LA ETAPA REINA DE LA VUELTA A VALLADOLID CORONA A MARIO APARICIO
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Mario Aparicio (MMR) dio una lección de coraje para coronarse como campeón de la XXVII Vuelta a Valladolid Promoción júnior, organizada por el Velo Club Delicias. El joven ciclista del MMR cogió la responsabilidad de responder a todos los ataques de sus rivales y encabezó el pelotón en todas las ascensiones, siempre atento a cualquier demarraje de sus rivales. Así, tras 100 kilómetros y cuatro espectaculares puertos: el Alto de Renedo, La Garganta y el Alto de Portillo, que se subió dos veces por perfiles diferentes, el joven corredor del MMR pudo enfundarse el maillot amarillo.
Con salida y llegada a la Plaza del Carmen del popular barrio de Las Delicias, la carrera iba a ser una partida de ajedrez entre el Polartec y el MMR por la victoria final de la a XXVII Vuelta a Valladolid Promoción júnior. Porque el belga Álex Vandenbulcke (Polartec) estaba a tan solo dos segundos del maillot amarillo, Mario Aparicio (MMR). Además, su compañero de equipo, Pelayo Sánchez (MMR), también peleaba por el podio con el colombiano Óscar Guzmán (Arcabuco).
El pelotón llegó compacto al Alto de Renedo, con un alto ritmo impuesto por el MMR, el equipo del líder, que estaba dispuesto a controlar la carrera. El único ataque fue el de los colombianos del Arcabuco Luis Rojas y Óscar Guzmán, que saltaron del pelotón para puntuar en el premio de la montaña, pero que frenaron nada más coronar. Pero había ganas entre los ciclistas y Salvador Valderrama (Academias Moreno) lo intentó nada más finalizar la bajada, pero el pelotón iba lanzado y tras abrir una pequeña ventaja de 11 segundos vio como la serpiente multicolor le neutralizaba para llegar todos juntos a Tudela de Duero. El MMR trataba de controlar la carrera, pero el resto de equipos estaba dispuesto a dinamitarla y los ataques se sucedían, aunque el terreno llano favorecía que el pelotón pudiera anularlos.
El Polartec se puso en cabeza al comienzo de la primera parte del Alto de Portillo, conocida como El Sombrío. Mario Aparicio y Pelayo Sánchez marchaban justo por detrás de los Polartec, que querían endurecer la carrera para Álex Vandenbulcke. Pero Mario Aparicio aguantaba siempre en las primeras posiciones del pelotón. A pesar del alto ritmo, la subida no marcó diferencias entre los favoritos y el pelotón conservó a gran parte de los ciclistas, que bajaron la velocidad en el llano antes de la ascensión a La Garganta, tercer puerto de la mañana.
Y cinco kilómetros antes de que empezara la subida, el venezolano José Andrés Díaz (OID Cycling Team) protagonizó un fortísimo demarraje para sacar veinte segundos de ventaja. Pero el pelotón, con el MMR y el Polartec muy atentos a cualquier ataque, neutralizó la escapada cuando empezó la parte más dura del puerto. El grupo se estiró para partirse en diferentes grupos, aunque los favoritos se mantuvieron en la cabeza de carrera, donde empezó a tomar posiciones el equipo colombiano del Arcabuco. Con el maillot de la montaña asegurado para Óscar Guzmán, los escarabajos marcaron ritmo para dejar el pelotón solo con la mitad de unidades en el kilómetro 70, justo antes de que empezara la segunda subida al Alto de Portillo, la última ascensión de la etapa.
Guzmán (Arcabuco) atacó a escasos metros de la cumbre para abrir un pequeño hueco junto a Javier Fernández (Arte en Transfer), Abner González (Bathco) y Jeisson Casillas (Bathco). La cabeza de carrera amplió su diferencia a 12 segundos sobre el pelotón, donde marchaban los tres primeros de la general. El colombiano, que estaba a 24 segundos del líder, quería también el maillot amarillo. Ahí, a diez kilómetros para la meta, empezó una lucha entre Guzmán, el MMR, encabezado por el líder, Mario Aparicio, y el Polartec, con Álex Vandenbulcke (Polartec). El colombiano apretaba en cada repecho para abrir aún más unas diferencias que oscilaban constantemente sobre los diez segundos.
Con Álex Vandenbulcke (Polartec) más arropado por su equipo, el final de carrera se convirtió en un legendario duelo entre el líder, Mario Aparicio, y el colombiano Guzmán, que buscaba el podio y el liderato. El maillot amarillo demostró una fe inquebrantable y aguantó el ataque de Guzmán colocándose en cabeza y tirando del pelotón hasta atrapar al colombiano cuando solo quedaban tres kilómetros a meta.
El Polartec entendió que la general estaba perdida y preparó un esprint para que Juanjo Rosal ganara la etapa el día que Mario Aparicio y su coraje se coronaron como campeones de la XXVII Vuelta a Valladolid Promoción júnior.