RACING DE ALDEAMAYOR: ALGÚN APUNTE HISTÓRICO Y VARIOS TESTIMONIOS
Varias de las formaciones del Racing de sus primeros años (Ester de la Cal y Jaime Bermejo).
Juan J. Villalba Pinilla
Hablar en Aldeamayor del Racing, el antiguo equipo de fútbol, es referirse a una parte muy importante de la historia moderna del pueblo. Es hablar de un club deportivo que dinamizó la vida social y deportiva de la localidad y por el que pasaron, desde su fundación en la década de los sesenta del siglo XX, hasta su desaparición en 1990, decenas y decenas de mozos del pueblo y de algún que otro del entorno que formaron parte de sus plantillas y tantos y tantos voluntarios que ayudaron al equipo como directivos, utilleros, masajistas, etc. También es hablar de tardes de fútbol de domingo en el viejo campo, donde hoy se encuentra el CEIP Miguel Delibes, o en el que se construyó después donde hoy está ubicada la piscina municipal.
De los testimonios aportados a esta redacción por el que fuera directivo y entrenador durante muchos años, Jaime Bermejo, se desprende que el Racing nació entre 1965 y 1967 gracias a la iniciativa de dos vecinos: Alejandro Gómez y Cirilo Villafañe. Poco tiempo después tomarían su relevo Eliseo Martín, Valentín Gómez, Fermín Gregorio y por el propio Jaime como responsables de la Junta Directiva.
“Aunque ningún equipo de fútbol de Aldeamayor había participado nunca en competiciones federadas la afición que había en el pueblo por este deporte era muy grande. Valentín y Cirilo dieron el paso para que se pasara a jugar en esas ligas creando el club” explica Jaime para quien el equipo, afirma, ha sido parte de su vida. Afianza esa última reflexión hechos como que su mujer, Ester de la Cal, fuera uno de sus grandes apoyos en esta tarea hasta el punto de encargarse durante muchos años de lavar las equipaciones de los jugadores. “Yo era una forofa del equipo junto con las mujeres de los otros miembros de la directiva”. La propia Ester recuerda con cuanta intensidad se disfrutó un partido jugado en el viejo estadio Zorrilla ante el C.D. Rueda. Un partido que para todos los que formaban la familia del club “se vivió como algo excepcional”.
¿Qué partido fue ese que pasó a los anales de la historia del club? Como tiempo después nos confirmaría otro de su históricos, Emiliano San Miguel ‘Emi’, se trataba de un encuentro perteneciente a la Copa Presidente disputado en 1977. “Ese es, sin duda, el mejor recuerdo que guardo de todos los años en los formé parte de la plantilla del equipo. Debuté sobre 1968 con 14 años. Cuando muchos años después me convertí en uno de los más veteranos del equipo los jóvenes se ponían a mi lado porque pensaban que así no les pasaría nada. Para los de Aldeamayor el Racing fue algo muy grande”.
Entre aquellos que buscaban el refugio de Emi está por ejemplo Alfonso Santos. “Estuve jugando desde los 14 a los 24 años. Llegué aquí desde el equipo de Tudela porque me captó mi cuñado Chuchi López. Me animó, hice las pruebas y me salí de allí para venir a jugar al Racing en el que me encontré a gente veterana como Miguel Ángel López, Emi, José María Villafáñe, Germán Cerro ‘Manín’, Mariano Prieto, etc. En aquella época, jugar en Aldeamayor era como para un profesional jugar en el Real Madrid. En sus mejores épocas, sobre 1988 aproximadamente, estábamos luchando por quedar los primeros de la categoría. Había partidos en los que habría 400 o 500 personas de Aldeamayor viendo el fútbol que puede ser el 60% de la población que tenía el pueblo entonces”. Como anécdota Alfonso recuerda un episodio que le sucedió una temporada en la que estaba trabajando en la Urbanización El Montico de Tordesillas. “En el último partido de liga el Racing jugó aquí contra el equipo de Tordesillas que sólo podía ascender si nos ganaba. El otro equipo que se jugaba el ascenso era la Rondilla que subía si el Tordesillas no ganaba y ellos conseguían un punto. Aquel partido terminó empate a 2 con dos goles míos. Volviendo la vista a la afición que había y a lo que el Racing era en el pueblo me da mucha pena que un pueblo como Aldeamayor no tenga campo de fútbol”.
De izquierda a derecha Ester de la Cal, Alfonso Santos, Antonio de Frutos 'Gainza' y Emiliano San Miguel 'Emi'. (Juan J. Villalba)
Dos de esos veteranos a los que aludía Alfonso también nos han relatado sus recuerdos. Miguel Ángel López empezó a jugar en el Racing en 1970 a la edad de 13 años pero siempre recuerda cuando “siendo más pequeño, en el bar del señor Alejandro, se había quedado para rellenar las fichas y formar el equipo. Empecé jugando de portero pero cuando vi que había gente que jugaba más que yo me pasé a jugar de central. Terminé jugando como medio centro por delante de la defensa. Aunque la de cabecero de área es una posición que ahora está muy extendida fue a Jaime a quien se le ocurrió ya en aquellos años”. De Jaime afirma Miguel Ángel que era una persona con mucha mano izquierda y que “sabía llevar tanto a los más veteranos como a los que empezaban”. De lo vivido en sus años en activo recuerda aquella final contra Rueda en el Viejo Zorrilla, los entrenamientos en la Plaza Mayor y recupera nombres de compañeros que le marcaron como Jorge Sanz Torres, Ángel Fernández, o los hermanos Felicísimo y Gabriel San Miguel. Le viene a la memoria un partido en Campaspero “donde hacía tanto frío y estaba cayendo tanta nieve que el señor Isaías Palencia –que venía con nosotros a todos los partidos- me tuvo que quitar la ropa porque yo tenía las manos heladas”.
