Ayer se celebró el Domingo de la Entrega en Arrabal de Portillo
Cientos de personas asistieron a la tradicional Subasta del Cabildo y acompañaron a los miembros de la cofradía en el traslado del cuadro del Santísimo desde el domicilio del anterior mayordomo hasta el del actual, donde permanecerá un año.
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Pasaba más de un cuarto de hora de las nueve cuando sonaban los primeros acordes de la dulzaina y el redoblante y el guión de la Cofradía Sacramental y de las Ánimas de Arrabal de Portillo abría la procesión que finalizaría con el traslado del cuadro del Santísimo desde el domicilio del mayordomo saliente, Iván Enjuto, al del entrante, Isidoro Fernández. En las puertas de los domicilios sendas enramadas esperaban a que unos salieran y otros entraran para ser derribadas por varios niños, y un mayor, que dada la prisa que tenían por tirar las construcciones a punto estuvieron de pillar debajo a algún cofrade, al cura o al alcalde. La procesión finalizaba cuando el reloj estaba a punto de marcar las diez de la noche, momento en que el cuadro del Santísimo era depositado en el domicilio de Fernández y se invitaba al pueblo a unas pastas portillanas y a un buen vaso de limonada.
Pero los actos de la tarde se iniciaron pasadas las seis con la tradicional Subasta del Cabildo en la que muchas de las personas que se iban congregando a las puertas de la ermita iban pujando por alguno de los diversos artículos –desde vasijas de barro a botellas de vino o sacos de patatas- donados para la ocasión en su mayor parte por vecinos y empresas de la localidad. Alguno de los cofrades se encargaba de repartir el tradicional bacalao y un vaso de vino blanco entre los asistentes con el fin de “calentar las bocas” y ayudar a que las pujas subieran. Aunque al finalizar los actos no estaban contabilizados al cien por cien los ingresos de la subasta, fuentes de la cofradía confirmaron haber superado los 2.000 euros. Además, los cerca de 900 cofrades pasaban a rendir cuentas y pagar la papeleta y a recoger su penecillo correspondiente.
Historia de la Cofradía
Tal y como se recoge en el tomo XXIII de la Revista de dialectología y tradiciones populares, editada el Instituto Miguel de Cervantes en 1967 y que se hace eco de un ensayo de Carmen Muñoz Renedo, “la cofradía tuvo su comienzo en un acto de desagravio al Señor, por un robo sacrílego”. La historia de este supuesto robo está recogida en la inscripción en un retablo de madera que narra el “milagroso hecho que dio origen a la Cofradía Sacramental y de Ánimas y a la ermita del Corpus Christi, en donde se veneró el Cristo de las Injurias, hasta que por las averías que ésta sufrió por efectos de la humedad, se trasladó a la ermita del Ecce Homo en donde se venera actualmente”. Según se indica a continuación, la tabla en que está grabado el hecho milagroso ha permanecido siempre colocada al pie del ya mencionado Cristo.
A continuación se pasa a transcribir textualmente la versión que aporta la autora la inscripción de la tabla:
“En el rigor del invierno una noche que había nevado, un hombre entró en la Iglesia de Arrabal de Portillo, abrió la Custodia y hurtó el Copón con las Formas y, a distancia de un tiro de bala, echó las Formas en el arroyo que pasa por dicho Arrabal y, procurando huir, no pudo pasar de junto a un peral que había inmediato, y pasando un arriero con su recua oyó cantar las ranas con mucho ruido y causando admiración por ser el tiempo tan contrario. Se arrimó al arroyo y vio en el agua las Formas y alrededor un cerco de ranas que no dejaban de cantar. Dio parte a la justicia y al cura de dicho Arrabal. Se prendió al ladrón y, con toda reverencia, se recogieron dichas Formas y volvieron a la Iglesia. En dicho sitio se edificó una ermita con el nombre de Corpus Christi y en el se venera la imagen del Bendito Cristo de las Injurias. Se renovó año M D . . . [Aclara la autora del artículo que "Sigue algo ilegible por faltar la madera de esas letras"]”.
No se sabe a ciencia cierta la fecha de la creación de la Cofradía, ni la del año en que sucedió este hecho milagroso, pero se supone que ésta nació como consecuencia del sacrilegio. En la iglesia parroquial de Arrabal de Portillo existe un cuadro manuscrito alusivo al cuarto centenario de la erección canónica de la Cofradía Sacramental y de Ánimas con fechas 12 y 13 de junio de 1920. Lo cual hace pensar que la Hermandad nació en 1520.
Algo de la historia de la Cofradía se puede deducir de sus libros empastados en pergamino y en los que se ve claramente que las normas que regían en 1799 son las que rigen en la actualidad. A través de dichos libros también se pueden advertir las fluctuaciones económicas por que ha pasado la Cofradía, que ha estado algunas veces boyante y otras en gran penuria.
Además del mayordomo, en el cabildo, celebrado en la casa de éste el 25 de abril, día de San Marcos, se eligen otros dignatarios, llamados 'oficiales', uno de los cuales asume las funciones de secretario y tiene, entre sus obligaciones, la de guardar en su casa las escrituras y libros de la Cofradía. También se designaba anteriormente a un 'casero' que era el cofrade encargado de cuidar de la ermita del Corpus Christi y de todos los enseres de la Cofradía. En esta misma reunión se inscribían los danzantes.
Una de las fiestas que celebra la cofradía es el domingo de ánimas que, como ya se dijo, es el domingo siguiente al jueves de Corpus, pues el jueves se hace la celebración en Portillo. El domingo siguiente al de ánimas se cambia de mayordomo. En este día se saca el cuadro en procesión tan solemne como la anterior. El segundo domingo de noviembre tiene la cofradía el derecho de tocar las campanas hasta la media noche por los hermanos difuntos. Antiguamente se tocaban toda la noche. Es tradición que los que se encargan de este menester roben al cura las palomas con las que hacen una merienda al martes siguiente. El lunes de dicha semana hay un solemne funeral por los cofrades difuntos. También interviene la Cofradía en las procesiones de jueves y viernes santo. El lunes de pascua se designa como 'lunes de empanadas', ya que tal día se celebra una misa en la ermita de Corpus Christi en sufragio de los cofrades difuntos y se va de merienda al campo.
A lo largo del artículo de doña Carmen Muñoz Renedo podemos encontrar muchos rasgos de tradiciones en que campea lo ingenuo y pintoresco de las celebraciones religiosas de España, el preponderante sentimiento religioso del pueblo peninsular y su sentido humorístico y expansivo que se refleja en danzas, música, meriendas y diversiones.