LA CELEBRACIÓN DE SAN BLAS PONE EL PUNTO Y APARTE A LAS FIESTAS DE INVIERNO DE VIANA DE CEGA
Juan J. Villalba Pinilla
Con la celebración ayer miércoles, 3 de febrero, de los actos del día de San Blas, los vecinos de Viana de Cega se toman un respiro en el apretado calendario de sus Fiestas de Invierno que se retomará mañana viernes, con la festividad de Santa Águeda, y continuará de manera muy intensa durante todo el fin de esta semana y los primeros días de la próxima con el programa de Carnaval.
A las doce del mediodía comenzó la misa en honor de este obispo y mártir armenio que estuvo oficiada por el párroco de la localidad, Julio de Miguel, y que junto a los vecinos y autoridades locales contó con la presencia del Delegado Territorial de la Junta de Castilla y León, Pablo Trillo, que acudió a compartir este día de tanto significado para los vianeros invitado por el alcalde, Alberto Collantes. Durante la homilía, y como suele ser habitual año tras año, de Miguel aprovechó para recordar a los presentes varias pinceladas de la vida de Blas de Sebaste.
Finalizada la liturgia, en torno a la una menos cuarto, se abrieron las puertas de la iglesia parroquial y con los acordes de la entradilla, magistralmente interpretada como el resto de piezas por las dulzainas de Raúl Llorente y Fran G. Olmedo y por el conjunto de caja y bombo de Miguel Ángel Martínez y Santi Pérez, comenzó una procesión que durante cerca de tres cuartos de hora conduciría la imagen de uno de los patrones de la villa por varias calles la que lleva su nombre. A diferencia de los dos años anteriores la lluvia no hizo acto de presencia en una mañana que fría al principio se fue templando con el devenir de las horas y no fue necesario proteger la talla de madera policromada de lona alguna.
Como suele ser habitual año tras año un grupo de incansables vianeros y vianeras no cesó de bailar delante de la imagen de San Blas a lo largo de todo el recorrido hasta que ésta, tras finalizar la procesión con la tradicional rueda, se depositó en el pórtico de la iglesia para que los asistentes pudieran mostrarla su cariño.
La jornada de la mañana finalizó con un animado refresco en la carpa de la Plaza Mayor y por la tarde, en el mismo recinto, los más pequeños pudieron disfrutar de unos castillos hinchables.