Algo está cambiando
Puede que una vez que ha pasado algo más de media legislatura sea el momento oportuno de analizar las gestiones de un gobierno y los resultados obtenidos. Incluso puede que sea pronto, aunque lo que está claro, y máxime en el caso que nos ocupa y con la hemorragia tan intensa que presentaba la economía española es que hacerlo antes era tontería.
Pueblosycomarcas.com; @PueblosComarcas
Como estamos comprobando, en estos más de dos años se han hecho cosas que han gustado más o menos, se han tomado unas medidas, ya sean económicos o judiciales, que han venido impuestas por organismos internacionales a los que el Estado Español debe lealtad y/u obediencia y que en casos muy concretos han causado un enorme malestar en la sociedad española y otras voluntarias, esas que más tienen que ver con el ideario ideológico del partido que sustenta al Ejecutivo, que incluso están originando un serio debate dentro de las filas populares. Todo esto tiene un coste que se denomina coloquialmente como “el desgaste de estar en el poder”. Desgaste que incluso algunos piensan que es demasiado pequeño para las decisiones que el gobierno de Rajoy, apoyado en su grupo parlamentario, está tomando. Entre los que piensan así se encuentran desde quienes avalaron a Rajoy con su voto aquel 20 de noviembre de 2011 y dicen estar decepcionados por tal o cual motivo a aquellos que como buena oposición tienen que criticar todas y cada una de las decisiones adoptadas por el Gobierno, muchos de los cuales mostraron una incapacidad manifiesta para gestionar los designios es esta gran nación cuando formaron parte del último gobierno socialista. Si los refranes se hicieran realizad en sentido literal, estos últimos tendrían la boca acopetada de moscas.
Todo ello hace que muchos de los que votaron o dicen que votaron al PP en las últimas generales se estén pensando qué hacer en el futuro y sobre todo en los próximos comicios que se avecinan que son las Elecciones Europeas de mayo con el argumento de “sentirse traicionados”. Pero claro, con un único partido de centro-derecha, y alguno pensará que esta afirmación es errónea pues hay más en ese espectro político aunque son de tal ambigüedad que cualquiera se atreve a depositar la confianza en ellos; un PSOE que reniega a renovarse, adaptarse al siglo XXI y lo que es más importante, a reconocer lo mal que lo hicieron en el pasado; una izquierda comunista que se aprovecha de los errores de los socialistas para atraer votos y que sigue teniendo un discurso tan “buenista” como irrealizable para alguien que tiene la responsabilidad de gobernar, pues ya sabemos que una cosa es predicar y la otra dar trigo; y un partido llamado UPyD, que se está convirtiendo en un recogedero de votos de un lado y de otro, liderado por quien salió del PSOE como salió y que quiere estar en la procesión y repicando…pues como que no queda otra que depositar la confianza en quien más la merece aunque en ocasiones no se esté de acuerdo con sus decisiones al ciento por cien. ¡Pero si incluso el viernes León de la Riva pidió a Rajoy que baje el IVA cultural!
Hace cosa de año y medio nos levantábamos un día sí y otro también con grandes incertidumbres económicas y con una Espada de Damocles, llamada rescate en la cabeza. Y por rescate nos referimos a uno de verdad y no al que algún mal intencionado y tergiversador de la realidad asimila a la inyección de liquidez que desde Europa se ha realizado, por poner un ejemplo. Eso es una aspirina frente a la quimioterapia que supondría un rescate de los de verdad. Hoy por suerte, Damocles ha levantado su espada y ya no nos roza el pescuezo: la prima de riesgo está entorno a 200 puntos y el IBEX 35 prácticamente en los 10.000 puntos. Eso significa que las cosas, al menos en lo que respecta a la macroeconomía, pues en otros aspectos sería más discutible, se están haciendo bien y así lo avalan uno y otro día organismos comunitarios, grandes e importantes empresarios e incluso alguien tan poco sospechoso de compartir el ideario popular como el mismísimo presidente de los Estados Unidos. La macroeconomía, es para un la estabilidad de una nación lo que unos buenos cimientos para una vivienda y cualquier mejora en las cifras económicas empiezan por ahí. Desgraciadamente, la ciudadanía no lo está notando esa mejora en las grandes cifras, es cierto, y tardará en ello, e incluso se oye que las familias han perdido poder adquisitivo. También cierto. Pero de todas las crisis económicas que se han sucedido a lo largo de la historia se ha salido con un menor poder adquisitivo en las familias o al menos en el 90% de ellas porque siempre hay alguien que por inteligencia, preparación, picaresca o sinvergonzonería, no sólo no pierde sino que se hace de oro. El principal problema que sigue teniendo la economía española se llama paro y todos tenemos que ser conscientes, más que nos pese, que esa herida aún va a tardar mucho tiempo en cerrarse y nunca la piel quedará tan suave y tersa como lo estuvo en la época del último gobierno popular. Siempre se verá una cicatriz.
Las elecciones europeas serán el 25 de mayo. Son elecciones que generalmente la gente desprecia alegando que no son importantes, pero todo lo contrario. Los partidos lo saben y debido al descontento generalizado que hay en la sociedad española con las castas políticas se van a emplear a fondo en movilizar a sus bases e intentar recuperar las posibles fugas de votantes. A lo largo de este fin de semana hemos tenido un buen ejemplo en Valladolid. Los resultados a día de hoy son inciertos, pero más aun lo son si pensamos en las próximas municipales y autonómicas, y ni que decir tiene, en las próximas generales para las que quedan dos años.El bipartidismo se está rompiendo y la proliferación de nuevos partidos, que antes era más propia de la esfera loca o regional con independientes y regionalistas, se extiende a la esfera nacional lo que preocupa más o menos a los gerifaltes políticos. Al ya citado UPYD se le han añadido partidos y movimientos que a consecuencia de un descontento general o por temas muy particulares como el recientemente creado VOX dan el salto a la palestra. Todos y cada uno de ellos siempre serán bienvenidos, pero si algún día triunfan de verdad, que digan la verdad y cumplan con sus compromisos, cosa que por unas u otras razones los dos grandes partidos de esta bendita nación llamada España no han hecho siempre. De lo contrario, les pasará lo mismo que a sus partidos padres, y para muchos votantes, quedarán desprestigiados por segunda vez.