En Montemayor novillos

  • Tres años después, los vecinos de una de las localidades más taurinas de la provincia vuelven a disfrutar de sus tradicionales festejos taurinos que se extenderán hasta el próximo domingo

 

Juan José Villalba Pinilla

Tres años después, los vecinos de Montemayor de Pililla, una de las localidades más taurinas de la provincia, vuelven a disfrutar de sus tradicionales festejos que se extenderán hasta el próximo domingo.

Como bien señaló uno de los hermanos Gutiérrez Bachiller el pasado martes en el pregón de fiestas, el ansia de los vecinos por disfrutar de uno de los pilares tradicionales de sus fiestas hizo que el año pasado, cuando las restricciones sanitarias impedían la celebración de este tipo de eventos debido a la previsible aglomeración de público, algunas de las peñas de la localidad organizaran un encierro simulado para, de alguna manera, aliviar el gusanillo.

Y por fin en la tarde del pasado miércoles, como cada 14 de septiembre, los vecinos, ataviados con su traje de peña se personaron en la calle Industrias para recibir al camión de los toros y, horas después, ser testigos del desenjaule de las reses en la mítica Empalizada, esa plaza  de palos que gracias al empeño de la asociación del mismo nombre y del Ayuntamiento fue declarada por la Junta de Castilla y León Bien de Interés Turístico de Carácter Inmaterial junto a la Función en septiembre del año 2017.

Como señalaba la resolución de esta declaración, la Función de la Cruz y Plaza de Toros de la Empalizada de Montemayor de Pililla (Valladolid), constituyen una relevante y singular manifestación cultural con orígenes en el siglo XVII, que se ha mantenido prácticamente inalterada hasta nuestros días, transmitiéndose de padres a hijos como un patrimonio vivo y seña de identidad de toda una comunidad. Dentro del conjunto de celebraciones religiosas y lúdicas que tienen lugar en esta manifestación cultural, el objeto de la declaración se concreta en el conjunto de actividades taurinas tradicionales que singularizan este hecho cultural; encierros, lidia y capeas y especialmente el recinto taurino que sirve de marco a estas actividades, la Plaza de Toros de la Empalizada. Esta plaza de toros constituye un modelo singular de plaza de toros atalancada; de carácter efímero, se monta y desmonta cada año con la madera de pino de las tierras del común. Su construcción artesanal y su ejecución históricamente solidaria por la propia comunidad, la configuran como un elemento patrimonial de especial relevancia.

La singularidad e importancia de la plaza de toros la Empalizada viene dada por su carácter efímero, que surge y desaparece cada año; por su proceso de construcción artesanal con técnicas y soluciones características; por la utilización de unos materiales determinados que provienen del territorio del común y por una ejecución solidaria a la que contribuye la propia comunidad. Son estos valores los que determinaron su declaración como bien de interés cultural inmaterial y, en consecuencia, la salvaguarda de la Función y en concreto de la plaza de toros la Empalizada, vino determinada por la preservación de su espíritu así como el mantenimiento del modelo y modo de construcción de la plaza.

Es el aprecio colectivo de esta comunidad, la participación, percepción y valoración por parte de todos los ciudadanos, creadores y recreadores de esta realidad material que ha sido mantenida y conformada a lo largo de su historia, lo que ha convertido la Función, en un bien representativo de su propia identidad cultural, que por su autenticidad e integridad merecen la máxima consideración.

Y es que ese binomio Montemayor – toros ha trascendido incluso al mundo de la música como lo atestiguan aquellos versos del tema Veinticinco pueblecillos’ del Nuevo Mester de Juglaría ‘que dice “En San Miguel piejos gordos, en Montemayor novillos”.

Y después de esta extensa introducción, y retomando el momento del desenjaule, tres años después de la última vez, de reses bravas en la Empalizada, a los vecinos de esta antigua villa se les presenta un intenso menú taurino que continuó con sendas sueltas de toros por las calles, tanto en la noche del miércoles como en la mañana de ayer jueves, de la que aportamos una extensa galería de fotos, y con una exhibición goyesca de cortes en la tarde de este 15 de septiembre.

«De momento -ha explicado el alcalde, Iván Velasco Bachiller- los festejos se están celebrando con total normalidad, con un ganado que con carácter general está dando bastante buen juego y, lo que es más importante, sin que haya que lamentar ninguna cogida. Esperemos que en todo lo que nos queda se desarrolle de la misma manera».

Los eventos taurinos se retoman hoy viernes con un nuevo encierro urbano desde las once y media de la mañana  y con un festejo de rejones desde las seis y media de la tarde.

Para mañana sábado hay programados un nuevo encierro urbano a partir de las once y media de la mañana, un festival taurino desde las seis y media de la tarde y un nuevo encierro urbano pasada la medianoche.

El domingo, último día de fiestas, está prevista la celebración de un encierro mixto a partir de las diez de la mañana, de uno urbano dos hora después y de una becerrada a las seis y media de la tarde.

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