El segundo encierro campero de Portillo recobra la anormalidad de los últimos años
Dos de los toros participantes en el festejo consiguieron cumplimentar el recorrido íntegro entrando en la zona urbana de Portillo mientras que otros dos tuvieron que ser reducidos a través de medios mecánicos. Un joven de la villa resultó cogido sin consecuencias.
Juan J. Villalba Pinilla
Si alguien pensaba, tras lo vivido el pasado lunes en el primer encierro campo a través de las fiestas de Santa María La Mayor de Portillo, que la normalidad volvía a estos festejos y los astados recorrerían de manera pausada la distancia entre los corrales del Comeso y la curva de Santo Domingo antes de ser lanceados por los jinetes para su entrada explosiva en la Explanada, nada más lejos de la realidad. Como ya nos tienen acostumbrados en los dos últimos años, los cuatro astados que participaron junto a la parada de mansos en el segundo campero de la localidad no tardaron ni diez minutos en cumplimentar lo anterior. Los jinetes que acompañaban a toda la manada se tuvieron que quedar sin comer la pasta y tomar el vaso de orujo.
Una vez en la extensa pradera frente a la gasolinera un toro negro se quedó en la zona más próxima a las talanqueras que impiden el acceso al casco urbano de Arrabal acudiendo a la llamada de alguno de los mozos y bajando a la carretera en alguna ocasión. Otros dos negros y un colorado subieron los primeros tramos de la cuesta Empedrada si bien uno de los negros se volvió nuevamente a la Explanada. Éste y el que permanecía allí, a cierta distancia el uno del otro, protagonizaron carreras con jinetes y corredores hasta que finalmente volvieron sobre sus pasos llegando a las tierras frente a la Macetera donde sucesivamente fueron recogidos por operarios municipales. El rojo y el negro que habían iniciado de manera más continua la ascensión hasta el casco tradicional de Portillo cumplimentaron el recorrido hasta la zona del Rollo. Allí el primero de ellos provocó los momentos más tensos del festejos al saltar el murete de la Empedrada y envestir a un joven vecino del pueblo, de unos 30 años, al que propinó varios golpes, sin llegar a clavar pitón alguno, ocasionándole un varetazo en el tórax y varios golpes en la cabeza y piernas según informaron a esta redacción responsables de la Asamblea Local de Cruz Roja. Tras los reconocimientos pertinentes el joven no requirió de traslado alguno a centro médico. Finalmente los dos ejemplares entraron en el recorrido del encierro urbano y posteriormente a la plaza de toros.
Al igual que ayer, hoy el encierro comenzará a las diez de la mañana.