Miguel Ángel Gallego (enfermo de cáncer): “No somos guerreros. Nadie quiere estar en esta situación y todos lo cambiaríamos si fuera posible”

  • La vida de este vecino de Aldeamayor cambia a finales del pasado año cuando lo que parecía una infección de orina desembocó en una nefrectomía radical (extirpar íntegramente uno de sus riñones) tras detectar un tumor de 12 centímetros

 

Juan José Villalba Pinilla

Miguel Ángel Gallego es un vecino de Aldeamayor de San Martín, de 36 años, casado y con tres hijos, uno de ellos de poco más de un año. Casi al final de 2022, en noviembre del pasado año, lo que parecía ser una simple infección de orina desembocó en una nefrectomía radical (extirpar íntegramente uno de sus riñones) tras detectar un tumor de 12 centímetros. La palabra cáncer y todo lo que ello significa entra de lleno en su vida y en la de su familia y ahora, con el optimismo por bandera, se prepara para un horizonte de 10 años en el que se tendrá que someter a un proceso de seguimiento para controlar que no vuelva a aparecer ningún síntoma.

Con motivo del Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer que se celebra hoy sábado, nos hemos acercado a él para que nos cuente su historia.

P.: ¿Cuáles fueron los síntomas que desembocaron en tu diagnóstico?

R.: El día  anterior de la marcha contra el cáncer de Valladolid teníamos al pequeño ingresado en el hospital.  Por la tarde al ir a orinar, note que salía algo de sangre en la orina.

No lo di mucha importancia, pero aprovechando que estábamos en el hospital mi mujer me dijo que me acercara a urgencias y en principio se pensó que era una infección de orina por lo que no lo di muchas más vueltas.

P.: Y a partir de ahí, ¿cómo se suceden los acontecimientos?

R.: Días después, viendo que seguía saliendo algo de sangre y al extrañarme de no sentir dolor, me volví a acercar al médico  de cabecera del pueblo. Al explicarle los síntomas comenzó a palpar la zona de los riñones y en el lado derecho debió notar algo ya que me dijo que si no tenía nada que hacer ese día me bajara al hospital clínico para que hicieran una imagen. En un principio yo pensé que tal vez habría una piedra o algún tipo de inflamación, pero decidí acercarme al hospital. No esperaba que fuera nada grave y decidí  no avisar a la familia.

Tras llegar y realizar la admisión en urgencias procedieron a realizar una analítica y una primera ecografía. A mí me extrañó que el médico se entretuviese mucho en el riñón derecho y que de repente fuera a buscar a otros dos compañeros. Al cabo de unos momentos me dijeron que habían visto una cosa rara y que necesitaba meterme a la sala de boxes para hacer más pruebas. Al no ser todavía consciente, pasaba las horas leyendo un libro que me había llevado mientras esperaba la realización de un TAC. 

Unas horas después me dijeron que tenía que pasar por la planta de urología ya que habían detectado una masa extraña. Tras dos días de pruebas me indicaron que había que realizar una operación muy urgente ya que habían encontrado un tumor de aproximadamente doce centímetros que estaba presionando sobre la vena cava haciéndola prácticamente colapsar con el riesgo de infarto que ello supondría.

Tras varios días de espera en lo que realizaron el preoperatorio y estudiado en el caso,  el veintitrés de noviembre me realizaron una nefrectomía radical (quitar el riñón entero) y tras nueve días me dieron el alta médica para continuar la recuperación en casa. Tras casi un mes de una recuperación, que fue bastante dolorosa,  el veintitrés de diciembre nos confirmaron que habían eliminado  un carcinoma renal cromófobo. Es una variante que aunque de menor grado que otros tipos de tumor renal podrían generar complicaciones en caso de no haberse detectado a tiempo. Tras todo esto se inició un proceso de seguimiento que durará  10 años para controlar que no vuelva a aparecer ningún síntoma.

P.: ¿Cómo lo asimiláis tú y tu familia?

R.: La verdad que fue un shock. Siendo joven y deportista, en lo último que piensas es que puedas tener esta enfermedad y, cómo a todos los pacientes, lo primero que se nos pasa por la cabeza es que es una sentencia  de muerte. Piensas en los niños y en todo lo que tienes por hacer. Intentas creer que es un sueño del que tienes que despertar. Es verdad, además, que al principio los médicos siempre se ponen en lo peor y luego poco a poco las noticias van mejorando.

