Los Ferrero de Aldeamayor celebraron el pasado sábado su día de convivencia
El pasado sábado se reunieron en la ermita de Compasco unos cincuenta miembros de la familia FERRERO de Aldeamayor. La tradición comenzó en 1997 cuando decidieron hacer un encuentro anual en plan festivo ya que muchas veces el encuentro era con ocasión de los funerales de alguien de la familia.
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Este encuentro lo denominan “La Ferrerada” y van ya 17 ediciones. Habitualmente este se celebra en la ermita de Compasco con Misa participada por todos ya que a las posibilidades que ofrece el coqueto templo para la celebración de este tipo de encuentros se añaden las opciones de esparcimiento del entorno que son aprovechadas sobre todo por los más pequeños de la familia.
Toda buena celebración, y ésta no podía ser menos, empieza con la misa que en este caso y como ellos mismos señalan se inicia a la “Hora Ferrero” y que cada año viene siendo oficiada por el fraile carmelita y colaborador de esta web, Celso Prieto Bermejo. En ella se reza por los difuntos de la familia, y además sirve para recordar a los más jóvenes la historia y origen de la familia. El año pasado este encuentro se celebró en el pueblo zamorano de Maire de Castropoce, cerca de Benavente, de donde procedía hacia finales del siglo XVIII Santiago Ferrero, hijo de Santiago Ferrero de Maire y de Josefa Pichel, natural de Nogarejas; Santiago casó con Cecilia Alonso natural de Serrada. Después vinieron Pablo Ferrero, de la Pedraja, casado con Manuela Gómez de Aldeamayor. Y después Marcelino Ferrero, nacido ya en Aldeamayor, casado con Manuela Santos, natural de Cogeces de Íscar. Después vino Valentín Ferrero casado con Cristina Prieto y de ahí la saga ya conocida de todos los ferreros actuales.
Y si la misa es el inicio, la mesa es la continuación más apropiada. Como entre tantos miembros de la familia no faltan los oficios más dispares, y varios de ellos dedicados al gremio de la restauración, pues la fiesta es más completa. En estos diecisiete años se ve el movimiento demográfico de una familia, los que se fueron en estos años y los que van llegando llenos de vida. Que al menos los más jóvenes sepan continuar la tradición. Por cierto, ya se celebra este año la segunda edición de la reunión de los Ferreros más jóvenes o Ferrerada Junior 2013. Además de encontrarse con La Ferrerada de los mayores celebran en noviembre su particular encuentro.