La 65 Seminci premia el talento de Javier Cámara, Gracia Querejeta, Julio Medem y María Galiana con la Espiga de Honor

  • Reciben el reconocimiento honorífico del festival por su destacada trayectoria

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Puede que este martes el Teatro Calderón de Valladolid estuviera semi vacío por las restricciones de aforo, pero los aplausos que recibieron los actores Javier Cámara, Gracia Querejeta, Julio Medem y María Galiana al otorgarles la Espiga de Honor de esta atípica 65 Seminci llenaron por completo la sala.

El primero en subir al escenario fue Javier Cámara, uno de los actores más prolíficos de este país, ha recibido el galardón honorífico del festival vallisoletano de la mano de Fernando Trueba, director con el que ha trabajado en la película El olvido que seremos.

El cineasta elogió a Cámara describiéndole como un actor todoterreno, al que si le dejas, “empuja hasta el travelling. “Javier reúne las dos escuelas de interpretación: al actor concentrado, muy metido en el personaje, y al que es totalmente libre y natural. Lo tiene todo y es un lujo trabajar con él”, ha señalado Trueba.

El actor recibía la Espiga de Honor confiando en que la pandemia no impida al sector cinematográfico seguir trabajando. “Esta profesión está tan viva y llena de cosas bellas por hacer que espero que la pandemia nos deje seguir haciendo películas. Guardaré este premio en el corazón”, ha manifestado.

Por su parte, la guionista y directora Gracia Querejeta, quien presentó en 1992 su primera película en Seminci, Una estación de paso, ha recibido el galardón honorífico del festival arropada por la actriz Adriana Ozores, quien le ha enviado un cariñoso mensaje, y por Emma Suárez, miembro además del jurado internacional de esta 65 edición.

La cineasta, visiblemente emocionada, dedicó este premio a su padre, el gran productor del cine español Elías Querejeta, en el día que precisamente habría cumplido 86 años.

“Para mí es especial recibir la espiga en este festival, donde prácticamente empecé como directora y con un público exigente, y es más especial porque mi padre hoy hubiera cumplido 86 años. Mi primer viaje a Valladolid fue de su mano y se lo dedico a mi padre Elías, por ser parte de muchos cineastas que siguen estando en activo y porque me enseñó a amar esta profesión, a respetar y a trabajar con todo el rigor con el que uno es capaz”, ha señalado.

El tercero en subir al escenario para recibir su galardón ha sido el director vasco Julio Medem, autor de películas inolvidables como Los amantes del Círculo Polar o Lucía y el sexo y otras más polémicas como el documental La Pelota Vasca.

El cineasta recogía la Espiga de Honor emocionado y lamentó que su esposa -“su pucelana”- no pudiera estar hoy junto a él por motivos laborales.

“El año pasado estuve invitado en Seminci para dar el premio a Najwa Nimri y ahora yo lo recibo. Es un flujo bonito, pero acabaría mejor si pudiera dedicárselo a una vallisoletana: Montse Sanz, mi mujer, que es directora de arte y está rodando en Cáceres”, ha explicado.

Pese a este año complicado marcado por la pandemia del coronavirus, el director ha querido lanzar un mensaje positivo al manifestar que la cultura es segura y que, pese a las dificultades, “se pueden seguir haciendo obras, ensayos y rodajes, porque el espectador puede ir a las salas sabiendo que son lugares seguros”, ha indicado, no sin antes felicitar a la Seminci por existir en estos tiempos.

Por su parte la actriz María Galiana, la más veterana y trayectoria más corta al haber empezado en el mundo del cine cuando tenía más de 50 años, recibía la Espiga de Honor de la mano del productor Antonio Pérez y las actrices Ana Fernández e Irene Visedo.

Galiana, quien debutó en el cine en 1999 con Solas, la ópera prima de Benito Zambrano, se ha convertido en el icono de abuela universal al colarse en 2001 -y hasta la fecha- en los salones de todos los hogares españoles con la serie Cuéntame cómo pasó, la más longeva de la televisión en nuestro país. El aplauso más sonado del Teatro Calderón de este martes se lo llevó ella sin duda .

“Mi carrera es muy cortita para la edad que tengo y recibir la Espiga de Honor de la Seminci me parece de una generosidad extraordinaria. Además me dan el premio en familia, porque tengo aquí a un padre, Antonio, el que me contrató para hacer Solas; a mi hija Ana y mi nieta Irene”, ha dicho Galiana en referencia a los personajes que interpretado durante largo tiempo junto a estas actrices.

“Me siento honrada por recibir esta distinción, muy emocionada”, ha concluido la actriz sevillana.

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