Tras pasar por las típicas fases de negación, etc., decido coger el toro por los cuernos. Hay un bicho que quitar cuanto antes. Siguiendo el consejo de los médicos me dejo llevar sin querer adelantar los acontecimientos y dejando que cada paso venga por sí solo.

Para la familia es un palo y ellos han sido esenciales ya que en ningún momento estuve solo en el hospital. Siempre tenías su compañía, tanto en los buenos como los malos momentos, y sin ellos seguramente no habría tenido ese pilar que me ayudó a salir adelante

P.: ¿Cómo ha cambiado tu vida familiar, laboral y socialmente?

R.: Lo primero de todo supuso de un día para otro pasar de estar trabajando –Miguel era responsable de servicios en grupo Sifu Castilla y León-  a estar de baja, dejar de lado otras ocupaciones como la de Coordinador de la Agrupación de Aldeamayor de Protección Civil y tener que cancelar todos los planes a corto plazo, además de replantearse muchas cosas.

La verdad qué hora valoras todo mucho más. Te das cuenta que la mayoría de cosas por las que nos expresamos o enfadamos son chorradas. Que la vida son dos días y en cualquier momento  todo puede cambiar. Qué muchas veces nos centramos en factores que realmente no son importantes. El dinero sin salud no vale para nada. Valoras mucho más  la familia  los paseos, los silencios, todo. Ves todo el cariño de esa gente que está pendiente de ti. Como siempre, todo tiene su cara y mala pero también su cara buena.

 

P.: Y pese a todo, lo llevas con buen talante…

R.: Meterse en la cama no sirve de nada. Me dije a mí mismo que podría haber seguido viviendo en la ignorancia pero eso no hubiera quitado un problema peor de salud a corto medio plazo. También, que dentro de lo malo, por lo menos tenemos la posibilidad de encontrar un remedio cuando a mucha gente ese remedio no les llega o les llega demasiado tarde.

Era consciente de que el cáncer no apareció un día para otro. Llevamos años juntos pero se había mantenido escondido,  Y el que finalmente diera la cara nos permitió ponerle nombre y apellidos y poner los remedios para vencerlo.

En el hospital cuando apenas me podía mover, me marcaba pequeños retos,  Un día  levantarme yo solo, otro andar cincuenta pasos,  al siguiente llegar hasta la pared del final del pasillo…Ya en casa, tenía un pequeño reloj de pulsera donde cada día intentaba ir a haciendo más pasos que el día anterior…y cuando la salud lo permitía volvía a hacer deporte.

Luego decides marcarte hábitos de vida más saludables. No he comido más frutas verduras en mi vida y cambias unas cosas por otras porque sabes que te va a ir mejor.

Es de agradecer todo el cariño de familia ya amigos que me han acompañado y siguen en este camino. Pero sobre todo es de agradecer  la vida, lo maravillosa que es y las ganas de vivirla a tope.

P.: ¿Un mensaje que quieras lanzar en este día?

R.: Aunque muchas veces se nos etiqueta de guerreros, no lo somos. Nadie quiere  estar en esta situación voluntariamente y todos lo  cambiaríamos si fuera posible. Los auténticos guerreros son los médicos que cada día combaten contra esta pandemia. Dotarles de recursos e invertir en investigación  es la base para poder vencer al cáncer.

Cómo ciudadanos podemos poner nuestro granito de arena colaborando con la Asociación Española Contra el Cáncer. En mi caso, una de las primeras cosas que hice al enterarme de lo mío fue a hacerme socio. Cada granito de arena que ponemos, por ejemplo con una donación, es la base para una beca de investigación o para poder ayudar a gente que está enfrentándose a la enfermedad.

Por último debemos de dejar de mirar a esta enfermedad común tabú, algo de lo que no queremos hablar. Es algo que está presente pues tal como dicen las estadísticas un tercio de la población desarrollará algún tipo de tumor  a lo largo de su  vida. Pero en nosotros como sociedad está en poder hacer que el cáncer pasa a ser una enfermedad crónica igual que muchas otras que existen.