¿POR QUÉ SE LLAMA DUERO? POR ENRIQUE CABREJAS
Enrique Cabrejas
Verán, el nombre del río Duero es un acrónimo ibérico que en español significa: Estimado regalo. Me hago cargo de que esta afirmación les deje atónitos, no puede ser de otro modo; pues voy a transmitirles una epistemología que ha estado inédita durante miles de años.
Miren, el Duero nace en Duruelo de la Sierra (Soria) y desemboca en el océano Atlántico en Oporto (Portugal). Posee la mayor cuenca hidrográfica de la península ibérica y se ha dicho que su nombre proviene del latín Durius flumen pero no se nos ha dicho qué significa. En realidad es una traslación del original ibérico que dieron quienes poblaron sus orillas en la antigüedad. Un acrónimo significa “nombre” y es la sintaxis de los íberos y los celtíberos: Du • Ero.
El primer lexema es -Du- que significa “dar”. El griego también tomará gráficamente la figura Δ para representar la letra “delta”, casi es el diseño de un holograma que muestra un triangulo que apunta al cielo y no es baladí. Veremos en antiguo griego la locución δό • μα significaba “hacer un regalo”. En el caso que nos ocupa no será /do/ sino /du/ y eso tiene una explicación sencilla. Miren, con la “u” se deja claro que no se trata de un regalo cualquiera sino proporcionado por su altísimo “dios del Sol”. Ellos declinaban y la “u” la empleaban para dirigirse a un superlativo Apulu.
El segundo lexema se trata de -Ero- que implica “deseo” o “aprecio” entre otras varias acepciones. En griego se verá como Ερος “Ero”. Sí, es un término muy popular porque se asocia al AMOR. Y es que la península Ibérica fue fruto de la colonización y establecimiento de diversos pueblos Elas o mejor dicho con su acento griego cario, lidio y licio vocalizado /Elaz/. En letras capitales de griego antiguo ΕΛ•ΛΑΣ y que en definitiva son nuestros tan particulares ancestros. La siembra, las cosechas y otras actividades agrícolas dependían de los cambios estacionales y por los recursos que reportaba el río no es de extrañar que dioses como Apulu fuesen muy queridos porque el Sol era el creador de las estaciones y el ciclo de la vida estaba asociado a él.
Verán, hace miles de años y aun lo desconociéramos, los Pueblos del Mar buscaron nuevas latitudes más seguras y prósperas. En nuestro país las encontraron. Fueron sus nuevas tierras durante miles de años y aun lo siguen siendo, de algún modo. Durante sus eternas travesías a nuestras calas y tras su posterior establecimiento como autóctonos en las distintas colonias costeras y a orillas de los ríos darían sendos nombres a poblados, bahías, cabos, ríos, valles y montañas. Más tarde los romanos, los godos y los árabes después, en numerosos casos los siguieron denominando del mismo modo sólo que lo expresaron con sus nuevas ortografías. Aun así, pude recuperarlos porque la memoria de los pueblos se aferra a su genuina identidad de múltiples maneras. Nos permite, de algún modo, y en especial desde su tradición oral reconocer esos lugares en su origen primigenio.
Los íberos y los celtíberos son quienes fundaron nuestras ciudades. Este país es distinto y somos quienes somos con sus señas de identidad gracias a que las generaciones posteriores heredamos su milenaria civilización ibérica. Todo aquello que les rodeaba lo llamaron por su peculiaridad, apariencia o por sus creencias religiosas e incluso re-nombrando sus lugares de procedencia. En cambio los romanos lo hicieron de otro modo, aplicando un estricto rigor administrativo a todo aquello que tenía ya nombre. Luego, naturalmente los árabes los tradujeron al suyo. Todos esos lugares, tuvieron una denominación conocida para sus habitantes pero con la llegada de nuevos idiomas pasaron de su propio lenguaje a extraviarlos. Sin embargo, la sabiduría popular perduró y son el modo y costumbre con cuales aún nos expresamos en nuestros territorios. El nombre del río Duero es un acrónimo ibérico que en español significa: Estimado regalo.
BIO EXPRES
Enrique Cabrejas Iñesta nació en Barcelona y se educó en las Escuelas Pías de San Antonio Abad. Es investigador de la historia del lenguaje y políglota; se expresa en ocho idiomas y adquirió profundos conocimientos de otros varios contemporáneos, medievales y antiguos. Combinó siempre que le fue posible el quehacer cotidiano con la lingüística, la historia, la literatura, la música y la mitología, convirtiéndose de esta última en un experto mitógrafo. Vivió y estudió en Cambridge, Módena y Moscú para mejorar en idiomas y en lectura de literatura clásica. El 21 de Abril de 2012 descifró la lengua ibérica, siendo respaldado por el insigne PhD. Professor Oleg Bazaluk de la National Pedagogical Dragomanov University. Transcribió el bronce de Luzaga, las placas de Botorrita I y Botorrita II, la tésera de Froehner, así como otras tantas reliquias y numismática ibérica. Asimismo invitado a dar conferencias y presentaciones sobre los iberos y celtíberos en distintas universidades de Europa y desde entonces ponente de la Sociedad Filosófica Internacional (SFIC); autor en la revista académica Ph&C; miembro del consejo de redacción de la revista científica Future Human Image Scientific Journal; revisor de documentos científicos en el área de humanidades de la revista Cogent OA – Taylor & Francis Group y otras publicaciones científicas; indexado como científico por las autoridades científicas rusas. Ha publicado cerca de 200 trabajos y estudios en Academia.edu y otras plataformas como investigador independiente desde 2013. En apenas tres años, publicó dos libros como autor de la trilogía EL SECRETO ÍBERO: Karuo (2013), Hijos de Titanes (2015). A la vez ha participado como co-autor en ediciones publicadas por notorias instituciones culturales españolas como son la Institución de Estudios Complutenses y la Diputación Provincial de Guadalajara en los encuentros de Historiadores del Valle de Henares. Cuenta desde 2014 con el aval de reputados académicos, doctores y científicos internacionales. Siendo respaldado aproximadamente en una cincuentena de áreas del conocimiento: Filosofía del Lenguaje, Ontología, Filosofía Antigua y Fenomenología, entre otras materias. Como gramático, sus hallazgos y teorías han sido recogidas por numerosos medios de comunicación y prensa en todo el mundo. En la actualidad estudia inéditas etimologías y topónimos de los pueblos y ciudades de España a partir de la escritura y lengua ibérica.