VECINOS Y AUTORIDADES ECLESIÁSTICAS DESPIDEN EN MATAPOZUELOS A SU PÁRROCO FALLECIDO, MARIANO CUESTA
Momento de la entrada de los restos mortales del sacerdote en la Iglesia de Santa María Magdalena (Iglesia en Valladolid).
Juan J. Villalba Pinilla
El que durante los últimos siete años ha ejercido de párroco en la localidad vallisoletana de Matapozuelos, Mariano Cuesta Rodríguez, falleció el pasado viernes, 16 de enero, a los 51 años de edad víctima de una grave enfermedad que le aquejaba desde hace dos años aproximadamente.
El funeral por el eterno descanso de su alma se celebró el sábado 17 en la iglesia parroquial de Santa María Magdalena de Matapozuelos y estuvo presidido por el Cardenal Arzobispo de Valladolid, Monseñor Ricardo Blázquez, quien estuvo acompañado por el Vicario General, Luis Arguello, y por numerosos sacerdotes de la provincia.
Blazquez, en la homilía dirigida a una iglesia abarrotada de vecinos de Matapozuelos y de las otras parroquias que gestionaba el difunto sacerdote, resaltó el enorme cariño que hacia “Mariano” se palpaba en el ambiente. Así mismorquiso agradecer a los vecinos, a las autoridades locales, encabezadas por su alcalde Conrado Íscar, y a la Residencia de ancianos de la villa “la cercanía demostrada hacia Mariano en los momentos de la fragilidad creciente”. El cardenal también recordó las “ganas enormes de vivir” del párroco “pese a que la enfermedad se fue afianzando hasta que, tras una lucha de esas ganas contra esa enfermedad, ha cedido su vida al Señor y ha retornado a él”.
A su conclusión, los restos mortales de Mariano Cuesta fueron trasladados al cementerio de Olivares de Duero (Valladolid) donde recibieron cristiana sepultura.
Cariño en el municipio
Mariano Cuesta Rodríguez fue ordenado sacerdote en 1992 y pertenecía a la Comunidad de los Pasionistas, que se encuentra en Peñafiel. Además de Matapozuelos, Cuesta también ejercía de párroco en Ventosa y Villalba de Adaja. Desde su llegada a Matapozuelos, hace siete años, se fue ganando el afecto de los vecinos, creyentes o no creyentes, practicantes y no practicantes, por “su cercanía, su generosidad y por su dimensión humana” como ha señalado a esta redacción José Antonio Gil Ramos, presidente del Rayo Cenobia y vecino de la localidad. Palabras que ha corroborado el alcalde, Conrado Íscar, quien por la cercanía que tenía con Cuesta ha lamentado especialmente su pérdida. “No por esperada, tras una larga lucha contra la enfermedad, la muerte de Mariano ha sido menos dolorosa. Fue una persona que por su sencillez y humildad había encajado muy bien en el pueblo y de ahí que todos los vecinos estemos consternados por lo que perdemos con su muerte”. Al igual que hiciera Blázquez en su homilía, el alcalde ha querido resaltar el inmenso cariño que Cuesta fue forjando en un pueblo que “se han volcado con él en los peores momentos de la enfermedad. Os podría decir nombres propios de muchos vecinos que le han echado una mano cuando él, ya muy enfermo, no podía valerse pero como ejemplo os diré que la Fundación Valentín Arévalo le cedió de manera gratuita una habitación en la residencia de ancianos para que pudiera ser cuidado como agradecimiento a lo que Mariano hizo en vida aquí”.
Una de las últimas apariciones públicas del sacerdote tuvo lugar el pasado mes de diciembre en Matapozuelos donde, en el contexto de las Jornadas del Mondongo que celebra anualmente la villa, se le hizo entrega de una mención como reconocimiento a su labor pastoral en la localidad y su colaboración con los vecinos.
El ya difunto sacerdote dirigiéndose a los vecinos durante las Jornadas del Mondongo.