VARAS Y HACHONES ENCENDIDOS ESCOLTAN A SANTA ÁGUEDA EN SU PROCESIÓN POR LAS CALLES DE BOECILLO
Juan J. Villalba Pinilla
Decenas de vecinas de Boecillo salieran a la calle en la jornada de ayer, 5 de febrero, para celebrar a la patrona de las mujeres, Santa Águeda. Se trata sin duda de una de las festividades más arraigada y tradicionales del medio rural y en la que como suele ser habitual, muchas de las participantes salen ataviadas con trajes regionales.
El día comenzó con una misa en la Iglesia Parroquial de San Cristóbal que estuvo presidida por el sacerdote David Prieto que, revestido de ornamentos rojos como corresponde a las ceremonias oficiadas en memoria de los mártires, aprovechó su homilía para recordar aspectos de la vida de Águeda de Catania, doncella del siglo III y ejemplo de virtud cristiana a la que el procónsul de Sicilia, Quintianus, ordenó se le cercenaran los pechos, símbolo de la feminidad, en venganza por su rechazo. De ahí que en la iconografía popular se represente a esta santa sosteniendo una bandeja o plato con sus senos cortados.
Tras la misa, a la que también acudió la alcaldesa de Boecillo Ángeles Rincón Bajo, dio comienzo una procesión que llevó a la imagen de esta virgen por las calles de la localidad con el sonido de las piezas tocadas por los Dulzaineros del Valle de Laguna de Duero como fondo. Como ocurre en muchos lugares, algunas de las participantes portaban las tradicionales varas de la cofradía en honor de la santa mientras que otras, marchaban con hachones encendidos, rasgo característico de muchas de las procesiones de la localidad y que ya no se ve en todos los sitios.
Los tradicionales refrescos y comidas de hermandad pusieron el punto y final a lo programado.