Los gigantes y cabezudos de la Comunidad de Villa y Tierra de Portillo iniciaron el domingo su peregrinar por los pueblos que la forman
- Lo hicieron en La Pedraja de Portillo, localidad desde la que se ha promovido su restauración para que vuelvan a animar las tradicionales dianas y pasacalles de las fiestas locales
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Pese a las malas expectativas meteorológicas, los vecinos de La Pedraja y del resto de localidades que forman la Comunidad de Villa y Tierra de Portillo no se arredraron y el pasado domingo participaron de la puesta de largo de los gigantes y cabezudos propiedad de esta entidad que, tras décadas arrinconados en algún almacén han sido restaurados para su disfrute, como se hacía en épocas pasadas, en fechas señaladas en los 6 municipios que la forman.
Han sido vecinos de la propia Pedraja quienes han promovido la recuperación de esta tradición. Gracias a los conocimientos de uno de ellos, Luis F. Pérez Tejera, escayolista y artista vocacional, que había tenido cierto contacto con las esculturas de cartón piedra, se ha restaurado de manera totalmente altruista una comparsa compuesta de dos gigantes (Don Quijote y Dulcinea) y cinco cabezudos (Popeye, Payaso, Arlequín, Drácula y Dragona).
Con mucho viento y algo de lluvia arrancó el acto sobre las once de la mañana en la Plaza de Castilla. Tras una breve inauguración, con discursos entre otros de la alcaldesa de La Pedraja, Henar González Salamanca, y del alcalde de Portillo y presidente de la Comunidad, Juan Esteban Salamanca, tuvo lugar la presentación y puesta en valor de la fiesta por parte de Cristina Pérez Tejada. Esta vecina rememoró las dianas y pasacalles acompañadas por los gigantes y cabezudos durante las fiestas de San Antonio.
Seguidamente se realizó recorrido por las calles de la localidad al son de las piezas interpretadas por una representación de los mejores dulzaineros de la zona. También se contó con la participación del grupo de jotas Ribera del Pisuerga de Valladolid al que se sumaron danzantes masculinos y femeninos de alguno de los grupos de bailes tradicionales del entorno.
Hay que recordar que la colaboración por parte de los ayuntamientos que forman la comunidad y la generosidad de los vecinos de La Pedraja ha sido fundamental para que en este 2024 se vuelva a disfrutar de estos Gigantones. Tras La Pedraja las figuras viajarán el domingo de Pentecostés (19 de mayo) a la Aldea de San Miguel; en la víspera del Corpus (1 de junio) y en La Entrega (16 de junio) a Portillo y a Arrabal; en San Antonio (13 de junio) a La Pedraja y en San Roque (16 de agosto) a Aldeamayor de San Martín, faltando aún la confirmación de la salida en Camporredondo y La Parrilla.
LA TRADICIÓN DE LOS GIGANTES Y CABEZUDOS EN VALLADOLID
La tradición vallisoletana de los Gigantes y Cabezudos. Estos personajes tan afamados en toda Europa occidental, comienzan a documentarse en nuestro país antes de la Edad Media, perdurando su uso hasta nuestros días. Y en nuestra provincia, tenemos la suerte de que aún esté muy arraigada a todos y cada uno de los vallisoletanos.
Primeramente, a las localidades llegaban los gigantes y cabezudos de la ciudad, una comparsa que es un tesoro. En 1947 desde el ayuntamiento vallisoletano se encarga al artista fallero más emblemático, Regino Mas, una comparsa de varios cabezudos y 4 parejas de gigantes, siendo estos junto a la madrileña datada en 1967, los únicos supervivientes del artista. La pareja principal de los gigantones vallisoletanos, refierían a los Reyes Católicos, acompañados de dos cabezudos que representaban a dos burlescos maceros y en compañía también del resto de gigantes que representan a África, América y Asia con parejas de sultanes, indios pieles rojas y mandarines respectivamente, todas ellas con su correspondiente y estrafalario cabezudo, menos los sultanes, que por alguna razón nunca se realizó esa cabeza.
En una siguiente compra, se añadieron cuatro cabezudos más, un torero, una bruja, un bandolero y un pirata, estos realizados en el taller de Vicente Luna.
El ayuntamiento vallisoletano, sin dar a basto a solicitudes y también por asumir la restauración y el mantenimiento, decide a mediados de los años 70, no volver a prestar las figuras a las localidades, manteniendo su uso exclusivamente en la ciudad.
Los promotores de la iniciativa desconocen qué organismo o ayuntamientos prestarían durante esos años a estos grotescos personajes, pero sabemos que una comparsa de la mítica casa “El Ingenio” de la familia de escultores Escaler ha rondado por varios de nuestros pueblos, entre otros en La Pedraja, como muestra esta foto que aguardan los vecinos del pueblo.