“Este premio me huele a juventud, a que me queda aún mucho trabajo por hacer y eso, lo agradezco mucho”
El intérprete asturiano recoge en unos minutos el Roel de Actor del Siglo XXI sobre el escenario del Auditorio Municipal, en el marco de la 28 Semana de Cine de Medina del Campo.
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“Estoy desbordado con tanto premio”, ha señalado Javier Gutiérrez, uno de los rostros clave del panorama cinematográfico nacional actual, al recoger un nuevo reconocimiento, el Roel de Actor del Siglo XXI de la Semana de Cine de Medina del Campo, que se suma a la lista de galardones con los que se ha alzado en el último año gracias a su papel en ‘La isla mínima’, de Alberto Rodríguez, que le ha valido también el Goya al Mejor Actor en la última edición de los premios. Agradecido y emocionado, aseguró estar «encantado de volver otra vez a Medina, lo que supone siempre una alegría». Destacó, además, la importancia de certámenes como el de la villa vallisoletana, que “ha apostado y sigue apostando por los jóvenes cuando están empezando”, un certamen al que definió como “un bastión de nuestro cine, que es digno de mérito y mención”. Y añadió: “Este premio es un reconocimiento maravilloso,
me huele a juventud, me siento como que aún me queda mucho por delante”.
Considerado uno de los actores secundarios dorados de nuestro séptimo arte, ha sido, en cambio, un papel protagonista el que ha dado el empujón definitivo a su carrera cinematográfica. Sin embargo, reconoció sentirse feliz “de pertenecer a esta familia de actores de reparto, de grandes como José Luis López Vázquez y Alfredo Landa, que son el espejo en los que todos deberíamos mirarnos, me encantaría haber jugado en esa liga”. Además, se mostró orgulloso de que se diga sobre él que es uno de los intérpretes que “alarga la estirpe de esos actores”. Precisamente, Landa le ha servido de inspiración para dos de los trabajos con los que ha ganado el cariño y el respeto de público y crítica: el de Sátur, en la televisiva ‘Águila Roja’, y el de Juan, uno de los dos policías protagonistas de ‘La isla mínima’.
Sobre este papel, que ha marcado un antes y un después en su carrera, descubriendo al Gutiérrez más dramático frente a una vis cómica más reconocida, destacó la importancia del trabajo de Alberto Rodríguez en la dirección. «Los actores somos sólo líneas y si hay una historia que está bien escrita y un gran director, ya has ganado mucho», indicó. “En el caso de Alberto, es alguien que ama a los actores: no hay ni uno sólo que esté mal en alguna de sus películas”. La cinta de Rodríguez refleja el éxito del cine español en 2014, que Gutiérrez vincula al hecho de que se han acortado distancias con el espectador. “Nos hemos reconciliado con el público, pero porque han ido a las salas porque hacemos buen cine, estamos viviendo un momento muy dulce y podemos estar a la altura de otros cines», comentó. Sin embargo, si apuntó echar de menos un cine más social, más crítico: «Me gustaría que hubiera más riesgo sobre todo por parte de productores de hacer otro cine más ligado a lo que ocurre cada día”.
Entre sus próximos proyectos, se encuentra la última película de Icíar Bollaín, ‘El olivo’, que comenzará a rodar el próximo mes de mayo y que combina drama y comedia. Además, estrenará en los próximos meses el nuevo filme de Daniel de la Torre, ‘El desconocido’, en el que encabeza el reparto junto a Luis Tosar, y confesó estar embarcado en un par de proyectos cinematográficos más de los que aún no podía desvelar nada. Actor curtido en las tablas, continúa con la gira de ‘Hey boy Hey girl!’ junto a La Joven Compañía. Sobre su predilección por los escenarios, que considera “el lugar natural del actor”, destacó que permiten una respuesta inmediata por parte del público, además de ofrecer “tiempo para arriesgar, para probar, para equivocarte”. En este sentido, reconoció estar considerando la posibilidad de dirigir teatro en un futuro próximo. Hizo un llamamiento, además, para que le lleguen guiones de cortometrajes, un formato que, según dijo, “aporta mucho a la sociedad” de la mano de los cineastas más jóvenes. “Cuando hay buenas historias y hay ilusión y talento, uno se entrega a tumba abierta”, concluyó.