La Archidiócesis de Valladolid abrirá el Año Santo ‘Peregrinos de Esperanza’ con una procesión y la celebración de la Eucaristía el domingo 29 de diciembre
- La cruz jubilar quedará expuesta en la Basílica—Santuario Nacional de la Gran Promesa, uno de los tres templos donde obtendrá la indulgencia plenaria durante el Jubileo Ordinario convocado por el Papa Francisco
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La Archidiócesis de Valladolid abrirá el domingo 29 de diciembre con una procesión y la celebración de la Eucaristía el Año Santo, convocado por el Papa Francisco para 2025 bajo el lema ‘Peregrinos de Esperanza’.
Fue el propio Francisco quien, en la bula de convocación de este Jubileo Ordinario, estableció el domingo después de Navidad, día en que la Iglesia Católica celebra la fiesta de la Sagrada Familia, como fecha para la apertura solemne del Año Santo en todas las diócesis, donde se prolongará hasta el 28 de diciembre de 2025.
Por este motivo, la Archidiócesis de Valladolid convoca a todos los fieles el domingo 29 de diciembre a las 18:30 horas en la Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol, donde se leerán algunos párrafos de ‘Spes non confundit’ (del latín, ‘La esperanza no defrauda’), la bula de convocación del Jubileo Ordinario.
Seguidamente, partirá la procesión hasta la Basílica—Santuario Nacional de la Gran Promesa, donde a las 19:30 horas el Arzobispo de Valladolid, don Luis Argüello, presidirá la Eucaristía.
La procesión transcurrirá por la Plaza de San Andrés y las calles Mantería y Alonso Pesquera hasta llegar a la Basílica—Santuario, donde el prelado vallisoletano mostrará la cruz jubilar. La Archidiócesis de Valladolid ha elegido como símbolo de este Jubileo Ordinario una cruz patriarcal, es decir, de cuatro brazos, de la primera mitad del siglo XX, de plata dorada y con esmaltes, procedente de la Santa Iglesia Catedral, que quedará expuesta para su veneración en el presbiterio de la Basílica—Santuario Nacional de la Gran Promesa, uno de los tres templos jubilares, durante el Año Santo ‘Peregrinos de Esperanza’.
TRES TEMPLOS JUBILARES EN VALLADOLID
Monseñor Argüello ha establecido por decreto tres templos donde podrá obtenerse en Valladolid la indulgencia plenaria durante el Año Santo: la Santa Iglesia Catedral, la Basílica—Santuario Nacional de la Gran Promesa y la Capilla del Centro Hospitalario Benito Menni.
Este último, como respuesta a la petición del Papa Francisco de “ofrecer signos de esperanza a los enfermos que están en sus casas o en los hospitales”, así como “a todos los agentes sanitarios que, en condiciones no pocas veces difíciles, ejercitan su misión con cuidado solícito hacia las personas enfermas y más frágiles”.
Además, y con el objetivo de que “la luz de la esperanza cristiana pueda llegar a todas las personas”, como refleja también Francisco en la bula de convocación del Jubileo Ordinario, la Delegación de Medios de Comunicación Social de la Archidiócesis de Valladolid ofrecerá el domingo 29 de diciembre la retransmisión en directo de la apertura diocesana del Año Santo a través de su canal de YouTube, @IglesiaenValladolid.
PEREGRINACIÓN A ROMA
La Archidiócesis de Valladolid peregrinará a Roma del 25 de marzo al 1 de abril de 2025 para ganar el jubileo con motivo del Año Santo. La peregrinación, con salida desde Valladolid en autobús con destino Madrid, estará presidida por el Arzobispo de Valladolid, don Luis Argüello.
Por su parte, los jóvenes de la Archidiócesis vallisoletana peregrinarán a Roma del 28 de julio al 5 de agosto para participar en el Jubileo de los Jóvenes.
¿QUÉ ES EL JUBILEO?
El Jubileo Ordinario o Año Santo es un “tiempo de gracia, de gozo especial por sentir que el amor de Dios no solo perdona, sino que cura”, según explica el vicario general de la Archidiócesis de Valladolid, Jesús Fernández Lubiano.
Aunque se remonta a una antigua tradición, el primero de ellos fue convocado por Bonifacio VIII en el año 1300. Su periodicidad ha ido cambiando. Al principio, se celebraba cada 100 años. Ahora, cada 25.
En el 2025 aniversario del nacimiento de Jesús, el Papa Francisco ha querido que “la esperanza que nos da la gracia de Dios” constituya el mensaje central de este Año Santo, cuya celebración, asegura Fernández Lubiano, no solo “ayuda a regenerar la vida de la Iglesia”, sino también “las relaciones humanas”. Produciendo, así, “alegría”, “ganas de vivir” y “esperanza en el futuro”.