El Partido Castellano (PCAS) critica el pacto PP-PSOE sobre la ley de ordenación del territorio
Según opina el Partido Castellano, la aprobación el martes 24 de Septiembre de la Ley de Ordenación Territorial en las Cortes de Castilla y León, agudiza la fuerte crisis que padece institucionalmente el Medio Rural y los pequeños municipios (el 95% del total) de esta comunidad.
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Según los castellanistas llega muy tarde (tras treinta años de autonomía), no resuelve los graves problemas de gestión de las pequeñas localidades, no vertebra el territorio de una manera moderna y eficiente, no garantiza la calidad en la prestación de servicios públicos, rehuye el debate sobre la financiación municipal, y quedará en papel mojado cuando la nueva Ley de régimen Local del gobierno central, con sus profundos recortes en financiación, competencias y gestión, entre en vigor. Para el PCAS, nuevamente el PP y el PSOE de Castilla y León han demostrado que priorizan la imagen mediática de sus politiqueos estériles en el parlamento regional, a las necesidades urgentes de una ciudadanía asqueada por la corrupción, la falta de alternativas rigurosas y la reforma profunda de un modelo administrativo y territorial caduco.
La Ley Autonómica aprobada constituye, “un tardío ramillete de buenas intenciones, imposibles de implementar con la persistente crisis económica, y será invalidada por la aprobación de la Ley Estatal, actualmente a debate en el Congreso”, manifiestan los castellanistas, que además consideran que “este acuerdo entre PP y PSOE enmascara la incapacidad de los dos partidos para dar alguna solución al mundo rural castellano, maquillando su incapacidad por cambiar la dramática situación del mundo rural”. La lista de fracasos del PP es proporcional a la ausencia de alternativas del PSOE, siempre decepcionantes en Castilla y León. El Gobierno Autonómico actúa erráticamente, incumple sus planes y fracasa en sus previsiones y promesas: Directrices Territoriales (1996), Ley de Ordenación del Territorio (1998), Áreas Funcionales (2000), Plan de Áreas Periféricas (2002-2006), Observatorio de la Población (2006) y Directrices Esenciales de Ordenación del Territorio (2008). La única realidad es el aumento de la despoblación, del envejecimiento y del éxodo juvenil, y los profundos recortes en los servicios al mundo rural.
En esta Comunidad, es un error apostar por un modelo territorial basado en las ineficientes y obsoletas diputaciones provinciales. Para el PCAS, tras veinticinco años de inacción de la Junta, enredada en sus intereses particulares y en las prebendas caciquiles de sus responsables provinciales, el nuevo modelo de ordenación territorial debe basarse en potenciar el municipalismo, en diseñar un mapa de mancomunidades único y en la comarcalización. Tras los desastres regionales de la ordenación financiera, con la desaparición del tejido de cajas regionales, solo nos quedan los recortes en sanidad, transportes, educación y servicios sociales.
Más grave es para el PCAS comprobar que nada se dice a la ciudadanía sobre la amenaza que se cierne sobre los pequeños pueblos y los bienes comunales y públicos. La supresión de las Juntas Vecinales y pequeños municipios será el hachazo definitivo para las áreas rurales más desfavorecidas. El anteproyecto de Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local del Gobierno Central, incluye propuestas demoledoras para la Comunidad de Castilla y León, con desaparición real de las entidades locales menores, y reducción radical de competencias a la mayor parte de los municipios a escala regional. Los castellanistas defienden una ordenación del territorio que respete el patrimonio local, vecinal y comunal, que estimule la vida en los medios rurales más desfavorecidos, que delimite con claridad las competencias de las pedanías y de los Ayuntamientos de las que dependen, algo que la Junta de Castilla y León, todavía no ha conseguido articular.