Fernando Cayo recibe el Roel de “Actor del Siglo XXI”, un galardón que le “ha tocado profundamente el corazón”
El certamen medinense, que el actor define como “un punto de referencia en la cinematografía nacional e internacional”, reconoce la extensa trayectoria del intérprete vallisoletano con un premio que él toma como “un voto de confianza en el futuro”.
Pueblosycomarcas.com; @PueblosComarcas
El actor vallisoletano Fernando Cayo no se considera profeta en su tierra, pero sí confiesa sentirse “muy querido, y sé que aquí se ama mucho el cine y el cortometraje”. Así lo manifestó en la tarde de ayer al recibir el Roel de “Actor del Siglo XXI” en la Semana de Cine de Medina, galardón que considera “un gran acto de amor” por parte de un festival que es “un punto de referencia en la cinematografía nacional e internacional”. Y añadía: “Es importante hablar de las emociones, de lo que se siente, y yo tengo que decir que este galardón me ha tocado profundamente el corazón”. Con una exitosa trayectoria de más de veinte años a sus espaldas, Cayo toma el galardón como un reconocimiento a su trabajo, pero también como “un voto de confianza en el futuro, una carga de ánimo e impulso, porque el mayor reto está siempre por llegar”.
A lo largo de su carrera, el vallisoletano, que es también músico y productor teatral, ha compaginado papeles sobre los escenarios con el cine y la televisión. “He intentado ser poliédrico, me gusta mucho la libertad y para conseguir la libertad en este oficio hay que conocer todos los palos y todos los géneros”, manifestaba. Define la interpretación como “la mejor carrera para entender la vida, para sentir que formas parte del mundo”, y explica su trayectoria como “un proceso de formación constante, de crecimiento, como artista y como persona, a través de la psicología de los personajes y la gente con la que trabajo”.
La participación de Cayo en esta vigésimo séptima Semana de Cine es doble: además de recibir el Roel de “Actor del Siglo XXI”, el intérprete ha presentado también hoy su primer cortometraje como director, ‘Mi vida es el cine’, que se incluye en el ciclo El Cine de Castilla y León. Se trata de una cinta codirigida con el rumano Bogdan Toma. “Este cortometraje es mi gran sueño”, afirmaba, “algo que llevaba mucho tiempo deseando”. Esta primera incursión en el mundo de la dirección le ha servido de aliciente para poner en marcha nuevos proyectos tras las cámaras junto al equipo que lo ha acompañado. “Cuando tengamos una buena historia y un motivo para contarla, lo haremos”, aseguraba con rotundidad. “Me encantaría que mi próxima película fuera una adaptación de ‘La vida es sueño’, de Calderón de la Barca”, comentaba, “entrar en los entresijos de Segismundo desde un punto de vista cinematográfico”.
Entre sus últimos proyectos, se encuentra ‘La decisión de Julia’, película que firma Tito López Amado en la que comparte protagonismo con Marta Belaustegui. “Hay papeles que te tocan y no se puede evitar, y es lo que me ha pasado con esta película, me ha permitido trabajar la interpretación de una manera muy interna, muy libre”, señalaba. “Tito ha sido un descubrimiento arrebatador para mí”, afirmaba, “y he podido formar parte con un equipo muy implicado con el que se ha trabajado muy intensamente”.
“El cine vive un momento complicado y convulso y es hora de que los gobiernos tomen partido, no sólo por el séptimo arte, sino por la cultura en general”, expresaba el intérprete sobre la situación actual de la industria en nuestro país. “España está por vivir una auténtica revolución cultural y educativa, llevamos un retraso de siglos, y el gobierno debe estar por ello, por todo aquello que enriquece el alma y nos hace mejores personas”, declaraba. “Estoy en contra del derrotismo generalizado”, añadía. “El presente es complicado pero se puede y se debe hacer cosas, porque la gente quiere ir al cine y al teatro, la gente quiere llenar su vida de emociones”, sentenciaba. En cuanto al séptimo arte producido en Castilla y León, aseguraba que hay “un montón de directores interesantes, hay gente muy valiosa, se debe hacer algo por ellos, hacen falta ganas de abrir el corazón a este medio de expresión”.