrar la unidad del Reino Unido, que tantas y tantas guerras ha costado. No pasará esto en España porque el Presidente del Gobierno se encuentra con un marco y unos límites que no puede quebrantar sin romper su propia legitimidad como gobierno constitucional: la Constitución de 1978. Ni las Cortes Generales pueden romper ese marco sin someterse a los procedimientos de reforma que impone la Constitución. Por fortuna, esto queda claro para el Gobierno, y también para el principal partido de la oposición, si bien éste quiere contentar al tigre ofreciéndole el sacrificio de una reforma constitucional que nos lleve, dicen ellos, a un federalismo que por ahora es una nube etérea de formas y contenidos inaprensibles.
Sin embargo, bien parece que a todos nos importa mucho el resultado. Los partidos nacionalistas han hecho exhibición de su simpatía por la causa separatista escocesa, y los partidos estatales, y sobre todo los gobiernos, Francia y España, y como no el del Reino Unido, han clamado por evidenciar la contradicción que supone querer ser europeos y comenzar por dinamitar precisamente la labor de integración que es lo que caracteriza la idea de Europa. Si se quiere construir Europa no se puede alcanzar esa meta desde la destrucción de los Estados que hoy configuran Europa. Y si de lo que nos hablan es de la Europa de los Pueblos tampoco se entiende que para conseguir la unión de los pueblos el mejor camino sea levantar nuevas fronteras entre esos pueblos, fomentar el odio al inmediato vecino -triste es decirlo pero el nacionalismo siempre se basa en fomentar el odio contra un enemigo al que se echan las culpas de todos los males-, y eso en Europa ha dado lugar a Guerras, a exterminios y a genocidios, algunos bien recientes (Sarajevo , Sbrenica, etc.) cuyo solo recuerdo debiera hacernos temblar.
Y efectivamente, lo diré en castellano parafraseando el adagio latino “soy hombre, y pienso que nada del hombre me es ajeno”, podría decir: Soy europeo y no me es ajeno del todo lo que ocurre en Europa, Escocia incluida.”
Ya dije en un anterior artículo que había dos razones de orden jurídico que hacían inviable la pretendida consulta secesionista propuesta por Mas. Una principal de orden interno, nuestra Constitución que establece que la soberanía reside en la totalidad del pueblo español, y la declara indivisible; y una segunda de orden internacional que es la Carta de Naciones Unidas, y las resoluciones de su Asamblea General que proclaman que el fundamento de la paz mundial radica en el respeto a la integridad territorial de los Estados. Hoy a esto, que sigue plenamente vigente, debe añadirse que nadie tiene derecho a expoliar un patrimonio común del que todos somos titulares. Digámoslo: Cataluña me pertenece como español, al igual que Segovia pertenece a cualquier barcelonés como español. ¿Por qué y con qué derecho se me priva de mi patrimonio histórico, cultural y económico? Y si esto es grave para un ciudadano cualquiera mucho más aún para un catalán o un escocés que se vería enjaulado en su país, obligado a ser extranjero posiblemente en la tierra de sus padres, y privado de ser un ciudadano europeo con libertad de movimientos en la UE, porque la UE es ahora nuestro ámbito territorial común. Esto para los individuos es un retroceso de más de 50 años, pues imagínense lo que eso puede suponer para las empresas, y por ende para los trabajadores. No en vano tanto en Escocia como en Cataluña las más emblemáticas empresas de esos territorios han advertido que se irían de ese territorio si eso supone la exclusión de la UE. He aquí una semejanza. Si sales, sales con lo puesto, y con todas las consecuencias, seas de Escocia o seas de Cataluña. Pero esa no es su intención. El movimiento secesionista en Cataluña está sostenido por una burguesía que quiere y desea seguir en la UE, beneficiarse del libre comercio, pero no aportar ni un euro de todo lo que consiguen con ello, y es más llevarse los impuestos de consumo (IVA) que se generan en cada lugar de toda la Unión donde ellos puedan vender. Quieren hacer del resto de España un territorio colonizado para ellos. Cobrarnos a los demás incluso los impuestos, y quedarse con ellos. Por si aún no se han enterado tomen nota, aunque esto ya está advertido hace mucho tiempo entre otros por el señor Ibarra, siendo Presidente de la C.A. de Extremadura.
Y no vale suponer que la situación es reversible. No lo es, porque la dinámica nacionalista lleva a reclamar permanentemente su “derecho a decidir”, pero conseguido el objetivo la nueva nación y el nuevo poder se proclaman intangibles. Por eso el Premier Cameron y el ex -Premier Gordon Brown, escocés, han advertido que no son unas elecciones más. Y al parecer las advertencias de Brown han surtido efecto, y pese a su retiro es el nuevo héroe británico, pues su apuesta ha sido la unión y la solidaridad entre británicos.
Al final, el NO ha ganado porque ha pesado en la conciencia de los escoceses que los riesgos a asumir eran enormes y muy costosos, y en otros sentir que no hay incompatibilidad entre ser escocés y británico, como no la hay entre ser catalán, español y europeo, salvo para aquellos que su mundo no puede ir más allá de los límites de su pueblo.
