AVANZA LA SEMANA CULTURAL DE LA PEDRAJA DE PORTILLO

De izquierda a derecha Juan Miguel Núñez, Santiago Castro y Aurelio Martín.

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La Pedraja de Portillo abordó anoche la segunda de las jornadas de la Semana Cultural que anualmente, desde hace 32 años, organiza la Asociación Cultural ‘Peña la Aldaba’.

Tras la apertura deportiva del pasado lunes, con la presencia en la Casa de Cultura de la localidad de la periodista del diario AS Patricia Cazón, quien pronunció una conferencia sobre el estadio Vicente Calderón, ayer era el turno de hablar de toros. En el cartel de esta segunda tarde, si utilizamos términos taurinos, estaba anunciado un mano a mano entre el periodista de RNE  Juan Miguel Núñez y José Ortega Cano, de todos conocido por su pasado como matador de reses bravas y por un presente vinculado a la crónica social y de sucesos. Era la segunda vez que el de Cartagena aparecía anunciado en esta semana cultural, tras el fiasco de su no presencia el año pasado, y la segunda vez que no asistió o, por seguir utilizando algo de vocabulario taurino, la segunda vez que se rajó. Según Juan Miguel Núñez, encargado por ‘La Aldaba’ de gestionar la visita de Ortega Cano, las razones del ínclito personaje para no acudir eran de tipo médico, aunque el periodista radiofónico aseguró no creerse la excusa. Como lo cortés no quita lo valiente, Núñez reconoció la enorme dimensión que el cartagenero tuvo como matador de toros a pesar de la deriva mediática por la que es protagonista en los últimos tiempos.

Con este panorama hubo que sustituir al ausente y para ello se recurrió a un matador de toros de la tierra, uno que siempre acude allá donde le requieren con enorme ilusión y predisposición a agradar: el matador de toros mojadense Santiago Castro ‘Luguillano’.

Con la dirección de Núñez y con el presidente de ‘La Aldaba’, Aurelio Martín, como testigo de excepción, arrancó un coloquio en el que Santiago Castro habló de sus orígenes dentro de una familia de carniceros, que sin abarcar más allá de dos generaciones ha dado tres matadores de toros y dos novilleros con picadores; y de cómo antes de emparejar su destino al del toro bravo pudo haberlo emparejado al de Dios y su Iglesia si hubiera optado por tomar los hábitos como se preveía en un principio.

De su corta trayectoria como matador de toros, tomó la alternativa en 1964 y hubo de retirarse en 1969 debido a las graves secuelas que le dejó la cornada de un ejemplar de Guardiola hay que destacar las trece orejas que cortó en las Ventas y tres salidas por la Puerta Grande de esta plaza en esos cinco años.  

También apuntó el ferviente devoto de la Virgen de Luguillas aspectos de actualidad, centrados en su faceta de profesor de la Escuela Taurina de Medina de Rioseco, haciendo hincapié en lo difícil que es llegar a ser figura del toreo. Y es que, como dice el proverbio y quedó de manifiesto en la tertulia, “Muchos son los llamados y pocos los elegidos”. Por eso pidió el apoyo de la afición para estos chavales que ponen todo su esfuerzo en triunfar pero que no siempre lo consiguen. El fracaso de esos chicos no sólo incide en ellos mismos, apuntó Castro, sino también puede conllevar consecuencias para las familias.

Entre el público presente se encontraban personajes vinculados al mundo de los toros como el ganadero del Raso de Portillo, Juan Sagarra Gamazo, el picador Rafael Agudo, el novillero local José Manuel Serrano o el crítico taurino Santos García Catalán.

PROGRAMA PARA EL RESTO DE LA SEMANA

Otro periodista, uno de los conductores del matinal de Onda Cero ‘Más de Uno, Juan Ramón Lucas, será el protagonista de la velada de hoy jueves. En ella hará un repaso a ‘Una vida dedicada al periodismo’.

Mañana viernes, finalizará la parte dedicada a conferencias y coloquios de la semana con el que fuera Secretario General de los socialistas vascos y actual analista político, Nicolás Redondo Terreros. Pronunciará la conferencia ‘Retos de España’.

Como es tradición en las semanas culturales de ‘La Aldaba’, el ciclo se cerrará con una actuación musical, en este caso a cargo de la Cofradía San Saturnino de Pamplona.