Los vecinos de Aldeamayor disfrutaron ayer de su primera noche de San Juan post pandémica

  • El municipio celebró esta tradición con el trasladó de un muñeco con aspecto de coronavirus hasta una pira donde, como símbolo de todo lo malo, ardió pasada la medianoche

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La localidad de Aldeamayor de San Martín celebró en la noche de ayer viernes su particular Noche de San Juan, la primera tras dos años de ausencia, organizada por el Ayuntamiento del municipio en colaboración con la Agrupación Local de Voluntarios de Protección Civil.

Se trata de una noche mágica en la que el fuego se convierte en protagonista con el encendido de hogueras. Según la tradición, la finalidad de este ritual es doble: por una parte se trata de rendir tributo al sol, dándole fuerzas, ya que desde el día 21 se va haciendo más débil tras el solsticio de verano; y por otra se trata de purificar a las personas que las contemplan quemando sus pecados. También es tradición arrojar a las llamas ropas viejas, papeles, y cualquier objeto que representara un mal recuerdo, y así se exorcizaban los malos sucesos de los doce meses anteriores.

El Espacio Joven fue el lugar elegido para que a las diez y media de la noche, cuando la noche cubría prácticamente la villa, arrancara un cortejo encabezado por un vehículo municipal en cuyo remolque se portaba a un muñeco, al que hace años se le bautizó como ‘El Camuñas’ y que este año ha trasmutado en algo muy parecido a un ejemplar de coronavirus, dispuesto para ser pasto de las llamas minutos después.

Unos metros detrás,  los atronadores sones de los diferentes instrumentos de percusión de una agrupación de batucada imprimían música y ritmo al evento al que poco a poco se iban añadiendo vecinos.

Algo más de una hora después, tras transitar pausadamente por la Avenida Valladolid, calles Larga, Vicente San Juan, Jorge Guillén, Plaza de La Sal y San Roque, y tras alguna parada obligada en esos puntos para que los percusionistas recuperaran el resuello, se llegó a la parcela en la que se ubica la plaza de toros, en los aledaños del Polideportivo Municipal, donde esperaba un gran acopio de leña y materiales varios, combustible necesario para generar unas buenas llamas.

Como preámbulo al momento cumbre de la noche, ese en  el que el fuego iluminaria la noche, un brujo, llegado directamente desde Galicia recitó un conjuro mientras en un recipiente elaboraba queimada.

Acto seguido, pasada la medianoche, y una vez que los efectivos de Protección Civil tenían asegurada y acordonada la zona , el alcalde, Fernando de la Cal, prendió una zona de todo el acopio y el fuego fue engullendo poco a poco al “bicho” ante la atenta mirada de los allí presentes.  

Como epílogo de este evento, una vez que las llamas fueron decayendo tras consumir madera y muñeco, todos los asistentes pudieron disfrutar de una nueva actuación de la batucada  además de compartir unas tazas de chocolate.

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