CULTURA, ARTE Y RELIGIÓN SERÁN ANALIZADOS EN EL VI CONGRESO NACIONAL DE COFRADÍA DE MEDINA DEL CAMPO
Enrique Sancho
Tras diez largos años sin celebrarse, el VI Congreso Nacional de Cofradías tendrá lugar en Medina del Campo del 7 al 10 de abril de 2016, bajo el título “Triduo Pascual”. El lugar elegido para su celebración, esta Villa Cofrade, con una Semana Santa declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, con las procesiones de disciplina más antiguas de España y con el mejor y más completo conjunto escultórico renacentista de cuantos salen a la calle en las procesiones españolas, será el mejor escenario para la celebración de este VI Congreso Nacional de Cofradías.
No se trata de un encuentro más de devotos de la Semana Santa, sus ritos y su esencia, sino de una reunión profesional en la que participarán unos 500 cofrades de toda España. Estudiosos, profesionales de distintos campos y cofrades van a abordar diferentes aspectos acerca de una de las tradiciones más importantes y destacadas de nuestra cultura, la Semana Santa. El objetivo es tratar de responder a sencillas preguntas que no siempre tienen fácil respuesta: Qué celebramos en Semana Santa, Cómo celebramos la Semana Santa y Para qué celebramos la Semana Santa.
Durante estos cuatro días tendrán lugar ponencias y coloquios, se expondrán comunicaciones libres y se realizarán exposiciones, retablos poéticos, conciertos, una procesión extraordinaria nocturna y una eucaristía oficiada por el cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, el domingo 10 en la Colegiata de San Antolín.
En la cita de Medina del Campo se analizarán aspectos culturales y artísticos, además de religiosos, en una búsqueda por aplicar un enfoque multidisciplinar a esta celebración. Para muchos, la Semana Santa es "una atracción turística que justifica la visita a las ciudades donde se celebran las más vistosas". Y ciertamente se trata de manifestaciones festivas, bajo el signo de la historia y la religión, que en muchos casos se han convertido en un reclamo turístico para muchas localidades. En España hay más de 20 Semanas Santas que han sido declaradas Fiesta de Interés Turístico Internacional, entre las que se incluye la Semana Santa medinense, la de Valladolid o la de Medina de Rioseco, algunas más que tienen la categoría de Nacional y varias decenas que son de Interés Turístico Regional.
Pero es, además, un hecho religioso y cultural de múltiples significados y motivaciones, que es susceptible de ser analizado desde una óptica abierta y multidisciplinar, y ese es el objetivo del Congreso Nacional, en opinión de sus organizadores. Las diferentes sesiones del Congreso se dedicarán a reflexionar sobre un aspecto nuclear de la Semana Santa como es el Triduo Pascual y la gran catequesis de la Eucaristía del Domingo. Se trata, en palabras del arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, de un "congreso eclesial de carácter teológico, histórico, artístico y celebrativo".
La mayor parte de los estudios relacionados con la Semana Santa han abordado fundamentalmente el discurrir de las procesiones penitenciales del Jueves y Viernes Santo por las calles, en el exterior de los templos, por lo que se hace necesario un estudio complementario de lo que ocurre en el interior de los mismos. También tendrá un lugar en el Congreso el análisis de los antiguos monumentos de Semana Santa, verdaderas arquitecturas efímeras de gran desarrollo hasta el siglo XIX y que hoy, aún manteniéndose por necesidades litúrgicas, han cambiado completamente su fisonomía, abandonándose mayoritariamente las antiguas estructuras artísticas.
En esta cita de cofradías se prestará atención a otros aspectos un tanto insólitos, como los procesos y motivos de la incorporación de tallas y conjuntos en origen no procesionales a los desfiles y las fuentes (literatura mística y sagrada, estampas y grabados). Se añadirán otros como la presencia de lo exótico (piezas americanas o italianas) y su verdadero significado, la utilización de escultura ligera y su desarrollo, la escultura de vestir (tan devaluada durante años) o la escultura articulada y sus características y usos específicos.
