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Jinetes de la Pedraja marchan hasta el Henar

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Cuando quedan algo más de dos meses para que el caballo se convierta en protagonista en la Pedraja de Portillo con la celebración de la tercera fiesta campera, un grupo de jinetes, aprovecharon la mañana del pasado sábado para probar a sus cabalgaduras en una marcha hasta el Santuario del Henar.

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Tiempo habrá de entrar en detalles del programa que el sábado 27 de junio, fecha en la que se celebrará esta tercera fiesta campera, podrán disfrutar vecinos y cuantos se quieran acercar hasta la Dehesa de los Caballeros o a las calles de la Pedraja, pero sí que adelantaremos que a lo que ya se ha podido disfrutar los dos años anteriores, es decir, el desfile de carrozas y caballeros desde la Dehesa hasta el pueblo, el vermut en algunos de los bares del pueblo, los conciertos flamencos y exhibiciones ecuestres, se le sumará en esta tercera edición una misa rociera. Hasta anunciar el programa definitivo, sirva de aperitivo la narración que Óscar López  Acebes, uno  de los que se acercaron hasta el Henar hace de lo que fue una mañana entre amigos para disfrutar de uno de los más bellos animales que existen.

“Una mañana soleada con el viento caído tras la fría noche anterior, hacía prever que el tiempo iba a ser inmejorable. La excursión partía con puntualidad según programación, con un total de 11 caballistas, más un enganche. Entre ellos amigos venidos de Montemayor de Pililla y San Miguel del Arroyo y como no, los jinetes que transitan nuestro caminos y campos día tras día; Toño, Felixín, Jorge, Gustavo, Javi, Juan Carlos, Catalina y la valiente y joven Jimena.

El camino se emprende con unas bestias un tanto nerviosas debido a los cascabeles del enganche, al igual que el propio enganche, el cual es una joven yegua bretona de capa alazana conducida por Perdigón. Ya llegando a Aldea de San Miguel, la tranquilidad vuelve al grupo pudiendo ver ya alguna caballo y jaca con paso firme y tirando de mosquero. Al paso por la Aldea disfrutamos de la primera incorporación, tratándose de Pedro y una guapa amazona a lomos de Avatar; un caballo de gran talla y corazón.

Una vez pasado el paso a nivel de la Autovía Valladolid-Segovia, y ya entrando al pueblo de Arrabal, el aire empieza a levantarse haciendo imposible deshacernos de nuestras chamarras. Tomamos el camino de la derecha que cruza todo el pueblo de Arrabal hasta llegar a nuestra primera parada, El Palomar, donde ya en presencia de nuevas incorporaciones de esta localidad y Portillo, disfrutamos de una pasta y un tradicional aguardiente. Se intercambian saludos y risas entre el grupo mientras Alberto “Lobo” sigue sacando de su todo-terreno mas pastas y orujos para ofrecer a los asistentes. Transcurridos 30 minutos, retomamos el camino hacia el siguiente pueblo; Santiago del Arroyo. Al paso por esta localidad el grupo viene muy disperso, con lo que se aprovecha para hacer una pequeña parada en el cementerio y aprovechar para vaciar las vejigas. Una vez unificado el grupo de nuevo se emprende camino a San Miguel del Arroyo donde ya nos esperan nuestros amigos del Bar la Chopera, quienes nos reciben con rico almuerzo. Esta localidad cuenta con grandes aficionados a los Caballos como Álvaro, Jose Mari e Ilde, quienes nos acompañan en este estupendo día.

La pereza empieza a apoderarse de nosotros en San Miguel, ya que todos estamos  disfrutando de la parada e intercambiando opiniones acerca de nuestros animales. Pero llega un momento en el que tenemos que decir basta y volver a pensar donde está la meta de hoy.

Son ya las 13:30 del mediodía y todavía nos quedan los 10 km finales para llegar al Santuario del Henar, con lo que sin más demora el grupo parte dirección Viloria por la bonita vereda por donde transcurre el arroyo del Henar entre chopos y matojos.

A la llegada a Viloria, se empieza a palpar el entusiasmo de la gente, pudiendo ver algún galope de nuestros jinetes y alguno que otro arreón.

Una vez llegado al pueblo del Viloría y ya viendo las Españas del Santuario, el grupo toma los últimos 3 kilómetros por carretera, donde el peligro de los coches hace que  vayamos con los 5 sentidos.

En apenas media hora escasa estamos en nuestra meta, consiguiendo llegar un año más sanos y salvos, habiendo disfrutado de un bonito día en compañía de nuestros animales y amigos”.

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