Para José María Villafañe el Racing era “el espejo” de los chavales de su época. “Si los ídolos de los chicos de hoy son Ronaldo o Messi los nuestros eran jugadores del equipo como ‘El Pinto’, Ángel Fernández ‘Puskas’ o Rafa Palencia. Incluso era un activo que el pueblo tenía para evadirse de las preocupaciones y quehaceres del día a día. Miro con añoranza aquellos tiempos y tener un campo de fútbol donde los jóvenes del pueblo tengan la posibilidad de practicar este deporte” explica. Aunque se le recuerda más como portero, su primera posición en el campo fue la de extremo derecho. “Empecé a jugar en el Racing a partir de participan en una competición provincial de categoría cadete en 1974 en la que jugamos la final con Íscar. Jaime Bermejo nos fue convocando a alguno, entre los que me acuerdo que estábamos Javi Sinovas ‘Conejillo’ y yo, para que empezáramos a entrenar con los mayores y creo que fue un par de años después cuando nos empezó a alinear. Mis primeros partidos fueron de extremo derecho pero como en aquel torneo tuve que ponerme de portero Jaime tiró de mí para esa posición por la ausencia del titular, Miguel Ángel López, en un partido en Medina del Campo. A partir de ahí seguí guardando porterías”.
Plantillas de los años 80 y 90. (Ester de la Cal, Jaime Bermejo y Marcelo de la Cal)
DESTINO DE FORASTEROS
El Racing no sólo se nutrió de jóvenes del pueblo sino que en sus filas también militaron chavales de otros pueblos como Aldea de San Miguel, Megeces, Mojados o Tudela de Duero que entraron en el equipo por amistad con alguno de los jugadores o por ‘amistad’ con alguna muchacha del pueblo. Ese es el caso del mojadero Antonio de Frutos ‘Gainza’. “Yo jugué en la temporada de 1980/81 recién casado –señala-. Para mí, siendo de Mojados y estando casado en Aldeamayor fue un orgullo jugar en el Racing en una época en la que el equipo, en un pueblo de no más de 900 habitantes, jugaba con equipos de la importancia de Laguna, Íscar o Tordesillas. Como gran recuerdo señalaría un partido que ganamos en un torneo en Mojados a Laguna que jugada en Tercera División estando nosotros en Segunda Regional”.
EL FINAL DEL EQUIPO: DESGRACIA Y DESAPARICIÓN
No todo en la historia del Racing de Aldeamayor fueron alegrías. En los últimos años de su existencia se vivió uno, sino el más amargo, de sus episodios. Este momento está ligado a la figura de Aníbal Bermejo de la Cal, hijo de Jaime y de Ester, que fuera jugador del equipo hasta el día en que falleció, víctima de un accidente de tráfico, en la noche del 12 de abril de 1990, horas después de que junto al resto de compañeros jugara un amistoso que ganaron por 3-2 al Rondilla.
Tras más de dos décadas en diferentes categorías del fútbol aficionado el equipo desapareció en la temporada 90/91 cuando militaba en Primera Regional. Uno de los jugadores que vivió aquella desaparición es Óscar Gómez Rodríguez. Debutó con 16 años en la temporada 88-89 en un partido en La Cistérniga. “En mis dos primeras temporadas el equipo estaba en Primera Regional haciendo buenas campañas y logrando un tercer y un cuarto puesto”.
Entre las cosas curiosas que le ocurrieron en los años en los que militó en el equipo recuerda como tras ganar por 4 a 1 en un partido de pretemporada contra el Juventud Castilla de Primera Regional Preferente un directivo le quiso fichar. “Recuerdo que hice un buen partido y cuando me sustituyeron un directivo se acercó a mí para preguntarme los años que tenía y para ofrecerme, dado que yo estaba en edad juvenil, jugar en los Juveniles de aquel equipo. Me dio una tarjeta. No me he vuelto a acordar de aquella tarjeta hasta hace unos años. Ahora lo pienso y quizás hubiera sido una buena oportunidad para jugar en otras categorías pero en aquel momento no hice ni caso”.
El año de la desaparición se estaba haciendo la mili y sólo pudo jugar dos partidos. “Se da la circunstancia –explica- de que en aquel momento en la plantilla había menos jugadores del pueblo que gente que venía de otros lugares como el barrio de La Rondilla de Valladolid, de Castronuevo o Tudela de Duero. Cuando los de fuera empezaron a fallar y a no venir la plantilla se quedó corta, el equipo se resintió y cayó en una mala dinámica que hizo que los que estaban se desmotivaran y se dejara de jugar”.
De izquierda a derecha Miguel Ángel López, José María Villafañe y Óscar Gómez. (Juan J. Villalba)