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Los productos del cerdo, motivo de convivencia en Torrelobatón

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La localidad celebró el pasado sábado, 25 de enero, la octava “Jornada de exaltación de los productos de la matanza”. Torrelobatón es conocido sobre todo por su castillo y por su vinculación a los Comuneros, pero allí han ocurrido otros importantes episodios históricos y alguna que otra curiosidad.

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Cualquier causa es buena para sentarse en rededor de una mesa y compartir, además de una buena conversación, unas buenas viandas. Si hay un animal que ha servido de base a la elaboración de infinidad de productos que han llenado los fogones y las despensas de los hogares de los pueblos de toda la geografía nacional, ese ha sido el cerdo. Como dijera el refrán, en habiendo vino, aceite y manteca de cerdo, media botica tenemos. En épocas en la que la tradición de la matanza tradicional se está perdiendo, y en la que las creaciones de lo que ahora se ha dado en llamar Alta Cocina, parece que eclipsan a los platos tradicionales, muchos son los pueblos que muy acertadamente se resisten a perder su esencia y siguen promocionando lo más autóctono y profundo de nuestra cultura. Y nuestra gastronomía es una parte esencial de esa cultura. Este es el caso de la localidad de Torrelobatón que el pasado sábado, 25 de enero, organizó una nueva jornada, y ya van ocho, de exaltación de los productos de la matanza. No se trataba de mostrar como se desarrolla la matanza, pues desgraciadamente, y esa es una opinión del que escribe, la pusilanimidad y la tontería han hecho que sacrificar y estazar un gorrino en público esté menos que penado con la cárcel, sino de compartir una comida, con tus vecinos del día a día y con algún añadido de fin de semana, a base de los productos de este animal. Aún cuando el momento de degustar tan suculentos manjares como unas patatas con costilla, unas jijas,  salchichas, chorizo, torreznos, morcilla y lomo adobado es muy importante, no lo es menos el rato en el que se elabora el menú y en el que un grupo de señoras ataviadas con unos delantales o mandiles, que dirían los mayores del lugar, trabajaron para dar de comer a tanto comensal como nos resaltaba Natividad Casares, alcaldesa de Torrelobatón, que estaba entre ellas.  “La colaboración del pueblo es total en la organización de este acto –señalaba Casares- pues aunque somos los mayores los que preparamos el menú, no es menos cierto que tras la comida, son los más jóvenes los que echan una mano muy grande para recoger y dejar todo limpio”. Suele pasar que en pueblos con menos recursos es donde la participación y el compromiso de los vecinos suele quedar más patente. Tras la comida, la tertulia y el café, llegarán otras actividades lúdicas y culturales que harán que la jornada se alargue hasta pasada la una de la madrugada.

Torrelobatón y sus circunstancias

Natividad Casares, rige los designios de Torrelobatón desde 2007, y como suele suceder en los pueblos pequeños, pues de un padrón de 490 habitantes estamos hablando, es alcaldesa las 24 horas del día y cuando no está despachando con el secretario municipal, del que disponen cinco días a la semana, asuntos administrativos, trabaja para solucionar cuantas demandas o problemas le plantean sus vecinos.

En palabras de Casares, Torrelobatón es uno de los pueblos en los que se han ejecutado más obras de urbanización y mejora. Como prioridad a corto plazo está la necesidad de arreglar una grieta que ha aparecido en su monumento más insigne: su castillo. Aunque la primera edil se ha puesto en contacto tanto con  la Diputación como con la Junta de Castilla y León y obtener ayuda a la hora de acometer la reforma, hasta el momento no ha obtenido respuesta positiva. “Nos dicen que es una competencia municipal, cuando nosotros no tenemos la capacidad económica para arreglarlo. Además, hay que tener en cuanta que se trata de un edificio que está catalogado como Bien de Interés Cultural. También llevamos muchos años queriendo mejorar la explanada de acceso al castillo y este año lo vamos a acometer porque tenemos un gran castillo con una gran relevancia histórica vinculada a la historia de los Comuneros, pero los accesos están fatal. Además, en la zona de la piscina y el frontón, tenemos una pista que tenemos arreglar porque está en muy malas condiciones y además queremos construir una cubierta. Poco a poco queremos construir un polideportivo.  

Gracias al castillo, y al Centro de Interpretación de los Comuneros al que alberga, Torrelobatón es un municipio muy visitado “sobretodo gracias al Ayuntamiento y al esfuerzo de la técnico de turismo que no sólo desarrolla su labor profesional en el interior del castillo mostrándoselo a los visitantes sino que además se está encargando en promocionarlo contactando con ayuntamientos u oficina de turismo o desplazándose fuera de su horario de trabajo a dejar publicidad a ferias y eventos de otros lugares.

Además de todo lo relacionado con los Comuneros, pues fue el último lugar donde Bravo, Padilla y Maldonado dejaron huella, tras partir rumbo a Toro el 23 de abril de 1521 y ser alcanzados en Villalar, donde fueron derrotados y ajusticiados, Torrelobatón o su castillo han sido escenarios de otros episodios históricos como el matrimonio entre Juan II de Aragón y Juana Enríquez, hija del Almirante de Castilla, Fadrique Enríquez; de esta unión nació Fernando el Católico.  Además, en una vieja casa que aún se conserva, nació el Beato Bernardo Hoyos, a cuya canonización, si se produjera pronto, afirma la alcaldesa que se llevaría a todo el pueblo a Roma. Y algo que pocos saben al entrar en el castillo, pero que descubren con gran entusiasmo una vez que se encuentran recorriendo sus dependencias, es que el castillo y sus alrededores fueron algunos de los escenarios naturales que el director de cine Anthony Mann usó en 1961 para graba la película El Cid. Del castillo de Torrelobatón salío Charlton Heston a lomos de un brioso corcel en una de las escenas más importantes del film. Cientos de lugareños participaron como extras en el rodaje y aún recuerdan la figura del actor norteamericano. Además, y por terminar con la parte más histórica, y como señala la alcaldesa, “aunque es algo poco estudiado, el municipio fue sede de una comunidad judía. Por todo esto quiero invitar a la gente a que acuda a visitar nuestro pueblo”.

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