No falta quien a cuenta del resultado ya invita a España a seguir el mismo camino de permitir la consulta en Cataluña. Bueno, si lo que proponen es que juguemos a la ruleta rusa, no estaría de más que ellos mismos se la aplicaran en sus propios partidos, y para empezar exigieran a quienes proclaman el derecho a decidir que sea de abajo arriba, y con una mayoría cualificada, y con las cuentas claras de qué costes van a asumir y como van a pagar las inversiones hechas por todos los españoles en ese territorio. Es que para quienes no somos nacionalistas esto es un expolio.
Si esos partidos quieren y desean una consulta, que ganen las elecciones, reformen la constitución, y establezcan una Ley de Claridad para el ejercicio del Derecho de Autodeterminación: conocer y saber las consecuencias inmediatas. ¿Quién es Más para robar la ciudadanía española a los que no quieren ni desean perder su ciudadanía?, ¿con qué autoridad Pablo Iglesias dice que se puede jugar a la ruleta rusa con mi patrimonio histórico, cultural y económico y con mi ciudadanía española y europea? Esto, señores de Podemos, es un atraco, como puede ser un desahucio. A mí, ciudadano español que resido en Cataluña, o no, es un decir obviamente, me expolian de mis derechos, me desahucian de mis derechos, sin que yo reciba nada a cambio. ¿No es legítimo que mi gobierno defienda mis derechos, y no es legítimo que mi gobierno defienda la integridad de su territorio?
También advertí que quien rompe las reglas del juego no puede beneficiarse de ello. Pues bien, como son nacionalistas, incluso los del PSC, nos despachamos con que a quien propone romper la Constitución, y atentar contra la misma, como el coronel Tejero, tal cual lo digo, y además a mayores males quebrar la integridad territorial de un Estado reconocido por la ONU, no falta quien le diga que para contentarle se hará una reforma constitucional que le satisfaga a costa, naturalmente, de dejar convertidos en papel mojado los principios de igualdad y solidaridad interterritorial , y de igualdad de todos los ciudadanos ante la ley . Es un error de principio: es el error de creer que Cataluña o el País Vasco son el patrimonio exclusivo de sus nacionalistas, o incluso de sus habitantes. O es un error táctico: con tal de mantener vivo a un moribundo PSC no dudan en poner en riesgo de destrucción de los principios básicos que informan nuestra Constitución.
No reconozco en esos planteamientos a la izquierda solidaria, internacional, obrera y superadora de fronteras. No reconozco en eso a la izquierda, sencillamente. Tales planteamientos son letales para la solidaridad entre españoles, y constituyen en ultima instancia un argumento que legitima los planteamientos secesionistas: “veis hasta la izquierda reconoce que Cataluña está maltratada”. Pues hay que decir que no, que ese camino es equivocado y provocará un enorme agravio en todas las Comunidades y un abandono a su suerte de aquellas que por sí mismas no llegan a la media de ingresos que le permitan estar en la media de los servicios públicos básicos. Por eso digo que ese planteamiento quebrará incluso el principio de igualdad.
Estos días, hoy mismo cuando escribo estas líneas, pensadores como el historiador Henry Kamen ponen en evidencia la manipulación del nacionalismo catalán sobre la historia de Cataluña y España, sobre la persecución, sí persecución, del idioma común, el español o castellano, y sobre todo del “show manipulado” que realiza el nacionalismo catalán. La diferencia fundamental es que el referendum escocés ha sido legal porque así lo decidió la Cámara de los Comunes, sede efectiva de la soberanía británica. El referendo o consulta que propone Más sobre la secesión de Cataluña es ilegal, y será con toda certeza suspendido, porque así se hará al impugnar la Ley de Consultas, aprobada ayer, viernes por la tarde, ante el Tribunal Constitucional.
En el ejercicio de su soberanía la Cámara de los Comunes autorizó la consulta escocesa. Allá ellos si quieren jugar a la ruleta rusa. No creo que ni Cameron ni ningún otro Premier repita la jugada. Han sudado tinta para mantener la unidad del Reino Unido. Ya se vio cuales son las intenciones de los nacionalistas escoceses: “hemos perdido por ahora.” ¿Debe España, porque lo haya hecho David Cameron, jugar también a la ruleta rusa con su integridad territorial?
Es una gravísima irresponsabilidad dividir a una Comunidad en base a un 51, ó , un 55 % . Esas mayorías no legitiman en nada el expolio, y la división a que se somete a toda la comunidad.
Releo lo escrito hasta ahora, en verdad a vuela pluma, y lo encuentro un tanto atropellado, quizás sin un hilo argumental que hilvane bien las distintas reflexiones, pero quede por todas esta última: me alegro de tener una Constitución, un Gobierno leal a la misma, y por tanto leal al pueblo español soberano; y lamento la crisis de identidad que padece esa izquierda española que con tal de diferenciarse de Rajoy no duda en dar alas a un nacionalismo excluyente.
Lamento que no diferencien lo accesorio de lo fundamental. Quizás un día nos lo expliquen en un Sálvame Deluxe.