Viana conmemoró durante el fin de semana el octogésimo aniversario del “milagro’ de 1939

  • Con un programa de actividades elaborado por la Parroquia y por el Ayuntamiento
  • Los hechos recordados se refieren al final de la Guerra Civil y del incendio que se produjo en un polvorín sito en el solar donde hoy se erigen las casas de la urbanización ‘La Resinera’

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Con motivo del octogésimo aniversario de los hechos que ocurrieron en Viana de Cega en el año 1939 -una vez finalizada la Guerra Civil- a los que desde entonces se han calificado como “milagrosos” generación tras generación, la localidad ha celebrado un programa de actos conmemorativo organizado por la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora y por el Ayuntamiento.

El programa arrancó el viernes con un rosario y posterior misa en honor de la Virgen de la Medalla Milagrosa, advocación mariana a la que se adjudica el milagro.

El sábado el programa de actividades incluyó comienzo un concierto de música clásica a cargo de un trío de cuerda de la Escuela Anna Magdalena Bach, de Boecillo, al que siguieron una ofrenda floral a la Milagrosa y una procesión de velas por las calles de la localidad los sones de los Dulzaineros de Viana como  acompañamiento musical. La noche se cerró  con el lanzamiento de unos fuegos de artificio.

Como punto y final a este especial aniversario, el domingo se programó un cuentacuentos para los niños y niñas de catequesis de la Primera Comunión en el que la concejal de Cultura, Aglaé de la Torre Tranque les relató, con la ayuda de un  kamishibai japonés, los hechos de 1939. A esta actividad le siguieron una misa de acción de gracias, oficiada por el párroco Sebastián Aldavero, y la posterior procesión con la imagen de la Virgen hasta la hornacina de la Urbanización La Resinera donde se haya una réplica en miniatura de La Milagrosa. A los actos acudió parte de la corporación municipal, con el alcalde, Alberto Collantes a la cabeza, y el sargento de la Guardia Civil del puesto de Boecillo.

EL ‘MILAGRO’ DEL 39

La especial relación de Viana de Cega con esta advocación mariana viene del final de la Guerra Civil Española. Durante ésta se emplazó en la localidad un polvorín militar en las instalaciones de la Unión Resinera, donde hoy se asienta una urbanización residencial, dada la cercanía de la zona a las vías del tren. La noche del 25 de noviembre, terminada la guerra y con el polvorín aún lleno de artefactos militares, la chispa de una chimenea prendió la estructura del edificio.

Según han contado a las siguientes generaciones quienes vivieron aquel episodio, los centinelas, asustados, empezaron a correr la voz por el pueblo, temerosos de una posible explosión del material de guerra allí guardado. Los vecinos, aterrados al ver aquellas llamas que decían “tocaban el cielo”, emprendieron la huida hacia localidades cercanas o subiendo al famoso ‘Pico de la Horca’, donde la montaña atenuaría la onda expansiva en caso de explosión. Aun así, algunos vecinos se quedaron a prestar ayuda a los militares que luchaban contra el fuego.

Rayando el amanecer, cuando todos temían lo peor puesto que para vaciar el almacén tenían que arrancar las rejas de las ventanas y era un enorme trabajo para aquellas pocas manos que quedaron a sacar los proyectiles, el viento milagrosamente cambió de dirección ayudando a aquellos valientes a sofocar el incendio.

Al día siguiente, domingo en el que ese año se celebraba la festividad de ‘La Milagrosa’, al regresar todos aquellos huidos se escucharon todo tipo de anécdotas curiosas, “algunas cómicas y otras terribles”.  Para muchos, el verdadero milagro fue que durante una fría y oscura noche de noviembre, con temperaturas bajo cero, hubo unos setecientos vecinos de Viana pululando por pinares y carreteras y no pasó nada, ni un catarro, ni un resfriado, ni una torcedura corriendo a oscuras. Este es el verdadero milagro que se celebra en la localidad, y que quienes moraban en Viana en aquel año atribuyeron a la intercesión de la Virgen María.

En recuerdo de todos aquellos hechos, hace más de veinte años se colocó en  la confluencia de las calles ‘Estación’ y ‘Milagrosa’ –en la zona donde se encontraba el polvorín- una hornacina con la imagen en miniatura de ‘La Milagrosa’ y hace cuatro, en dicha estructura, una placa en conmemoración del setenta y cinco aniversario de estos hechos.

El año pasado, el Ayuntamiento de Viana editó, bajo la coordinación del Jorge Vijuesca, un pequeño folleto en el que tirando de testimonios de vecinos y de legajos recogidos en archivos, se relatan estos mismos hechos para conocimiento público.