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JUAN PASCUAL, ESTUDIANTE DE PERIODISMO: “HAY QUE CONTAR LAS NOTICIAS PARA QUE TE ENTIENDA EL NIÑO DE 10 AÑOS Y LA ABUELA DE 90”

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A punto de finalizar sus estudios de Periodismo en la UVA es una de las actuales voces del equipo de COPE Valladolid
Vocación, curiosidad y ganas de aprender son las tres características innatas que, según él, tiene que poser todo buen periodista

Juan Pascual cubriendo un acto durante la pasada edición de INTUR.

Juan J. Villalba Pinilla

El aldeamayorense Juan Pascual Chimeno es una de las voces que usted puede escuchar desde hace unos meses, durante las franjas de programación local, si sintoniza COPE Valladolid.

Con sólo una asignatura pendiente para finalizar sus estudios, más el Trabajo Fin de Grado, este hijo y nieto de periodistas y colaborador esporádico de este medio digital lleva más de un año compatibilizando la teoría que se imparte en la carrera de Periodismo con las prácticas en diferentes medios de comunicación. A su actual experiencia en radio durante los últimos cuatro meses hay que sumarle otros nueve como redactor del Norte de Castilla. Conozcamos algo más de su trabajo.

¿Lo de periodista te viene obligado por tus antecedentes familiares, simplemente es algo vocacional o una combinación de ambas?

Mi familia nunca me ha presionado para ser periodista; siempre me animaron a estudiar lo que yo quisiera. Y hasta el momento de la preinscripción para la universidad, yo siempre había dicho que nunca sería periodista porque era una vida de locos y que iba a ser veterinario. De hecho, orienté mis estudios en el colegio de La Salle hacia las ciencias de la Salud, pero parece que la sangre tiró en el último momento y decidí, por voluntad propia, estudiar periodismo. Muchas veces me pregunto si me equivoqué y posiblemente a lo largo de mi vida haya días que me arrepienta, pero dentro de mí sé que hice lo que realmente me pedía el cuerpo.

¿Qué cualidades tiene que tener un buen periodista?

A mí me gusta distinguir dos tipos de cualidades. Por un lado las que se pueden ganar con el tiempo como la capacidad de redacción, una buena voz para los medios audiovisuales, agilidad al escribir, saber dónde puede estar la noticia o qué es lo importante de una rueda de prensa. Esas cualidades son muy importantes, pero se pueden adquirir. Las que no se adquieren, y son aún más importantes, son las que tienes que traer de casa. Yo las incluyo en tres: vocación, porque si no es imposible aguantar los horarios interminables y la continua falta de disponibilidad para algo que no sea tu trabajo; la curiosidad, un periodista siempre debe tener al menos una pregunta que hacer; y por último las ganas de aprender, que yo ligo a la humildad. En este mundo cada día se puede aprender algo nuevo, incluso cuando crees que lo sabes todo.

¿Qué labor estás realizando actualmente en COPE Valladolid?

Me dedico a la información local y regional. La información que más cubro suele ser la actividad de la Diputación de Valladolid, pero al final acabo haciendo de todo. Eso implica patearte Valladolid, conocer tu ciudad y sus personajes de relevancia, hacer mucho teléfono y hablar con mucha gente, tanto a nivel de Valladolid como de Castilla y León.

Anteriormente estuviste de becario en un medio escrito. ¿Prefieres prensa escrita o radio? ¿Por qué?

Sinceramente, no puedo quedarme con ninguno. Ambos me han aportado muchas cosas, me han enseñado mucho y tienen sus ventajas e inconvenientes. Pero en el futuro no me importaría trabajar para ninguno de los dos. Cada uno tiene su magia.

¿Una máxima por la que te riges cuando das tus informaciones?

La que me han enseñado siempre: tú tienes que ir al fondo de la noticia, profundizar al máximo posible, pero al contarla, tienes que hacerlo para que te entienda desde el niño de 10 años hasta la abuela de 90. El periodista no puede limitarse a contar una noticia, tiene que trasmitirla, tiene que conseguir que llegue a la gente.

De todo lo que has cubierto hasta ahora, ¿cuál es la noticia de la que te sientes más orgulloso?

Ha habido muchas que me han gustado mucho. Por ejemplo, la multitud de textos que he escrito para el suplemento de las fiestas de Valladolid los dos veranos que estuve en El Norte de Castilla, puesto que tenía una libertad total a la hora de redactar. Pero hay un texto por el que recibí muchas felicitaciones y me sentí doblemente orgulloso, porque me gustó mucho cómo me quedó y porque me costó muchísimo escribirlo, posiblemente el que más. Fue un artículo, el primer verano que estuve, sobre las Perseidas. Recuerdo que era una doble página con una ficha enorme, y ni la caja de texto ni la ficha terminaban de llenarse jamás.

En cuanto a la Cope, posiblemente me quedo con el primer informativo en directo que hice. Creo que nunca me había puesto tan nervioso por tener que hablar; los instantes antes estaba casi temblando. Pero se encendió la luz roja y todo desapareció. También me sentí muy orgulloso de mi mismo ese día.

¿Crees que en ocasiones se sacrifica la veracidad de las noticias en favor de ser el primero en publicar?

Creo que ahora mismo, con la aparición de Internet, la inmediatez está más demandada que nunca, y muchas veces dar una noticia el primero prima sobre el contraste de fuentes. Pero, en mi opinión, eso solo pasa con los grandes 'bombazos' informativos. En cuanto al resto de temas de información, incluso los más importantes, se sigue contrastando.

¿Crees que actualmente se tiende al amarillismo?

Creo que hoy por hoy se busca una forma de periodismo que llegue más al espectador, que intenta meterse en cada salón de cada casa a través de la radio, la televisión y el periódico, y mucho más aún si hablamos de Internet. El problema viene cuando ese afán por tocar la fibra más sensible del espectador cruza la delgada línea que hay entre un periodismo que podríamos llamar sensible y el amarillismo. Y esa línea, últimamente, se cruza con demasiada frecuencia.

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