Cajones y carretones llenaron las calles de Portillo
Al margen de la masiva afluencia de público a los encierros campo a través, algo por otra parte normal año tras año, los dos festejos de cajones y los encierros ecológicos con carretones han sido dos de los eventos que más público han congregado en las pasadas fiestas de Portillo.
Juan J. Villalba Pinilla
Una de las novedades que este año presentaba el programa de fiestas de Portillo era el de la suelta de novillos desde cajones, algo que guste más o menos, está cada vez más extendido en los municipios de todo Valladolid. En Portillo durante estas pasadas fiestas, cuatro han sido los astados que desde sus respectivos cajones han corrido por sus calles. Dos en el primer distrito en la noche del lunes 9 y otros dos por las del segundo en la medianoche del viernes 14. Los morlacos, adquiridos por el Ayuntamiento a la ganadería salmantina del Sierro fueron suficiente reclamo para que las calles de la villa se llenaran de aficionados. A esta moda se le une la de que algún cortador local sea el encargado de recibir a los animales a su salida como fue el caso de José Luis López “Ponchín” el primer día y de Gerardo Alonso el segundo. Lo único que hay que lamentar de estos festejos es la muerte de los dos toros del lunes 9 tras un brutal choque en la plaza de toros. Varios socios de la Asociación La Explanada fueron los encargados de coordinar todo el operativo de la suelta de los animales queriendo destacar a través de su presidente, César Redondo “el nivel de los cuatro ejemplares que han dado un gran caché a los festejos de este año”. En cuanto a las fiestas en general, Redondo las valora como “muy buenas, con muy buen ganado gracias al Ayuntamiento y a Simón Caminero. Ha habido muy buena coordinación y organización y en la parte que nos toca, siendo meros colaboradores, creo que hay que resaltar la buena sintonía que hemos tenido con el Ayuntamiento”.
Dentro de esa colaboración, La Explanada también fue la encargada de llevar a cabo los dos encierros de carretones que llenaron las calles del pueblo no sólo de la gente más menuda, principal destinataria de estas actividad, sino de adultos.