Nueva Ley Regional Agraria como vía para el resurgimiento del sector
Silvia Clemente, la primera mujer que dirige las políticas agrícolas y ganaderas en la comunidad y que va camino de cumplir los seis años al frente de la gestión de esta área, ya tiene preparado un borrador acerca de la Primera Ley Agraria de Castilla y León.
Carlos Cerro Santos
La pasada legislatura, el Partido Popular llegó a la conclusión de que el programa electoral autonómico de 2011 debería incluir un compromiso con los profesionales del sector agrario y era el de elaborar una Ley Agraria. Ley debida a que el último gobierno central de PSOE elaboró una ley de desarrollo rural que era muy amplia y abarcaba todo lo que tenía que ver con el medio rural, pero a Castilla y León “no aportaba lo suficiente a la actividad agrícola-ganadera y agroalimentaria”, en palabras de la Consejera.
En declaraciones a los medios de comunicación asegura que Castilla y León “tiene entidad para contar con su propia Ley Agraria”, con lo que se buscará hacer la vida más fácil a quienes vivan en el campo y del campo. Castilla y León es la tercera Comunidad Autónoma que más aporta a la agroalimentación española y la Consejera afirma que es fruto de la consideración estratégica que tiene el gobierno autonómico con el sector, ya que el 15 % del presupuesto, 1.500 millones de euros, se dedican al sector agrario regional.
La importancia del sector, dueño de nuestra alimentación, hace que nos debamos plantear su futuro. ¿Qué mejor forma de hacerlo que con una ley agraria que modernice al campo, siempre que sea eficaz, viable y sostenible? Lo que no es viable económicamente es que el 40 % de las producciones de las explotaciones agrarias dependan de las subvenciones de la PAC. Por ello es necesario y muy urgente una reforma en el sector que adjudique las ayudas a las explotaciones que realmente lo necesitan y que se potencien las que sean económicamente viables y que las ayudas se ajusten a su tamaño y producción. Otro gran problema que debería abarcar la nueva ley sería la de facilitar el acceso a los jóvenes al sector, porque actualmente por mucha ilusión y ganas que tengan por acceder, desgraciadamente no pueden. En la gran mayoría de los casos se debe a dos problemas básicos: la difícil obtención de financiación de las entidades bancarias, debido a los elevados costes que suponen la adquisición de maquinaria e infraestructuras, y la escasez de tierras de labor, ya que una parte de ellas son trabajadas por gentes ajenas al sector como actividad fundamental. ¿Son igual de necesarias las ayudas y subvenciones para estos que para los agricultores y ganaderos a título principal? Además de que no contribuyen a la generación de riqueza, unos porque ya lo hicieron en sus correspondientes periodos laborales y otros porque ya lo crean en otros puestos, privan a los miles o mejor dicho, millones de desempleados de tener un puesto de trabajo.
La Ley Agraria está llamada a ser un instrumento normativo para incrementar la mejora y optimización de la estructura de la base territorial de las explotaciones con el fin de lograr "unidades económicas agrarias rentables"
La futura Ley Agraria pretende impulsar la mejora y modernización de los procesos productivos de transformación y comercialización para facilitar la "distribución justa y eficiente de costes y beneficios". Se pretende incrementar a través de esta ley la intensificación de la puesta en práctica de iniciativas tendentes al impulso y diversificación del sector agroalimentario.
La Ley Agraria contemplará la participación del sector privado en la financiación y en la explotación de infraestructuras agrarias, "dado que la actual coyuntura económica ha afectado de una manera significativa a los recursos financieros de las Administraciones Públicas", según ha reconocido la consejera. También tendrá en cuenta el reconocimiento de las organizaciones interprofesionales agroalimentarias, "llamadas a convertirse en instrumentos de los agentes económicos agroalimentarios que les permitan facilitar la adaptación de la oferta a las exigencias del mercado y perfeccionar la organización de la producción, de la transformación e incluso de la comercialización de los productos agroalimentarios".
Otro aspecto importante que se contempla es la creación de un 'banco de tierras" para incentivar que aquellos propietarios de terrenos que no estén productivos los pongan a disposición de aquellos jóvenes que no dispongan de volumen suficiente para hacer rentable la actividad.