MEGECES HOMENAJEÓ A JUANA DOMÉNECH, SU MÉDICO DURANTE CASI 40 AÑOS
Juan J. Villalba Pinilla
El pasado domingo, 1 de mayo, la localidad de Megeces rindió un sentido homenaje a quien durante los últimos treinta y siete años ha sido la médico de la localidad y que se jubiló el pasado mes de marzo, Juana Doménech. Esta alicantina de Alcoy recaló en Megeces en 1979 tras ejercer previamente en Valencia y en la propia Alcoy. Fue en esta pequeña localidad vallisoletana donde se asentó, contrajo matrimonio con un megezano y donde formó una familia de la que nacieron tres hijos.
El acto de homenaje, celebrado en el salón municipal de la Plaza Mayor, contó con la presencia del alcalde y concejales, quienes hicieron entrega a la doctora de una placa conmemorativa, y con la de numerosos vecinos que arroparon a la recién jubilada. En representación de éstos tomaron la palabra José María Manso y Agustín Herrero quienes le manifestaron el profundo agradecimiento del pueblo de Megeces por los años dedicados a prevenir y paliar las dolencias de quienes lo han habitado en estos casi cuarenta años. La facultativa recibió ramos de flores de manos de los más pequeños de la localidad y de los más veteranos, como el matrimonio formado por Niceto Manso y Tirsa Manso, e incluso una orquídea, flor a cuyo cultivo afirmó quererse dedicar ahora que encara otra etapa de su vida. Hubo hasta lágrimas; muchas lágrimas. “Fue un acto muy emotivo de los que desde que llegué a Megeces no sólo han sido mis pacientes sino mis vecinos, mis amigos e incluso familia mía –ha señalado a esta redacción la homenajeada-. En estos treinta y siete años he visto nacer y morir a mucha gente, he tenido muchos sustos y vivido muchas anécdotas”. De las últimas recuerda con mucho humor una que le sucedió cuando un paciente entró a la consulta con una oveja y al recriminarle cómo llevaba allí aquello, el paciente le dijo que “estaba más limpia que muchos de los que iban por allí”.
Juana llegó a Megeces en una época en la que la atención primaria no era como la que hoy conocemos y un médico de pueblo lo era las veinticuatro horas del día los siete días a la semana. “Desde que se realizó la reconversión del sistema sanitario hacia 1984 las cosas han cambiado mucho. Hasta aquel año, ante cualquier urgencia, era el médico del pueblo el que tenía que actuar ya fuera día, tarde o noche o fin de semana. Fue una etapa en la que se contaba con escaso instrumental y pocos medios y, por ejemplo, no existía una figura que hoy es tan habitual como la del enfermero. A partir de aquel año surgen los Centros de Salud y la figura del médico es tal y como la conocemos hoy”. Ahora se ejerce la jornada laboral en horario de mañana y si un vecino tiene un problema a una hora diferente a la que estás en el consultorio debe desplazarse hasta el centro de salud que le corresponda. De ahí que Juana afirme que además de médico ha tenido que ejercer de psicóloga, confesora, abogada y hasta cura en determinados momentos de su vida profesional.
Juana fue también de las primeras médicos en utilizar la informática en el ámbito sanitario allá por 1992 lo que “mejoró considerablemente la gestión administrativa de los consultorios y de los pacientes si bien en mi caso, y dada la cercanía con los que eran mis vecinos, cuando alguien entraba en la consulta ya conocía perfectamente lo que le pasaba –matiza-”.
Pero la labor de Doña Juana, como siempre se la ha conocido en Megeces, no sólo se ha limitado a velar por la salud de sus vecinos sino que también trabajó, como ha recalcado a esta redacción el alcalde del pueblo Abel Manso Catalina, en un ámbito de tipo administrativo consiguiendo logros tan importantes para el pueblos como el transporte a Íscar o a Medina del Campo, para que los megezanos pudieran acudir al Centro de Salud o al Hospital Comarcal respectivamente, y la construcción del nuevo consultorio inaugurado en noviembre de 2007. “No era lógico que no hubiera transporte público a estas dos localidades siendo destinos obligados en materias sanitarias y habiendo muchos vecinos que no tenían alternativas para acudir allí. Por eso, junto a las autoridades locales del pueblo, trabajamos para lograr unos servicios dignos”. Domenech destaca que aunque en un principio nadie estaba de acuerdo con la sustitución de Valladolid por Medina del Campo como destino hospitalario por la lejanía desde Megeces hasta la Villa de Ferias, actualmente los vecinos están encantados con ese cambio. “El Comarcal de Medina es muy familiar y el trato que se da a los vecinos de Megeces es magnífico. Es un hospital puntero en cuanto a sus medios y muy accesible para resolver cualquier asunto relativo al paciente”.