DONDE EL SILENCIO SE ESCUCHA
El VI Congreso Nacional de Cofradías tiene lugar cuando apenas se han disuelto los ecos de los pasos, penitentes y bandas de música que han recorrido las calles de Medina del Campo en su Semana más grande. En efecto, la Semana Santa de Medina del Campo es Fiesta declara por el gobierno español de Interés Turístico Internacional, y es reconocida dentro y fuera de nuestro país por sacar a la calle uno de los conjuntos escultóricos más sobresaliente de la imaginería procesional renacentista española.
Las procesiones de disciplina en esta villa castellana ubicada en el corazón de Castilla y León, se documentan desde la llegada de San Vicente Ferrer en el año 1411, avalado por la predilección que el infante D. Fernando, –Señor de Medina del Campo, rey de Aragón y principal impulsor del viaje castellano del santo– siente por su villa natal. Durante estos 600 años la celebración ha tenido altibajos, y es en 1983 cuando se funda la Junta de Semana Santa por acuerdo de todas las cofradías y comienza la recuperación del evento más importante de la villa durante todo el año, y en el que a diferencia de otras localidades, la mayor parte de sus participantes es gente joven. Además de todo ello, en el Palacio Real donde testó y murió la reina Isabel la Católica, está ubicado un Centro de Documentación sobre la Semana Santa en España, que en el año 2011, con motivo del VI Centenario de la creación de las Procesiones de Disciplina, se amplió con la apertura del Centro Cultural San Vicente Ferrer, espacio turístico dedicado a la difusión e interpretación de la Semana de Pasión en España e Hispanoamérica y desde el que se puede visitar todo el patrimonio religioso de la Villa.
La Semana Santa es una de las celebraciones más destacadas del mundo cristiano, y muy especialmente en España. Por eso, entre otras razones, el pregonero de la Semana Santa de Medina, David Muriel, reivindicó que la Semana Santa en España «bien merece ser considerada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en su conjunto ya que es una apuesta por poner en valor los recursos patrimoniales materiales e inmateriales que tenemos». David Muriel, licenciado en Geografía, técnico de desarrollo local del Ayuntamiento, exvicepresidente de la Junta de Semana Santa, entusiasta de su villa y de su Semana Santa, cofrade desde los cinco años e impulsor para que la Semana Santa de Medina fuera declarada de Interés Turístico Internacional apostó incluso por que el discurso catedralicio que recorre cada año las calles de la localidad «merece ser declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de bien inmueble».
Medina del Campo es pasión durante la Semana Santa, es arte e historia por los cuatro costados, y es también gastronomía, como no podía ser menos en el corazón de Castilla y León. Lo que fundamenta la cocina medinense no es la sofisticación de sus recetas sino más bien el uso de una materia prima de calidad que se puede disfrutar en cualquiera de sus productos. Original y auténtica de por sí, los días de Pasión se viven en torno al sabor del potaje de garbanzos y el bacalao cocinado de mil formas en los fogones medineses: al ajo arriero, al pil-pil, en salsa verde… La tarde de Jueves Santo es costumbre antigua recorrer siete iglesias visitando al Santísimo en los altares preparados para ello. Pero también es costumbre antigua visitar siete bares, mesones o tabernas donde hay que “matar judíos” que no es otra cosa que beberse un vaso de limonada, como se dice en Medina, o de sangría como se conoce en otros lugares. Buen vino de la tierra, limones macerados y azúcar para preparar esta bebida dulzona que se puede acompañar con una torrija, regada con miel o con almíbar que es el postre que no puede faltar estos días en ningún hogar medinense.
Y al llegar el Domingo de Pascua, un buen lechazo de la tierra o un cochinillo asado al horno de leña al estilo de Medina. Por supuesto todo ello regado con buen vino de la Denominación de Origen Rueda. Y si de endulzarse la vida se trata, nada mejor que acercarse al obrador del convento de las Madres Clarisas donde los empiñonados, las pastas de té o los hojaldres harán las delicias de los más golosos.