EL CORTE DEL SUMINISTRO ELÉCTRICO DURANTE CASI CUATRO HORAS TRASTOCÓ AYER LA VIDA EN MEGECES

El alcalde, Abel Manso, no oculta se indignación por el trato recibido tanto por la empresa suministradora, que ni siquiera escuchó sus peticiones de planes alternativos, ni por la Subdelegación del Gobierno, donde “se pusieron de perfil”
Vecinos, instituciones y empresas tuvieron que amoldarse a una situación propia de hace décadas

Juan J. Villalba  @Juanillo_v_p

Poco resulta más efectivo en pleno siglo XXI para alterar la vida de una comunidad, ya sea rural o urbana, que la ausencia de suministro eléctrico. Y eso es lo que les ocurrió en al día de ayer a los más de 400 vecinos de Megeces. Un corte en el suministro, debido a las actuaciones de mantenimiento en la línea con la que Iberdrola abastece al municipio, trastocó por cerca de 4 horas, entre las nueve de la mañana y la una de la tarde aproximadamente, la rutina de vecinos, instituciones y empresas.

Aunque el corte había sido programado y anunciado con antelación por la propia Iberdrola, el alcalde de Megeces, Abel Manso, solicitó a la empresa un plan alternativo que redujera la repercusión. “Se les planteó desde un corte sectorizado por zonas a la posibilidad de suministrar energía mediante generadores pasando porque que realizaran el corte un sábado cuando, al menos, no se verían afectadas las empresas del pueblo y el trastorno hubiera sido menor, pero ni lo han entrado a valorar” afirma el regidor.

Si en Iberdrola ni estaban ni se les esperaba, el traro que recibió Manso cuando buscó el auxilio de la Subdelegación del Gobierno en Valladolid, administración competente en esta materia,  no fue mucho mejor: una larga cambiada. La ausencia de responsable político por mor de la convocatoria de las Elecciones Generales hizo que nadie le diera una solución. “A los políticos se les llena la boca hablando del problema de la despoblación del medio rural, las consecuencias, etc. pero cuando hay un problema real, como el que hemos sufrido nosotros, en vez de buscar soluciones se ponen de perfil cuando no dan la espalda directamente”. Manso se pregunta si el trato y la búsqueda de soluciones hubiera sido la misma si en vez de en Megeces el corte se hubiera programado en una localidad de mayor tamaño, como la vecina Íscar, o en uno de los polígonos de Valladolid.

Y con este panorama llegó el anunciado corte y en los hogares megezanos nadie pudo realizar algo tan habitual como calentar un vaso de leche en el microondas, en instituciones como en el Ayuntamiento no se pudo pulsar la tecla ‘Enter’ y enviar un correo electrónico, medio habitual de comunicación entre administraciones, y en las empresas tuvieron que optar por no producir durante varias horas, por realizar trabajos que no requirieran energía eléctrica o lo que en román paladino se denomina “buscarse la vida”. Así por ejemplo, relataba Manso a esta redacción, ha habido empresas como varias metalúrgicas –Aibel o Hijos de Jacinto Sanz- en las que “han tirado de generadores para realizar labores básicas o directamente han parado la producción porque sus procesos dependen al cien por cien de la electricidad” y ha habido otras, como en la Granja Avícola Pinilla, “donde  han tenido que proveerse de  varios generadores para mantener la ventilación de las instalaciones o recoger los huevos”. Sin embargo, añadía el alcalde, “les ha sido imposible elaborar el pienso compuesto para dar de comer a las gallinas. Y estamos hablando de casi un millón y medio de animales”.