La nostalgia irrumpe en el arranque de la Navidad en Aldeamayor
- Con la proyección de una película con imágenes de la localidad de los años 60 organizada por la Asociación Cultural Villa de Aldeamayor con la colaboración de vecinos y oriundos de la localidad
Juan José Villalba Pinilla
Tras el encendido del alumbrado navideño del pasado viernes, Aldeamayor de San Martín ha entrado de lleno en la celebración de la programación organizada desde el Ayuntamiento para estas fechas tan entrañables.
Durante el pasado fin de semana se sucedieron diferentes propuestas, como talleres o espectáculos escénicos, aunque uno de los actos que más público congregó fue el celebrado en la tarde del domingo en la Casa de Cultura ‘Adolfo Suárez’ organizado con la colaboración de la Asociación Cultural Villa de Aldeamayor.
Bajo el título de ‘Crónicas de Aldeamayor’ el colectivo proyectó un pseudodocumental con imágenes de la localidad grabadas entre 1962 y 1972. Como explicó antes de que arrancara el video su presidente, Álvaro Sanz Ferrero, la génesis de esta iniciativa surgió de la relación entre una vecina, Conchi Villafañe Pérez, con una prima, Cristina San Juan, residente en Burdeos pero con ascendencia en la localidad.
- Cristina San Juan.
Tal y como la propia Cristina narra en un audio que sirve de introducción al documento audiovisual, fue su padre, Andrés San Juan, quien le trasmitió el amor por el pueblo de sus raíces. A él acudió de vacaciones durante varios veranos con su familia y de él guarda “los más bonitos recuerdos de su niñez”.
En esa misma introducción Cristina hace un repaso a la historia de su familia, concretamente a la de sus abuelos paternos (Gerardo San Juan Sanz y Eufemia López Martínez), quienes nacidos a finales del XIX pasan su infancia y parte de su juventud en Aldeamayor si bien lo más curioso es que no se conocen la localidad. En un momento determinado el padre de Eufemia, Ángel López, tuvo que marchar a buscar trabajo a Burdeos dejando a sus 6 hijas en Aldeamayor al cuidado de su hermana, Basilisa López, abuela de Conchi Villafañe. Tiempo después las seis hermanas marcharán a Burdeos con su padre para establecerse allí definitivamente. Allí fue donde Eufemia conoce a Gerardo y de esa unión nace Andrés, padre de Cristina, quien finalizada la Segunda Guerra Mundial empezó a acudir a Aldeamayor con su familia para veranear en casa de Narciso Villafañe y Concepción Pérez, padres de su prima Conchi a la que define como “mi hermana de Aldeamayor”.
Durante estos viajes al pueblo de su padre, Andrés aprovechó para filmar con una cámara Súper 8 diferentes momentos de las fiestas de San Roque, con sus procesiones o festejos taurinos; imágenes de la ermita de Compasco y su entorno, e incluso planos de los pagos en los que pastaban las reses del Raso de Portillo del que su abuelo paterno (también llamado Andrés como él) era guardabosques.
Como también explicó Álvaro Sanz Ferrero, cuando Cristina y sus dos hermanas hallaron este material (que formaba parte de películas enteras sobre las vacaciones de la familia en diferentes puntos de la geografía española) se ponen en contacto con Conchi Villafañe para manifestarle su deseo de cederlo al pueblo de sus antepasados. Tras digitalizarlo le hacen llegar todo el material distribuido en varios DVD y aquí es donde entre la labor de la Asociación Cultural Villa de Aldeamayor.
Isabel Cristóbal Gómez, joven aldeamayorense residente en Barcelona y vinculada por trabajo al mundo audiovisual, se encargó durante el pasado verano, con la ayuda de Fernando Benito Rico, residente en Aldeamayor, de la “titánica tarea” de desentrañar todo el material, seleccionando únicamente el relativo a Aldeamayor, y de montarlo para que diera como resultado un documental con escenas del municipio de aquellos veranos. La última parte de todo este proceso fue contactar con el Ayuntamiento para buscar el momento idóneo para la proyección, algo que ocurrió el domingo.
Durante aproximadamente media hora, las más de 200 personas que acudieron al acto contemplaron escenas de épocas pretéritas, algunas vividas en primera persona por no pocos de los presentes, comprobando no sólo el cambio estético del municipio, con calles sin asfaltar, plazas de toros de palos y edificios que ya no existen, sino también el cambio de muchos usos y costumbres de los entonces imperantes. Destacó en este último apartado las diversas escenas de procesiones en honor de San Roque, patrón de la villa, en alguna de las cuales desfilaba junto a la Virgen de Compasco, algo inaudito hoy en día, y en las que resaltaba la ausencia total y absoluta de mujeres bailando al santo.
Un acto que, sin duda, destapó la nostalgia de los vecinos y que la asociación piensa repetir, probablemente, en mayo del 2024 dentro del programa del Privilegio de Villazgo.