Rodríguez, ponte el traje y atiende a Teresa
Aunque de pasada, en nuestro editorial de ayer ya aparecía la figura del Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, por la insinuación el pasado miércoles de que Teresa Romero podría haber mentido en cuanto a las circunstancias de su contagio.
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Tras estas polémicas declaraciones, y tras el revuelo que produjeron, Rodríguez matizó sus palabras intentando rebajar la tensión, pero hete aquí que ayer por la mañana aparece en el programa de Ana Rosa afirmando que "para explicar a uno como quitarse o ponerse el traje no hace falta un máster”. Además, todavía se permitió empeorar lo anterior menospreciando a la auxiliar añadiendo que “indudablemente unos tienen una mayor capacidad de aprendizaje que otros". En su soberbia, el consejero ignoraba además que el personal debería recibir una formación extra para enfrentarse a una situación desconocida de alto riesgo. Una formación que en África, por ejemplo, llega a dos semanas, mientras aquí se hizo un cursillo de 20 minutos, según han indicado algunas fuentes. Como ha explicado en diversos medios el doctor Jota Echevarría, que trabaja en Sierra Leona, "la colocación correcta del traje (PPE) lleva unos 10 minutos, y la retirada del mismo es un proceso de unos 20 a 25 minutos donde se siguen estrictamente unos pasos ordenados y bajo la supervisión de dos personas: una, continuamente desinfectando con espray; y otra, recordando los pasos que hay que seguir". Para colmo de chulería y bajeza moral, a lo largo de la jornada el señor consejero se permitió decir que como como es médico y “tiene la vida resuelta”, si tiene que dimitir dimitirá.
Las relaciones ante toda esta serie de exabruptos no se han hecho esperar. Los portavoces de sanidad de todos los grupos parlamentarios y las asociaciones profesionales de enfermeras hayan reprochado a Rodríguez sus declaraciones sobre si la auxiliar de enfermería había mentido sobre su estado de salud. Incluso representantes del PP, su propio partido, le han desautorizado. Queda claro que este señor se tiene que marchar pero no ahora. Ahora, al igual que todo responsable de la cadena sanitaria tiene que permanecer en su puesto hasta que se aclare cuáles fueron los fallos, quienes los cometieron y qué grado de responsabilidad tiene cada uno. Pero a Rodríguez, médico con la vida resuelta, habría que darle un curso de no más de cuarto de hora, dado lo espabilado que nos ha salido, para que aprendiera a ponerse el traje y encargarle la atención de Teresa. Que demuestre su capacidad y sobre todo valor. Además, habría que ponerlo un bozal que impida que siga removiendo la pecina con sus exabruptos y cargando las tintas sobre una persona que, no olvidemos, es la máxima perjudicada de toda esta tragedia y está al borde de la muerte.