LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LAS CANDELAS VOLVIÓ A RECORRER LAS CALLES DE VIANA EL DÍA DE SU FESTIVIDAD
Juan J. Villalba Pinilla
Era cerca de la una menos cuarto del mediodía de ayer martes cuando, tras la misa oficiada por el párroco Julio de Miguel en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, salía al exterior del templo, en el día de su festividad, la imagen de La Virgen de la Candelaria portada a hombros por cuatro vecinas. Lo hacía, según algunos de los presentes, más de medio siglo después de que junto a la talla de San Blas, como marcaban los cánones, recorriera por última vez las calles del pueblo algún 2 de febrero de las pretéritas Fiestas de Invierno.
El recorrido fue corto. Vecinos y autoridades cumplimentaron la distancia que separa la iglesia de la Plaza Mayor para que, en el interior de la carpa instalada durante estas fechas, de Miguel bendijera la tarta de Candelas, sin agua bendita pero sí con la preceptiva señal de la Cruz, y se volviera al templo.
Pese a la brevedad de la procesió, en el ambiente se respiraba cierta satisfacción en los presentes por lo que significa un primer paso hacia la recuperación progresiva de los actos tradicionales de la festividad de las Candelas de Viana, añorados por gran parte de los vecinos, y que habrá que ir puliendo en fiestas venideras.
La Virgen de la Candelaria o Nuestra Señora de la Candelaria es una advocación mariana cuya etimología deriva de candelero o candela que se refiere a la luz: la luz santa que guía hacia el buen camino y la redención y aviva la fe en Dios. Esta festividad se basa en el episodio bíblico de la Presentación del niño Jesús en el Templo de Jerusalén, recogido en el Evangelio de Lucas, y según el cual la virgen sostiene la candela o vela de la que toma nombre y lleva una canasta con un par de tórtolas. Este simbolismo también estuvo presente en las fiestas de la localidad tiempos atrás con la suelta de palomas durante la procesión y con la presentación de niños a la Virgen, la última realizada hace 18 años.
Recogida la virgen en la iglesia y finalizada la parte religiosa de la jornada festiva los presentes regresaron hasta la carpa de la Plaza Mayor para dar cuenta del refresco organizado por el ayuntamiento e incluso a arrancar a bailar al son de las coplillas interpretadas por los Dulzaineros de Viana más un par de refuerzos foráneos llegados de La Pedraja y Matapozuelos.
Este mix instrumental sería también el encargado de poner la música al taller de bailes tradicionales que, organizado por la asociación ‘La Rotonda’, cerró los actos programados en el día y al que se acercó numeroso público para participan activamente de las danzas o bien para disfrutarlas como mero espectador con el codo apoyado en la barra del bar instalado en la carpa.
Las actividades del programa de las Fiestas de Invierno se retoman a las doce del mediodía de hoy miércoles con la misa en honor a San Blas y con la procesión por las calles del municipio.
