Sonríe con cuidado
¡Qué rabia! Sí, me da mucha rabia. Tienes ya todo preparado, bien adornado, con sus detalles y correcciones… cuando de repente, pum. Todo el trabajo cae en picado. Todo lo que hay detrás, hasta que al final sale a la luz la tarea, es muy costoso.
Saúl N. Amado
Te quita tiempo. Tu tiempo. Pero nadie te obliga y es lo que hay, lo haces porque es lo que te gusta y lo que te llena.
No quisiera ser aguafiestas, pero suele pasar que cuanto más empeño y dedicación pones en algo… te acabas dando la torta. ¿Te ha pasado alguna vez, verdad? Siempre va a haber alguien que te critique. Eso, si sale bien. Pero si sale mal… más de lo mismo. Je je, me da la risa ya. Vivimos en una sociedad donde nadie quiere hacer nada por nadie, donde todos queremos que nos lo den en bandeja –bien preparado, claro está– no sea que nos atragantemos con nuestras propias palabras. Y si sale bien –prepárate amigo– te criticarán; pero si el proyecto falla y sale mal –prepárate de nuevo–, la lluvia de críticas y comentarios sucios y hediondos se convertirá en una gran tormenta pasando de una lluvia “agridulce” a una lluvia “ácida” con todas las de la ley –o eso es lo que creemos–.
Pero qué te voy a decir, a mí esto me gusta, no se me quitan las ganas. Es más, cada vez que pasa algo así, aumentan. Unas veces sale a tu gusto y otras al gusto de los críticos –de algo se tendrán que alimentar, pobres carnívoros–.
Así que como hagas lo que hagas siempre te van a criticar, por lo menos haz lo que te gusta. Termino como he empezado: ¡Qué rabia! Pero qué rabia que existan personas así. Con propósitos ofensivos y dañinos, donde la mayor de sus sonrisas es provocada por las penas de otros. Será cosa del siglo XXI y no me he enterado.