Punto y final al Carnaval de Aldeamayor con el entierro de la sardina
- Que se celebró ayer en la localidad y que bajó el telón de cuatro días de actividades para todos los públicos
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Aldeamayor de San Martín bajó ayer el telón de las actividades de Carnaval, que se venían celebrando en el municipio pinariego desde el pasado sábado, con el Entierro de la Sardina que en la localidad se adelanta una fecha con respecto a lo que marcan los cánones del miércoles de ceniza. Es una actividad que tras décadas de ausencia (sí que se llegó a celebrar en los años 80) el Ayuntamiento rescató en 2020 para, tras el paréntesis obligados de los años del Covid, repetirse sucesivamente.
Pasadas las seis de la tarde, bajo un cielo cubierto que había descargado un aguacero minutos antes y siempre bajo la supervisión de los efectivos de la Agrupación Local de Protección Civil, partía del Espacio Joven en dirección a la Plaza Mayor un cortejo fúnebre arropando los restos de la sardina que iban sobre un catafalco portado a hombros por cuatro vecinos. Como viene siendo habitual en este “triste” día, la banda sonora del evento la pusieron los sonidos de las dulzainas de ‘Tierra de Pinares’ mezclado con el desgarrador lamento de un grupo de plañideras vestidas de riguroso luto.
El pescado, elaborado durante las fechas previas a través de un taller dirigido a niños y grandes, fue recorriendo de forma parsimoniosa la Avenida de Valladolid y la calle Larga hasta llegar al foro.
Arropando a esta comitiva iban decenas de vecinos vestidos de calle, con predominio del negro en señal de respeto, o disfrazados como forma de homenajear al pez que simboliza el fin de la batalla entre Don Carnal y Doña Cuaresma y que finalmente, como relatara el Arcipreste de Hita en su Libro del Buen Amor, se decantó del lado de la segunda.
Ya en la Plaza Mayor, el catafalco fue colocado sobre una pira de leña acordonada por los efectivos de Protección Civil que, provistos de las correspondientes medidas de seguridad, fueron los encargados junto al alcalde, Fernando de la Cal, de prender la llama. Mientras la sardina se iba consumiendo pasto de éstas y gotas lluvia volvían a hacer acto de presencia, representantes del consistorio repartieron unas pastas con forma de pez a los presentes.
Entre ellos estaba la concejala de Cultura, Ana Belén Blanco, quien hacía un balance positivo del programa “puesto que todos los eventos organizados, y principalmente los que tenían que ver con actividades al aire libre, se han desarrollado sin ningún tipo de contratiempo”. Por último hacía un agradecimiento “a los vecinos que se han sumado a todas las iniciativas y, por supuesto, a las asociaciones que han colaborado en la organización y desarrollo de los actos”.
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