LA GUARDIA CIVIL DE BOECILLO CELEBRÓ EL DÍA DE SU PATRONA
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Como ocurrió en decenas de lugares en toda la geografía nacional, el pasado viernes, festividad de Nuestra Señora del Pilar, los guardias civiles destinados en el cuartel de Boecillo celebraron el día de su patrona.
Hacía aproximadamente una década que en esta fecha tan señalada para la Benemérita no se realizaba un acto institucional en este cuartel de la provincia, que da servicio a los vecinos de la propia localidad y a los de Aldeamayor de San Martín y Viana de Cega, pero el empeño del sargento David Aparicio, responsable de la plaza, y de sus ocho compañeros consiguió organizar un programa de actos sencillo, emotivo y, lo que es más importante, que contó con la presencia de decenas de vecinos de los tres municipios que, como señalaba el propio Aparicio “son a quienes nos debemos”.
La jornada comenzó a las doce del mediodía con una misa de acción de gracias en honor a la patrona del cuerpo que estuvo oficiada por el párroco de Boecillo y Viana, Sebastián Aldavero, y por el de Aldeamayor, José María Gil. En los primeros bancos de una iglesia de San Cristóbal abarrotada, junto a los efectivos destacados en el cuartel, se encontraban la alcaldesa de Boecillo, Ángeles Rincón, y los alcaldes de Aldeamayor, Fernando de la Cal, y de Viana de Cega, Alberto Collantes. Los tres, que estuvieron acompañados por concejales de sus respectivas corporaciones y alguna otra autoridad municipal, resaltaron la importancia de volver a disfrutar de esta festividad con la Guardia Civil como protagonista y elogiaron la “vocación de servicio público y la cercanía al vecino que día a día demuestran los guardias”. Incluso Collantes iba más lejos al indicar que el trabajo de la Guardia Civil es imprescindible en las zonas rurales “como elemento que fija población puesto que el de la seguridad es uno de los servicios más demandado por el residente en un pueblo”.
Finalizada la ceremonia religiosa, en la que Aldavero tuvo emotivas palabras para el cuerpo y para su labor y en la que no faltaron vivas en honor de la patrona y del instituto armado, los actos se trasladaron hasta el cuartel donde se ofreció a los presentes un vino español. Allí fue donde se vivieron los momentos más emotivos del día con la lectura de un texto en el que se ensalzaban los valores del cuerpo, se recordó a guardias civiles jubilados o fallecidos que pasaron por la localidad y se mencionaron tiempos pasados y ciertamente más convulsos y peligrosos.
El último en dirigirse a la nutrida concurrencia fue el sargento David Aparicio quien saludó a los presentes y les deseó una agradable velada. Aparicio destacó el trabajo de sus compañeros de forma general “en el día a día para resolver los casos que se nos presentan” y en particular “para sacar adelante la organización de los actos de esta festividad pues son ellos quienes desde hace tiempo insistían en que se recuperara”. El sargento tuvo palabras de agradecimiento para los tres ayuntamientos “ya que que sin su colaboración habría sido imposible organizar este día” y como epílogo de su discurso, este suboficial que lleva aproximadamente un año al frente del cuartel boecillano, recordó que “el servicio público y atender las necesidades de los vecinos de los tres pueblos, son las máximas de nuestro trabajo”.
Finalizado el turno de las pláticas llegó la hora de disfrutar de las viandas preparadas al calor de una buena conversación o de innumerables fotografías.
PATRONAZGO DE LA VIRGEN DEL PILAR
Como se señala desde la propia institución, la devoción de los guardias civiles a la Virgen en su advocación del Pilar, procede de aquella transmitida desde niños a los alumnos del Colegio de Huérfanos de Valdemoro.
En septiembre de 1864, fue destinado al Colegio de Valdemoro su primer Capellán Castrense, de nombre D. Miguel Moreno Moreno. Este sacerdote organizó la capilla del Centro, donde fue instalada una imagen de la Virgen del Pilar e introdujo a los jóvenes alumnos en la devoción y amor a la Virgen. Por disposición recogida en el Boletín Oficial del Cuerpo de 24 de septiembre de 1864, se nombró patrona del Colegio de Guardias Jóvenes a la Virgen del Pilar.
Con el tiempo, los guardias procedentes del Colegio fueron extendiendo la devoción a la Pilarica por toda la geografía nacional. Esta circunstancia fue determinante para que el 7 de enero de 1913, el Director General del Cuerpo (General Aznar) solicitara de S.M. la proclamación de la Virgen del Pilar como Patrona de la Guardia Civil. La orden sería firmada por D. Alfonso XIII con fecha 8 de febrero, publicándose en los correspondientes diarios oficiales.