Reflexiones sobre la educación digital. La Alfabetización del siglo XXI

  • Con ellas, no voy a atacar ni defender a los padres, tampoco voy a tirar piedras contra mi propio tejado ni como colegio, ni como administración, pero en estos (…) me planteo serias dudas de cómo hemos llegado a nuestro alumnado

 

Jesús Ángel González Sanz, maestro y aprendiz.

Una vez terminado este segundo trimestre y habiéndolo hecho de manera tan inusual por culpa del coronavirus, como padre, maestro y director de un colegio de más de 525 alumnos me vienen a la mente multitud de reflexiones. Con ellas, no voy a atacar ni defender a los padres, tampoco voy a tirar piedras contra mi propio tejado ni como colegio, ni como administración, pero en estos días de confinamiento y después del “tele-colegio” que hemos montado profesores de este país con nuestros propios recursos  en nuestras casas, me planteo serias dudas de cómo hemos llegado a nuestro alumnado. Un alumnado que muchos casos no tienen los medios ni los recursos para poder acceder a una educación digital competente, a la ALFABETIZACIÓN DIGITAL DEL SIGLO XXI. Me voy a detener en Educación Infantil y Primaria que es lo que me compete.

  1. Si atendemos a la legislación educativa donde se desarrollan las diferentes áreas y el currículum en educación primaria, se habla del aprendizaje y uso  de las herramientas y entornos digitales en todas las asignaturas por parte de nuestro alumnado y profesorado… Y seamos sinceros, no somos muchos los maestros que tenemos una mínima competencia o la  llevamos a cabo ese entorno digital, y los que lo hacemos, lo hacemos de forma ligera o escasa, entre otras cosas  por nuestra capacitación, por los recursos que tenemos y porque las editoriales no recogen en sus páginas el uso de las herramientas digitales, o lo hacen mínimamente. 
  2. Somos conocedores que los centros educativos no disponen de las herramientas  adecuadas y  actualizadas para que podamos llegar con nuestro alumnado a optimizar su uso de manera idónea. Sí que es cierto que contamos con buena línea de fibra de Internet, un buen Wi-Fi, buenas pizarras digitales y un ordenador adecuado en el aula, pero el nivel de digitalización de nuestro entorno como docentes y también de las familias en sus hogares, que forman nuestra comunidad educativa, no es el más idóneo, ni competente.
  3. Por poner ejemplos de estas circunstancias en nuestro entorno, a día de hoy en los colegios de  educación infantil y primaria, “no podemos” poner las calificaciones en red, o “no podemos” presentar documentos administrativos de forma digital para o trámites de comedor, releo, madrugadores, matriculación, etc.
  4. Me planteo que la situación que por desgracia estamos viviendo,  es una gran oportunidad para que las autoridades educativas y el profesorado en general desde la educación infantil hasta la universidad, se planteen un nuevo modelo digital. Un acceso a la «alfabetización digital» de la sociedad en su conjunto, en el que la base de todo ello sea la formación del profesorado de cada centro educativo de todos los niveles.
  5. Esta conllevaría a  tener un mejor equipamiento informático en las aulas para que a través de la formación de los docentes se obtuviera el mayor rendimiento. No puede ser que año tras año, se reclamen equipos informáticos nuevos desde los centros educativos y veamos como esos recursos se van a otras consejerías o delegaciones: sanidad, fuerzas de seguridad, hacienda, fomento… Y veamos atónitos como no se da una dotación suficiente al campo educativo de los equipamientos informáticos punteros. Aunque me surge la duda típica: «¿nos darían tanques para matar moscas?”.
  6. Dado que los centros en la actualidad no cuentan con equipos ni dispositivos óptimos, me conduce a pensar que no estaría de más plantearse como docentes poder abrir las aulas a los dispositivos de nuestro alumnado, una forma de actuar que permitiría que ellos mismos puedan trabajar en el aula con las mismas herramientas que luego van a usar en su propia casa.  
  7. Por otro lado, soy conocedor como cargo directivo que la consejería de educación todos los años realiza una convocatoria de subvenciones para dispositivos digitales, y las solicitudes de las mismas son muy, muy escasas, lo que en mi opinión demuestra que no existe una demanda importante para un uso real educativo de estos dispositivos por parte de las familias y del alumnado.
  8. Todos estos puntos me conducen a planteamientos más serios, entre los que yo destacaría que la administración educativa exigiera a todos los docentes la competencia digital como algo obligatorio, a los que estamos y a los futuros maestros.
  9. Todas estas reflexiones me conducen a plantear el cambio del sistema de arriba abajo o de abajo arriba. Todas estas acciones que no dependen de los docentes, demostrarían una clara apuesta por la calidad educativa y no lo que tratan de vendernos los diversos gobiernos y los «Amancebados» de los sindicatos “educativos”. A mi modo de ver, Habría que cambiar el modelo de acceso a la función docente, tenemos un modelo de acceso obsoleto de los años 90 en pleno siglo XXI, que no evalúa, ni valora las competencias digitales docentes. Habría que modificar el plan de estudios en la «porquería» de universidades que tenemos, un plan que en ningún momento se acerca a la realidad docente del quehacer educativo. Esto implicaría buscar la exigencia y tratar de modificar la nota de corte para acceder a este tipo de carreras, lo que para mí conllevaría una mayor valoración de la carrera docente. 
  10. La valoración social de la carrera docente me lleva a este punto, donde algunas familias en estos días inciertos, nuevos para todos, lo único que ven en nosotros es la carga de tareas, de deberes o actividades que de manera digital estamos transmitiendo al alumnado a través de plataformas digitales de las que hace apenas unas semanas, no habíamos ni oído hablar de ellas.