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EL AVISPÓN Y SU AGUIJÓN… EN CAMPAÑA. CAPTURAS ESCRITAS DE SAÚL N. AMADO

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Niebla y frío en la calle. Llega ese momento en el que una buena manta y un sillón al abrigo de una agradable lumbre son los mejores compañeros para pasar las tardes. Es como si el fuego te cautivase y absorbiese sin dejarte separar la mirada de las llamas penetrantes. Un verdadero placer.

Con mi manta –y desde mi sillón– encendí la televisión y comencé a pasar canales, y más canales… No había nada interesante –por lo menos para mi gusto–, así que decidí coger el ordenador para ojear las noticias.

En la Sierra de la Demanda, a unos cincuenta kilómetros de Burgos, leo que alertan de la existencia del avispón asiático. Me acordé de mi amigo burgalés Julián, tercera generación de apicultores, una magnífica persona que sabe lo que dice y lo que hace. No me quedó más remedio que levantarme de mi sillón para llamarle y tratar esta cuestión de la mano de un experto.

Parecía que estaba esperando mi llamada. Tras los formalismos rutinarios tipo “cómo te va” y “qué tal todo”, le pregunté sobre el avispón y sus consecuencias. “Es una verdadera faena, estoy asustado amigo”. Estuvimos hablando largo y tendido sobre el asunto y, antes de colgar, soltó una frase que me hizo reflexionar: “Ten cuidado, últimamente hay mucho avispón. Sobre todo en campaña”. Y colgó.

Me quedé un tanto desconcertado. No sé qué quería insinuarme exactamente con eso. Pero fue volver a encender la televisión y pude comprender a qué se refería mi amigo burgalés. A un mes escaso de las elecciones, muchos son los que salen a las calles –como el avispón–, acuden a debates televisivos, conceden entrevistas y “se dejan querer” para mostrar que su propuesta es la mejor para toda la colmena. Durante cuatro años no se sabe dónde han estado; quizás en un sillón –como el mío– al resguardo del calor de una hoguera rústica. Hace cuatro años que este particular avispón no aparece por estas lindes, pero en tiempo de campaña… el aguijón está bien afilado dispuesto a picar a cualquier abeja del panal.

Niebla y frío en la calle. El hombre del tiempo lanzó un consejo bastante particular: “si van a salir a la calle, abríguense de pies a cabeza para que no pasen ni las balas je je”. La verdad es que ya no sé si lo dijo para que no pase el frío o para que no traspasen los aguijones de los avispones.

En fin… Nos tendremos que abrigar.

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