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Aldeamayor de San Martín cerró el pasado fin de semana su Semana de la Mujer Rural

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  • Que se celebró desde el lunes 19 y que incluyó un programa transversal con charlas, talleres, foros o teatro
  • El viernes se celebró la nueva edición del Círculo de Hombres contra la Violencia Machista

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Aldeamayor de San Martín cerró el pasado sábado el programa que desde el lunes 19 se ha desarrollado con motivo de la celebración, el pasado 15 de octubre, del Día de la Mujer Rural. Lo hizo, como viene siendo habitual, con una nueva edición del Círculo de Hombres contra la Violencia Machista celebrada también en 43 localidades de la provincia en la noche del viernes y con la actuación de la monologuista Asun Serra en la noche del sábado.

El programa de este año, transversal, se desarrolló durante las tardes de la semana del 19 al 24 de octubre con charlas, talleres, foros o teatro, abarcando a todos los públicos y al máximo posible de colectivos como han destacado desde el área de Igualdad del Ayuntamiento de la localidad, encargado de su organización.

La semana comenzó el lunes 19 con una mesa redonda que bajo el título ‘Emprendedoras en el medio rural’ se celebró en la Casa de Cultura con la presencia de Marisa León, técnico de Asies, y de la concejala del área, Mónica Fernández. El martes 20, en idéntico lugar y a la misma hora, Rebeca Benluz impartirá un taller de motivación personal y empoderamiento para el empleo. Al día siguiente llegó el turno de la escritora Tudela Mayra Estévez García, quien presentó su trilogía ‘La vida de Carla’, historia de superación de una mujer, ambientada en la posguerra española y localizada en un pueblo a orillas del río Duero. Por lo que respecta a jornadas, el ciclo se cerró en la tarde del jueves con una sobre relaciones de pareja y agresiones sexuales a cargo de Marisa León, Francis Collado y Alicia López.

CÍRCULO DE HOMBRES POR LA IGUALDAD

El viernes, ya con la noche sobre la localidad, se celebró en la Plaza Mayor, una nueva edición del Círculo de Hombres contra la Violencia Machista que organiza la Diputación Provincial de Valladolid, a través de la Red de municipios de Valladolid: hombres por la igualdad con la colaboración de Asies. Se trata de un acto a través del que los hombres se posicionan públicamente contra la violencia machista. En el caso de la villa pinariega, una de las primeras que entraron a formar parte de la red en el año 2017, es la cuarta vez que se repite un acto que ayer se celebró conjuntamente con otras 44 localidades de la provincia. Acto, que como se señaló al comienzo, sería deseable que no tuviera que organizar pues eso significaría la desaparición de la violencia contra las mujeres.

En esta ocasión el manifiesto ha sido redactado por el Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Valladolid Fernando Rey Martínez y fue leído por el concejal del Ayuntamiento de Aldeamayor, Juan Carlos Olmedo Zarapuz.

Antes de la lectura varios de los varones presentes, entre los que estaba el alcalde de la localidad, Fernando de la Cal, se encargaron de encender varias decenas de velas situadas alrededor y dentro un gran lazo blanco colocado en el suelo, frente a la portada del Ayuntamiento. Además, en un año especial a causa de la pandemia, se guardó un minuto de silencio no sólo por las víctimas de la violencia machista sino también por las de la Covid-19.

Finalizada la lectura del manifiesto, las mujeres presentes acompañaron, guardando las preceptivas medidas sanitarias, a los hombres y unos y otros colocaron las velas perimetrales en el interior del lazo.

MANIFIESTO LA A IGUALDAD DE GÉNERO ES TAMBIÉN COSA DE HOMBRES

Algunos creen que  la lucha contra  la violencia hacia las mujeres en todas sus formas es algo que sólo les corresponde a ellas. Y aunque es verdad que  el  protagonismo  de  dicha  lucha  debe  ser suyo porque son las que tienen  la perspectiva completa y cabal del problema, a menudo y por desgracia, como víctimas, no es menos cierto que también los hombres, todos los hombres, estamos directamente convocados a combatir con las mujeres,  hombro  con  hombro, día  a  día,  para alcanzar una sociedad justa e igualitaria de ver­ dad y no sólo sobre el papel. La igualdad de género es una calle de doble dirección, que nos afecta a todos, a varones y a mujeres. Queremos una sociedad de libres e iguales, es decir, de personas con los mismos derechos a las que se contempla y respeta  desde  la  propia  diversidad  personal, cultural y social. La igualdad requiere trato idéntico y, paradójicamente, exige a la vez trato diferente,  porque  cada  persona  es  distinta. Y  en  el cimiento  de todo  esto  sólo  puede  hallarse  un profundo sentimiento de  respeto  hacia el otro, hacia los demás. Cualquier forma  de violencia hiere  gravemente  este  sentimiento.  Cualquier agresión   machista   conculca   el   fundamento mismo del contrato social, que es el respeto a la dignidad  del otro.

