Miles de aficionados desafiaron a las inclemencias en el encierro del sábado en Traspinedo
El festejo se alargó durante casi dos horas debido a la negativa de una de las reses de entrar a toriles. No hay hubo que lamentar ningún percance de gravedad salvo los varetazos leves que sufrieron dos participantes.
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Por décimo año consecutivo Traspinedo fue fiel a su cita taurina de la festividad de San Martín de Tours. Miles de aficionados llegados de numerosos puntos de la geografía provincial, regional e incluso nacional, llenaban las calles y la plaza de palos del municipio a la espera de que a las cuatro y media de la tarde, y tras los pertinentes avisos de los cohetes, se abriera el cajón instalado en la Plaza del Rollo y saliera ‘Engreido’, primer ejemplar de la tarde. El de Hermanos Martín Alonso, que minutos antes de la hora señalada se había empleado a fondo dentro del cajón arremetiendo contra las tablas y generando algo de confusión entre el público, salió como una exhalación y tardó alrededor de cuarto de hora en llegar a la Plaza de la Fuentecilla donde tras ser recibido por algún cortador, golpeó con ganas contra los burladeros de la zona frontal de la entrada al coso y se entregó con bravura a los muletazos de un par de aficionados. La lluvia que ya empezaba a caer y sobre todo las condiciones adversas del piso no permitieron el excesivo lucimiento de las decenas de cortadores que le rodeaban y que esperaban su oportunidad para mostrar su técnica frente al morlaco.
Tras la entrada en toriles de ‘Engreído’ y con un encapotado cielo que ya comenzaba a descargar agua en abundancia sobre la localidad, salió de chiqueros el segundo de la tarde de nombre Fragor –de la ganadería de Aldeanueva- que dio buen juego por las enrevesadas calles del encierro traspindejo junto al primer ejemplar y a los bueyes que se le unieron minutos después. El festejo se alargó durante dos horas puesto que uno de los dos animales se resistía a entrar a toriles.
No hay hubo que lamentar ningún percance de gravedad sino únicamente los varetazos que sufrieron dos participantes en este décimo encierro de San Martín cuyo ganado fue adquirido por el Ayuntamiento a la empresa taurina Tranco y Reseña.