LA ASOCIACIÓN ‘LA ROTONDA’ TRABAJA POR LA PERVIVENCIA DE LA TRADICIÓN CASTELLANA EN LA LOCALIDAD
Juan J. Villalba Pinilla
El grupo de danzas La Rotonda se fundó en el año 1983 por un grupo de madres y padres del municipio que buscaron un profesor para que sus hijos pudieran aprender danzas castellanas. Tras varios años como grupo, en 1992 da un salto en cuanto a su organización adquiriendo personalidad jurídica como asociación.
Desde 1983 el número de socios ha tenido sus altas y sus bajas siendo sin duda en el noventa y dos cuando alcanza el mayor volumen de participación. Quizás sea actualmente cuando tiene menor número de efectivos aunque para formar parte de esta asociación no hace falta subirse a las tablas y danzar al son de la música sino que también se puede ser socio de a pie y colaborar en otras facetas de la vida asociativa de este colectivo.
Por lo que respecta a su dinámica de funcionamiento, el grupo de bailes ensaya todos los sábados dirigidas por Rosa María Santamaría, su profesora desde aquellos comienzos, tiene en funcionamiento una escuela de dulzaina que ensaya de la mano del dulzainero local Raúl Llorente y además, desde hace tres años, se ha conseguido formar un grupo infantil que también ensaya un día a la semana y forma parte de un circuito de actuaciones a nivel provincial y que dirigen Sara Velasco y Silvia Sáez.
Por lo que respecta a sus actividades anuales, La Rotonda organiza todos los veranos a finales de julio o primeros de agosto un festival de danzas, y si la economía lo permite, una muestra de oficios tradicionales.
Hay que destacar también que a lo largo de su trayectoria ha obtenido varios galardones a nivel provincial y que como reconocimiento a toda su trayectoria en el año 2013 el grupo fue el encargado de pregonar las fiestas patronales de San Roque de su localidad.
En esa dinámica de fomento de la cultura tradicional que la asociación realiza, una de las novedades que presenta este año el programa de fiestas de San Blas es la sesión de baile popular que se celebrará en la carpa de la Plaza Mayor el día 2, festividad de la Virgen de las Candelas, y que está organizada por La Rotonda.
Si bien esta iniciativa es nueva en un programa de fiestas, donde los bailes tradicionales se reservan a las procesiones delante de la imagen de algún santo, no lo es tanto dentro de la programación de actividades que la Rotonda organiza anualmente. Durante las pasadas fiestas navideñas, y como antesala a esta actividad, una veintena de adultos participaron en un taller sobre esta materia que en dos días distintos, y por segundo año consecutivo, organizó la asociación en la Casa de Cultura de la localidad. El objetivo que se persigue con esta iniciativa es el de introducir en este mundo a quien no tiene ni idea o refrescar los conocimientos a quien tiene alguna noción pero necesita rodaje.
Durante las sesiones, en las que no faltó tiempo para compartir una merienda castellana, los participantes se familiarizaron con los pasos básicos de algunos de los bailes más tradicionales que se practican en la localidad en las diferentes celebraciones festivas como son las de San Blas o San Roque como las entradillas, corridos, jotas, habas verdes o los bailes charros de Zamora. “Vemos que hay mucho afición al flamenco, a la sevillana o a la Feria de Abril y los joteros nos hemos propuesto difundir nuestros bailes tradicionales” señalaba a esta redacción la secretaria de la Rotonda y encargada de impartir estas prácticas, Beatriz Díaz Berlanas, quien espera que poco a poco estas iniciativas sirvan para que la gente se anime a bailar en las procesiones.
Pero como ya se ha comentado el trabajo de La Rotonda no se limita al fomento de los bailes tradicionales sino toda una cultura tradicional que en muchos lugares se está perdiendo. “Creo que entre todos debemos defender nuestras tradiciones y nuestras costumbres y con estos talleres que organizamos damos un primer paso en ese sentido. Yo he nacido en Viana al igual que nacieron aquí mis padres y me han inculcado todos esos valores locales. Queremos que la gente que no ha nacido aquí pero que vive el día a día lo respete, se empape de ello, se involucre, quiera aprenderlo y nos ayude a que perdure por muchos años trasmitiéndoselo a sus hijos. Al fin y al cabo la tradición es lo que nos diferencia de otros lugares” señala Beatriz.