Los recuerdos personales y la exaltación de sus orígenes centraron el pregón de Juan del Río-Hortega en Portillo

El acto celebrado en la media noche de ayer supuso el pistoletazo de salida de las fiestas patronales. El recuerdo a sus orígenes, a su familia y a la importancia de los portillanos en el mantenimiento del castillo centran un  pregón cargado de emoción. 

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Desde el balcón de la casa de la villa, mismo lugar en el que Pío del Río, el portillano más ilustre y nominado dos veces al premio  Nobel, saludó a los vecinos de Portillo en 1925 cuando regresó de un exitoso viaje por América para dar a conocer su trabajo se dirigió Juan del Río-Hortega Bereciartu, sobrino-nieto de éste, en el pregón que abrió las fiestas de Santa María La Mayor que se extenderán hasta el día 14 de septiembre.

Antes de que del Río-Hortega Bereciartu iniciara su intervención, fue Pedro Alonso Martín, Alcalde de la Villa, quien se dirigió a los cientos de presentes que llenaban la Plaza de la Villa para presentar al pregonero y felicitar las fiestas a sus paisanos. “Para mí, que le he conocido desde pequeño, es un honor que el pregón de fiestas la pronuncie Juan del Río” aseveró Alonso.

Del Río-Hortega, tras saludar a los vecinos del pueblo de Portillo y “de su Arrabal”, agradeció a la corporación y especialmente al alcalde el haberle otorgado “el honor y el privilegio” de ser el pregonero de las fiestas patronales. Con “absoluta franqueza”, este médico de profesión calificó como “injustificada”  su presencia como pregonero al no contar con “mérito personal alguno digno que destacar” salvo el pertenecer “a una familia nativa de Portillo y Arrabal y mi amistad con muchos de sus ciudadanos”. Empero, el pregonero afirmó asumir la tarea de pregonar estas fiestas “con gusto y honor”. Como justificación a ese origen portillano y arrabalero, enumeró una serie de apellidos propios del lugar y presentes en su familia e hizo mención a sus bisabuelos, Juan del Río y Dolores Hortega, ambos de Portillo, y Esteban Sanz y Primitiva de la Cal, los dos de Arrabal.

Sin querer entrar a narrar aspectos sobre la historia del pueblo “por ignorancia intelectual” pasó a realizar una “reflexión muy personal” sobre el castillo de la villa adquirido por su bisabuelo, Juan del Río, adquirido a finales del XIX. “Antes de la compra estaba en trámite la demolición del castillo para hacer uso de sus piedras y sillares. En junio de 1931, el castillo es declarado monumento nacional probablemente por las influencias de Don Pío, el hijo científico de Don Juan, y bien situado en aquel momento desde el punto de vista político y social en Madrid” señaló el pregonero quien además nombró a personajes de la talla de Pío Baroja o Severo Ochoa como visitantes ocasionales del monumento por invitación de Pío del Río. También recordó como en 1940 el castillo es donado por Don Pío a la Universidad de Valladolid, para la Cátedra de Historia, “a condición de que lo visite anualmente un grupo de estudiantes de no hacerlo así, el castillo pasará a la propiedad del Ayuntamiento de Portillo. Desde entonces, una clase magistral realizada por la facultad de Filosofía y Letras se realiza en el Castillo y posiblemente se seguiría desarrollando entre las ruinas del castillo, ruinas que no son tales gracias a vosotros, exclusivamente a vosotros, ciudadanos de Portillo y a través de la Delegación Local de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, a través de vuestro Ayuntamiento, a través de los actos culturales, medievales y musicales que organizáis a su alrededor, y a través de vuestra querencia por el monumento evitando su abandono  y su derrumbe. Por eso os doy las gracias”.

En una segunda parte del pregón, pasó a relatar aspectos personales de su estancia en la villa durante su infancia y su adolescencia en periodos estivales o festivos declarando que “mi Portillo y mi Arrabal son mi familia y mis amigos. Eso lo tengo muy claro”. A partir de ahí enumeró a personajes que han formado parte de su vida arrancando con su abuelo Julián “quien tras volver de Madrid abrió la botica en 1916”, su abuela Petra y toda su descendencia pasando a citar episodios de su infancia y juventud en los que fue entremezclando sucesos, lugareños, amigos, familia lugares o aventuras tanto en la propia localidad como en los pueblos del entorno. “Aunque el resto del año se desarrollaba en Valladolid, mi padre se encargaba de recordarme mis orígenes y siempre hacía que los fines de semana le acompañara al pueblo para visitar a mi abuela Petra. (…) Mi padre amaba este pueblo y adoraba a sus vecinos. Creo que os lo demostró en numerosas ocasiones. Hoy se hubiera sentido muy orgulloso de verme leer el pregón ante vosotros”.

Para finalizar sus palabras pidió a los presentes que nunca se olviden de sus raíces “porque las vuestras se siguen nutriendo de una tierra fértil de historia, de tradiciones sanas, de cultura, de trabajo y de esfuerzo. En definitiva, raíces que se nutren de vida con gran humanidad y con gran futuro. (…) No olvidéis nunca, por si no lo sabéis -añadió- que hace mucho tiempo una fría mañana allende los mares, un conciudadano vuestro que murió siendo protagonista de la ciencia universal pidió ser enterrado bajo una sencilla losa de mármol, amortajado con la toga de Doctor Honoris Causa de Oxford que sólo estaba prendida de tres de sus pertenencias más apreciadas: la Cruz de la Legión de Honor Francesa, de una bandera de España y una estampa de La Virgen Santa María la Mayor de Portillo”.

Por último deseó paz y vida sana  a los presente, diversión en las fiestas y finalizó sus palabras con unos vivas para Portillo, Arrabal y la Virgen ‘La Morenota, Espejo de los Portillanos’.

Tras el pregón y la correspondiente traca, se celebró una Disco Movida en la Plaza de la Villa. El calendario de actividades de hoy se inicia a las 10:00 con la celebración del primer encierro campero.