Viana volvió a congregar a cientos de aficionados con la suelta de un nuevo Toro de San Blas

  • Que se celebró el pasado sábado como parte del programa de las fiestas de invierno en honor de Las Candelas, San Blas y Santa Águeda que está celebrando el municipio
  • Por las calles de la localidad salieron dos astados de Antonio Pallá y Hermanos Oro Vela que hicieron disfrutar a cientos de aficionados

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Cientos de aficionados de toda la comunidad autónoma se desplazaron el sábado hasta Viana de Cega para disfrutar del segundo festejo programado en la provincia de Valladolid en este 2020 como es el ‘Toro de San Blas’ en su octava edición. El festejo se enmarcó dentro del programa de fiestas de invierno –en honor a Las Candelas, San Blas y Santa Águeda- que arrancaron el viernes con un coloquio taurino.

Se trata de un festejo que surgió en 2012 gracias a la iniciativa de la Asociación Cultural Taurina ‘El Polvorín’ y al apoyo del Ayuntamiento económico, administrativo y logístico del Ayuntamiento. Como el propio alcalde del municipio, Alberto Collantes, explicó en la charla taurina del pasado viernes, la asociación aporta un toro y además se encarga de la colocación del vallado en las semanas previas. Por su parte, el consistorio vianero adquiere un segundo astado y corriendo también de su cuenta toda la tramitación administrativa ante la Junta de Castilla y León (como responsable último del festejo), así como la contratación de médicos, ambulancias y seguros, etc. En total de las arcas municipales salen destinados al evento una cantidad cercana a los 10.000 euros.

En esta octava edición los astados que salieron a la arena de la calle Castilla fueron ‘Avispado’, toro negro adquirido por la asociación en la ganadería de Antonio Pallá, y León, toro colorado de Hermanos Oro Vela, adquirido por el Ayuntamiento de Viana a Luis Antonio Rodríguez ‘El Taru’.

El primero salió con mucha fuerza de los cajones y tras ser quebrado por un cortador ataviado con la sudadera de la asociación, se lanzó raudo hasta el fondo del recorrido donde, citado una y otra vez por los mozos presentes en la pseudoplaza fue perdiendo fuerza hasta que unos diez minutos después entraba en toriles.

Los siguientes cornúpetas que salieron a la arena fueron tres bueyes que protagonizaron -uno colorado sobre todo- situaciones de riesgo entre la nutrida concurrencia. Incluso alguno de los presentes, pese a estar bien ubicado tras las talanqueras, pasó momentos de verdadero apuro ante el empuje de los “mansos”.

Enchiquerados los bueyes llegó el turno de ‘León’ que salió cuando el Sol apretaba de lo lindo y en un abrir y cerrar de cajones se recorrió el recorrido del encierro barriendo la margen derecha del mismo y haciendo desaparecer uno tras otro a cuantos aficionados se pertrechaban tras las talanqueras. Varias veces subió y bajó el encierro el animal hasta que, tras quedarse varado en la zona de cajones y ajeno a los reclamos de los cabestros, tuvo que ser introducido en los chiqueros por el viejo método de la maroma.

Como punto y final al festejo se soltaron una vaca y nuevamente a ‘Avispado’, que una vez recobradas fuerzas, brindó varias y buenas embestidas a los cortadores presentes.