El machismo es una cesta de ideas enfermas, de grumos mentales, de trágicos errores. Es una falsa y torpe representación de la realidad. A veces, como el médico de Moliere que hablaba en prosa sin saberlo, el machista lo es sin tener conciencia de que lo es, porque cree que su conducta es la apropiada. El machismo es la munición ideo­ lógica de la violencia de género y de toda forma de discriminación hacia las mujeres. El machismo es un mapa erróneo de una realidad de relaciones personales compleja que puede colarse de mil maneras y por mil intersticios en cualquier mente y  en  cualquier  momento.  Por  eso  la igualdad requiere de todos, pero en especial de los varones, una actitud permanente de alerta y reflexión. Seguramente, todos los hombres tenemos, aunque de modo diferente en cada caso, y aunque hayamos avanzado mucho en relativamente poco tiempo, un amplio margen de mejora. Hoy es un buen día para pensar sobre ello.

La violencia de género es la forma paroxística del machismo. Es una infección, una pandemia social. Y en este año de COVID-19, sabemos bien lo que es una infección.  Hemos experimentado como nunca antes que somos una comunidad, que lo que hace u omite una persona impacta decisiva­ mente sobre los demás; hemos vuelto a descubrir que nos necesitamos, que dependemos unos de otros, que el ser humano es un animal que cuida y es cuidado. Toda forma de crueldad es su antítesis. Por eso también, toda víctima de esa pandemia social que es la violencia de género nos incumbe. Nadie puede pretender o sentir que es dueño de nadie sólo por el hecho de que es «el varón». No podemos ponernos de perfil. Hay que luchar contra el machismo: venciéndolo, con sanciones adecuadas, y convenciendo, con persuasión y educación.

Todavía hay quien piensa, erróneamente, que se trata de un problema menor, quizá exagerado por algunos. Pero la realidad es terca. El año pasado hubo, según el Observatorio del Consejo General del Poder Judicial, 168.057 denuncias por violencia de género. Pensemos, además, en toda la violencia no denunciada. Y desde 2003, fecha en la que empieza a haber registro de violencia de género, hasta el 20 de abril de 2019, es decir, durante esos 16 años, se produjeron exactamente 1.000 muertes de mujeres a manos de sus parejas o exparejas. Mujeres de toda edad y condición. Eso arroja una media de casi 62 homicidios al año, algo más de uno cada semana. En otras palabras, no cabe una actitud negacionista del problema. Otros  negacionistas  creen  que  hay  muchas denuncias falsas, pero la verdad es que, también el año pasado, el porcentaje de condenas fue del 87,7%, lo que demuestra que estamos ante un problema tan grave como real.

La lucha contra toda forma de machismo y toda forma de violencia de género no debe ser patrimonializada por nadie, ni ideologizada, ni secuestrada con fines partidistas. Algunos que acaban de llegar a la escena política creen que han inventado esta lucha. La realidad es que está ya en marcha desde hace muchos años. Pero las cosas sólo cambiarán cuando seamos capaces de hacer lo entre todos, mujeres y hombres. Basta ya de hogares que son escenarios del miedo. Basta ya de una sociedad del miedo, la violencia y la falta de respeto. Basta ya de la pandemia de la violencia. La igualdad de género, real y efectiva, es también cosa de nosotros los varones, de todos nosotros. No podemos fallar.

El cierre de esta semana por la igualdad llegó el sábado con el monólogo ‘Mujeres Rurales’ de Asun Sierra celebrado en la Casa de Cultura ‘Adolfo Suárez’ de la villa.

LA MUJER, FUNDAMENTAL EN EL MEDIO RURAL

Con esta semana, desde el Ayuntamiento de Aldeamayor de San Martín se cumple un año más con la convocatoria de subvenciones para los ayuntamientos de la provincia que organicen actuaciones de sensibilización, visibilidad y jornadas en materia de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y contra la violencia de género.

Con ‘Caminando en Igualdad’ el consistorio mantiene su firme compromiso en la promoción de la igualdad, prestando especial atención a la figura de la mujer rural y convirtiendo estas jornadas en un lugar de encuentro donde compartir experiencias desde una perspectiva participativa, fomentando la visión crítica y la reflexión.

En España más de siete millones de mujeres viven en el medio rural y a diario son la pieza fundamental para el desarrollo de la economía en este entorno. Por eso, el consistorio cree que “es necesario ensalzar la labor de todas las mujeres rurales que forman parte esencial del engranaje social, cultural y económico de los pueblos”, explica el alcalde, Fernando de la Cal Bueno.

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