LA FESTIVIDAD DE LA MILAGROSA AVIVA EN VIANA DE CEGA EL RECUERDO DEL INCENDIO DEL POLVORÍN EN 1939
Juan José Villalba Pinilla; @Juanillo_v_p
Los vecinos de Viana de Cega celebraron el pasado domingo, 27 de noviembre, la festividad de la Virgen Nuestra Señora de la Milagrosa. Es esta una advocación mariana que cuenta con gran arraigo y devoción entre los fieles del municipio como consecuencia de lo sucedido en 1939 en el antiguo polvorín militar que existía en la localidad.
Durante la Guerra Civil, dada su cercanía a las vías del ferrocarril y la dimensión de los edificios, se emplazó en Viana un polvorín militar en las instalaciones de la Unión Resinera. La noche del 25 de noviembre –ese año la festividad se celebraba el domingo 26- terminada la guerra y con el polvorín aún lleno de artefactos militares, la chispa de una chimenea prendió la estructura del edificio.
Según cuentan los más ancianos del lugar, alguno que fue testigo de aquellos hechos, los centinelas asustados empezaron a correr la voz por el pueblo, temerosos de una posible explosión del material de guerra allí guardado. Los vecinos, aterrados al ver aquellas llamas que decían “tocaban el cielo”, emprendieron la huida hacia localidades cercanas o subiendo al famoso ‘Pico de la Horca’, donde la montaña atenuaría la onda expansiva en caso de explosión. Aun así, algunos vecinos se quedaron a prestar ayuda a los militares que luchaban contra el fuego.
Rayando el amanecer, cuando todos temían lo peor puesto que para vaciar el almacén tenían que arrancar las rejas de las ventanas y era un enorme trabajo para aquellas pocas manos que quedaron a sacar los proyectiles, el viento milagrosamente cambió de dirección ayudando a aquellos valientes a sofocar el incendio.
Durante el domingo siguiente, al regresar todos aquellos huidos se escucharon todo tipo de anécdotas curiosas, “algunas cómicas y otras terribles”. Pero el verdadero milagro fue que durante una fría y oscura noche de noviembre, con temperaturas bajo cero, hubo unos setecientos vecinos de Viana pululando por pinares y carreteras y no pasó nada, ni un catarro, ni un resfriado, ni una torcedura corriendo a oscuras. Para muchos, este es el verdadero milagro que se celebra en Viana de Cega.
Aproximadamente hace veinte años se colocó en la confluencia de las calles ‘Estación’ y ‘Milagrosa’ –en la zona donde se encontraba el polvorín- una hornacina con la imagen en miniatura de la Milagrosa y hace dos, en dicha estructura, una placa en conmemoración del setenta y cinco aniversario de estos hechos.
Volviendo al presente, a las doce y media de la mañana del domingo comenzaba en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción la misa de acción de gracias en honor a la Milagrosa oficiada por el párroco de la localidad, Sebastián Aldavero que, desde que tomó posesión de la parroquia a finales de agosto, ha renovado tanto algunos aspectos de la apariencia física del interior del templo como algunos usos y costumbres en las celebraciones eucarísticas. Presentes entre el numeroso público que casi llenaba el recinto se encontraban el alcalde, Alberto Collantes, y algunos de los concejales de la corporación que preside.
Finalizada la ceremonia religiosa tuvo lugar una procesión que condujo la recién restaurada imagen de la Virgen, escoltada por el grupo de niños que están recibiendo la catequesis de la Primera Comunión, desde la iglesia parroquial hasta la zona donde se encuentra la hornacina y de regreso al templo vianero. En todo este recorrido la talla fue portada por niños, hombres y mujeres y honrada con canciones y oraciones varias. Como es costumbre, en la zona de la hornacina se realizó una parada para recordar lo ocurrido en 1939 y dar de nuevo las gracias a María por su intercesión.
El próximo domingo, y con la presencia del Obispo Auxiliar de la Archidiócesis de Valladolid Luis Argüello, se dará la bienvenida, en la misa de las doce y media del mediodía, a la congregación de las Carmelitas Samaritanas que hace unos meses se instalaron en el municipio.