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Vecinos, empresas y asociaciones de Íscar unieron esfuerzos para confeccionar material y luchar contra la pandemia

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  • Sesenta y cuatro voluntarias de la localidad han elaborado más de 11.000 mascarillas y 12.000 batas para instituciones y particulares del municipio y de toda la provincia de Valladolid
  • La iniciativa surgió de la mercería La Flor tras un encargo de la residencia de la villa

Algunas de las participantes en este proyecto de voluntariado. (Rosa Merino).

Juan J. Villalba Pinilla

Esta historia arranca el 21 de marzo, en los primeros días del estado de alarma provocado por la crisis sanitaria del coronavirus, cuando Mari Flor Sanz, responsable de la mercería ‘La Flor’, de Íscar, recibe la llamada de la directora de la residencia Santa María de los Mártires, del propio municipio, para que elaborase unas batas para protección del personal.

Tras un intercambio de impresiones entre ambas para determinar qué tipo de bata sería la más idónea, el siguiente paso fue contactar con Plásticos Ojeda, proveedor de la mercería, con el fin de obtener la materia prima con la que elaborar las batas. La predisposición de la empresa, explica Mari Flor, fue absoluta de cara a aportar cuanto material se precisara. Diseñados unos modelos que los responsables de la residencia iscariense aprobó, desde la mercería se inició el trabajo.

La dimensión que tomaba la crisis sanitaria, con contagios masivos y ausencia de material de protección para el personal sanitario y de las residencias, hizo que hasta La Flor llegaran más solicitudes de este tipo de artículos lo que, explica Mari Flor “hizo que tuviéramos que pedir ayuda a unas amigas costureras y a más voluntarios a través de las redes sociales con la edición de un video hasta llegar a ser 50 mujeres voluntarias que fabricamos 12.000 batas, donadas a los centros de Íscar, al Hospital Clínico Universitario, al Hospital Universitario Río Hortega, al Hospital Comarcal de Medina del Campo, a bastantes residencias de la provincia y a algunos centros de salud”.

Tras la confección de las batas salió adelante otro proyecto que ya rondaba por las cabezas de las voluntarias como es el de la fabricación de mascarillas, elemento indispensable no sólo para quienes estaban en primera línea contra el COVID 19 sino también para los propios vecinos y que no es que escasearan sino que inexistían.

“En Íscar no había mascarillas y César de la Calle me propuso iniciar el proyecto de elaborar mascarillas reutilizables y regalarlas a todo el pueblo. No sólo se unieron las voluntarias que había hecho las batas sino que se agregaron más mujeres hasta ser más de 60 –concretamente 64- pero estaba el problema económico”. En este punto, a la palestra saltaron muchas de las asociaciones y empresas que ya habían colaborado con las batas sumándose también a esta nueva iniciativa como es el caso de la Asociación Sociocultural Villa de Íscar, la Asociación de Comerciantes de Íscar o la empresa Marcos Martínez Minguela de Íscar que junto a la propia mercería apoyaron económicamente.

Paso a paso y con la suma del trabajo y destreza de las voluntarias y del aporte económico de las entidades antes citadas se consiguió fabricar 11.000 mascarillas higiénicas reutilizables TNT (en tamaños adulto, cadete y niño) que en todo momento siguieron las indicaciones técnicas del Ministerio de Sanidad y que fueron distribuidas entre los vecinos con la ayuda del Ayuntamiento de Íscar, de efectivos de Protección Civil y particulares. Incluso hubo ‘sobrante’ para repartir a puntos especialmente sensibles como el centro de salud, la residencia, al Taller Ocupacional, al AFACI, los centros educativos, asociaciones varias o la parroquia, “para las comuniones que van a intentar hacerse en agosto”, al Ayuntamiento y también a aquellas entidades que habían ayudado en el proyecto.

Todas estas peripecias han sido narradas por la propia Mari Flor  y por representantes de las asociaciones y empresas colaboradoras en un video editado por Rosa Merino y que ha sido publicado en la cuenta de Facebook de la mercería.  A modo de epílogo, el alcalde de la villa, Luis Mª Martín, muestra su orgullo por quienes han participado en la iniciativa “pues han abastecido de batas y mascarillas a todo un pueblo y a muchos centros de edificios adyacentes y la capital”.

Así mismo, la propia Rosa Merino ha editado un segundo video en el que aparecen todas las protagonistas de esta historia que llega a su fin y que podéis ver a continuación.

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