Sobre el festejo del Toro de la Vega y la perversión de la realidad

Desgraciadamente, y mira que hay cosas por las que podría ser portada de los medios, Tordesillas lleva siendo portada desde hace varios días por la celebración del Torneo del Toro de la Vega.

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La función, si es que este sustantivo es apropiado, en torno al Toro de la Vega se inició el pasado sábado en Madrid con la concentración convocada por los partidos animalistas  en contra del festejo tordesillano y al que acudieron 20.000 personas entre los que se encontraban actores o escritores. La actriz Enma Ozores, la escritora Rosa Montero, esas 20.000 personas y hasta Perico el de los Palotes están en su derecho, faltaría más, de manifestarse a favor o en contra de los que les apetezca. Pero ningún taurino, que se sepa, fue a increparles durante su acto ni se montó ningún conflicto.

Durante el día de ayer ya vimos lo que pasó; alrededor del festejo se organizó toda una batalla campal que terminó como el rosario de la aurora: heridos, campos y vehículos arrasados, etc. Lo deseable hubiera sido que los defensores de los derechos de los animales se hubieran quedado en su casa y no hubieran ido a Tordesillas a montar su fiesta alternativa. El festejo se habría celebrado normalmente guste más o menos y Tordesillas habría sido portada de telediarios por un torneo que a unos les parece arcaico y a otros una tradición que hay que respetar y proteger, habría tendido sus críticas y sus loas y la cosa hubiera quedado ahí. Pero no; tenían que ir allí a montar su espectáculo y a provocar. Así que de la batalla campal no se puede culpar en la misma medida a los unos y a los otros como están haciendo muchos medios de comunicación. Sólo Jesucristo ponía la otra mejilla y el resto de los mortales, imperfectos, suelen responder ante las provocaciones y los que ayer provocaron fueron los defensores de los derechos de los animales. Ni más ni menos.

Llegados a este punto y sin entrar a valorar en si pesa más la tradición que defienden lo unos o el maltrato que defienden los otros, ¿merece Álvaro Martín 'Portu' –vencedor del torneo- y los miles de aficionados que están a favor de la celebración del Toro de La Vega la calificación de ‘asesinos’? ¿Son entonces Álvaro Martín Portu y los miles de aficionados al torneo más, menos o igual de asesinos que los yihadistas que decapitan a seres humanos, los terroristas que asesinan mujeres y niños? Y si aplicamos la misma vara de medir que aplican los defensores de los animales… ¿merecen el calificativo de asesinos y torturadores los investigadores que experimentan con animales en los laboratorios? Luego pasa lo que pasa; se llevan las redes sociales, fiel reflejo de la sociedad, de insultos, amenazas, etc. y alguno tiene que borrar su perfil para que no le denuncien por apología de la violencia. Nos guste más o menos, señores animalistas, hay infinidad de matices que diferencian a un animal, en este caso un toro, de un ser humano. Y no es comparable la muerte de éste con la de una persona. Usar términos como el de ‘asesino’ para definir al que mata a un animal o desearle la misma muerte es como mínimo indigno. Aunque llegados a esta parte y a la tergiversación de la realidad, ya no sorprende nada.

Si los animalistas, ecologistas, verdes, rojos o amarillos quieren terminar con un festejo que consideran vergonzoso, tienen otras alternativas. El pasado 12 de septiembre, el Congreso de los Diputados admitió a trámite una proposición no de ley promovida por Izquierda Plural para instar al Gobierno a adoptar los mecanismos legales necesarios tendentes a la supresión inmediata del Torneo del Toro de la Vega, por considerarlo "una vergüenza, carente de valor cultural y tradicional", según el texto. Esa proposición se estudiará y veremos si pasa o no los filtros parlamentarios. El señor Pedro Sánchez, Secretario General del PSOE, se ha manifestado abiertamente en contra del Toro de la Vega y siendo bastante probable que ocupe la presidencia del Gobierno de España a finales del 2015 tendrá una buena oportunidad de hacer que lo que estime oportuno.

Por lo  pronto, la Comisión Europea ha dado, usando un símil taurino, una larga cambiada en relación con los festejos taurinos. “Las corridas de toros son una competencia de los Estados miembros. La Comisión ha sido interrogada muchas veces en el pasado sobre lo que pensamos sobre las corridas de toros, pero corresponde a los Estados miembros decidir", indicó un portavoz del Ejecutivo comunitario, Frédéric, en rueda de prensa al ser preguntado por el Toro de la Vega. Se nos abre el debate.

Todo parece indicar que el año que viene, nuevamente Tordesillas volverá a ser portada por este motivo. Qué pena.