Crucificados, nazarenos y dolorosas desfilaron ayer por Tierra de Pinares
No tienen ningún tipo de declaración de interés cultural, pero las Semanas Santas de los municipios de la zona también concitan el seguimiento y la devociones de cientos de fieles. Ayer Viernes Santo, los Via Crucis protagonizaron el segundo de los días del Triduo Pascual.
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Imágenes de Nazarenos cargados con el madero, Cristos crucificados, Madres afligidas y Mesías Yacentes recorrieron ayer las calles de los municipios de Tierra de Pinares parando una tras otra en las 14 estaciones que recrean la Pasión y Muerte de Cristo desde su condena a la pena capital hasta que su cuerpo inerte es sepultado.
En función de la tradición y de la disponibilidad de los sacerdotes oficiantes, los Via Crucis se celebraron desde por la mañana como fue el caso del de Aldeamayor de San Martín o por la noche como ocurrió en Viana de Cega.
Pasada la una de la tarde y presidido por el párroco de la localidad y Arcipreste de Pinares, Miguel Ángel Vicente Ruiz, partieron de la Iglesia de San Martín de Tours de Aldeamayor las imágenes de un Cristo, más adolescente que treintañero, vestido de morado y con una cruz sobre sus hombros y de una dolorosa de luto riguroso. Abriendo la procesión la Cruz Procesional y al fondo, el estandarte de la Cofradía del Señor. Además de meditaciones y oraciones, el canto de aquellos versos, tradicionales en los viernes santos de la localidad que rezan Acompaña a tu Dios alma mía//cual vil asesino llevado ante el Juez, //y al autor de la vida contempla, //por ti condenado a muerte cruel. A diferencia del pasado año, en el que el Via Crucis hubo de realizarse íntegramente en el interior del templo aldeamayorense, el soleado día de ayer permitió recorrer sucesivamente la docena de cruces que fueron dispuestas por los propios vecinos a lo largo de numerosas calles del casco antiguo hasta el regreso a la parroquia. La primera y última estación se realizaron en el interior de la iglesia.
A las nueve de la noche, las tallas de un Crucificado, un Cristo Yacente y una Dolorosa salían de la Iglesia de la Asunción de Viana de Cega para iniciar el Via Crucis. Antes de que las tres imágenes partieran en busca de la primera de las estaciones y con ellas sobre el piso del atrio, el párroco Julio de Miguel Villafáñez se dirigió a los presentes para resaltar el silencio y respeto que caracteriza al Via Crucis vianero y demandar su promoción con seña de identidad del municipio. “Al igual que en otros pueblos venden una u otra procesión, en Viana tenemos este Via Crucis que debemos impulsar así como fomentar la participación en el mismo de los vecinos” indicó de Miguel antes de comenzar el recorrido. A partir de ahí las tres tallas, alumbradas por cirios portados por varias personas fueron recorriendo a hombros de los fieles las catorce estaciones mientras la noche iba cayendo sobre el pueblo. Una vez rezada la décimo cuarta y última estación, ya en el interior de la iglesia y antes de que los asistentes marcharan en paz, se entonó la Salva castellana en honor a María.
Las vigilias pascuales protagonizarán las noches de las diferentes localidades de la comarca para dar paso en el mediodía del Domingo de Resurrección donde María y su hijo resucitado se encontrarán.