La imagen de San Roque recorrió ayer las calles de varios municipios como Aldeamayor, Tudela y Viana

Un año más estamos en pleno desarrollo de los actos festivos con motivo de las Fiestas Patronales de San Roque en localidades de Tierra de Pinares como Aldeamayor, Tudela y Viana o en cientos de municipios a lo largo de toda la geografía nacional.

Celso Prieto Bermejo, O. Carm.

En la mañana de ayer, varios municipios de la comarca honraron a su patrón San Roque con las correspondientes misas y procesiones por sus calles. En la vorágine de ruidos, sentimientos, encuentros y actos lúdicos es bueno no dejar aparte la razón primera de la fiesta, eso que llaman la intencionalidad histórica: la conmemoración de la vida, ejemplo y santidad de nuestro patrono, SAN ROQUE.

Ya el año pasado el director de este periódico digital me invitó a pergeñar algunos datos sobre el origen de las fiestas patronales y una breve semblanza de San Roque, artículo que volvió a editarse en la edición de antes de ayer.

De nuevo este año Juanjo me pide algunas líneas para mantener viva la memoria y la razón de nuestras fiestas patronales. Este año el título escogido es: San Roque, Bocaccio, el Decamerón y la peste negra.

¿Cuál fue la razón de la universalidad y rapidez del culto a San Roque? Me parece que ya todos asociamos a San Roque con la peste, más aún la peste negra. Y si queremos saber por qué se extendió tan rápidamente su noticia, además de sus efectos, tendríamos que remontarnos a una de las obras clásicas del trecento italiano, El Decamerón (1351) de  Bocaccio, (1313-1375) que junto a la Divina Comedia de Dante (1321), y a la lirica del cancionero de Petrarca (1304-1374) componen la trilogía mágica de la literatura italiana del trecento. Esto facilitó la extensión en el mundo de la cultura del conocimiento de la tragedia apocalíptica que supuso la peste.

¿Qué es la peste negra? Aunque hoy está prácticamente erradicada, las últimas noticias son de 1920 en Hong Kong, esta enfermedad contagiosa ha sido el origen de grandes tragedias desde la edad media. Está causada por una de las cepas más arcanas de bacterias – bacilos que se conocen, anterior a las cepas de las gripes actuales. Esta bacteria es la Pasteurella Pestis, ahora llamada Yersinia Pestis, en honor del médico bacteriólogo francés, nacido en Suiza, Alexandre Yersin, descubridor en 1894  del bacilo de la peste bubónica.

Se manifestaba de tres formas principales: La peste bubónica, que se desarrollaba sobre todo en verano en climas cálido y la apariencia más evidente eran inflamaciones rosáceas y muy dolorosas que se llamaban bubas. La segunda forma clínica era la septicémica, de invasión general que llevaba inexorablemente a la muerte. Y la tercera era la pulmonar propia de climas fríos.

Aunque ya se conocía la Peste de Justiniano en el siglo VII, ésta aparece con toda su virulencia entre los años 1347-49 en Asia, se propaga por Samarcanda, llegando con las naves genovesas a diversos puertos del mediterráneo. Es letal también para los animales y parece que se propaga especialmente por las pulgas de roedores salvajes.

¿Qué significó la peste negra? En primer lugar una mortandad exagerada. Se calcula que entre 1348-50 murieron en Europa veinte millones de personas. En Montpellier, la patria de San Roque, morían quinientas personas al día. Pero terribles también fueron las consecuencias sociales, relacionales y psicológicas. Creó un clima tétrico de miedo, de angustia, de sospecha ante cualquier relación social. Y con ello los valores más universales se vinieron abajo como reacción a miedos irracionales.

El Decameron

Por eso citaba previamente el Decamerón de Boccaccio. en la jornada primera se dedica a describir todos estos efectos de la peste en la sociedad: “Digo, pues, que ya habían los años de la fructífera Encarnación del hijo de Dios llegado al numero de mil trescientos cuarenta y ocho cuando a la egregia ciudad de Florencia, nobilísima entre todas las otras ciudades de Italia, llegó la mortífera peste que o por obra de los cuerpos superiores o por nuestras acciones inicuas fue enviada sobre los mortales por la justa ira de Dios para nuestra corrección que había comenzado algunos años antes en las partes orientales privándolas de gran cantidad de vivientes…”       “… los ciudadanos desaparecen, cada uno se muestra indiferente a la suerte del vecino, los padres evitan visitar a los hijos, el tío ignora al sobrino,  el hermano a la hermana, y con frecuencia el marido escapa de la presencia de la esposa, que antes le había sido tan querida… y lo más difícil de creer, los padres y las madres se alejan de los propios  hijos como si les fueran extraños y los dejan morir sin procurarles la mínima ayuda…” ( Decamerón, Jornada  Primera)

La figura de san Roque en medio de este panorama desolador aparece años después como el hombre que refleja los valores que se han de esgrimir frente a la tragedia de la peste.  San Roque (nacido en Montpellier 1347/49 – muere en Voghera Italia el 16 de agosto 1376/79),

Modelo de caridad cristiana

El culto al santo aparece poco después de su muerte como modelo de caridad cristiana y protector  frente a la peste. Aunque no será canonizado oficialmente por la iglesia, en el año 1590 Gregorio XIV lo pone en la lista del martirologio cristiano. En 1629 Urbano VIII así lo reconoce y  pone bajo su protección a la ciudad de Roma contra las epidemias. Pero desde  el principio  los fieles cristianos lo reconocieron como santo y una de las primeras capillas en su honor se erigió en el año 1382 en Voghera.

Peregrino

Además es considerado como un peregrino. Así lo adorna la tradición iconográfica. Por  los datos que se conocen provenía de una familia noble y rica de su ciudad.  Ponerse en camino significaba desprenderse de tantas seguridades. Hoy nos es difícil comprender la mística de ponerse en camino hacia lugares considerados santos. Los palmeros iban a Jerusalén, los romeros a Roma y los peregrinos, per itenere, a Santiago. Pero todos ellos buscaban algo más, un proceso de cambio, de búsqueda, de entendimiento de la propia persona fruto de la nueva espiritualidad. Es la fascinación del hombre que camina por nuestras calles con la humildad de quien busca a Dios.

En su caminar hacia Roma se encuentra con la reiteración de oleadas de la peste en diversas ciudades. Su reacción siempre es la de ayudar al apestado, incluso poniendo en riesgo de su propia salud.

Personaje paradójico

Como señala Paolo Ascagni (Para el estudio crítico de la vida, figura y significado de San Roque remito al libro del periodista italiano Paolo Ascagni, San Rocco contro la malattia, storia di un taumaturgo; edizioni San Paolo, Milano,1997) es un personaje paradójico. Por una parte los nobles lo consideraban uno de los suyos, un hombre culto, de clase pero incómodo, renunciar a la riqueza es un gesto que los evidencia. Los pobres y humildes lo ven como su valedor frente a la desgracia y la enfermedad. En la figura de san Roque confluyen esta combinación de un elemento subversivo y otro elemento asegurador y de consuelo que le hace cercano y aceptable para cualquier estrato social.

El Taumaturgo

Finalmente San Roque es visto como el hombre de los milagros en situaciones límite de enfermedad y de muerte. Esta visión no debe apartarnos del desafío de nuestro mundo actual. No será la peste, pero si otras muchas plagas que la devoción a san Roque nos debe hacer ver hoy en nuestras calles. Solo hay que ponerse los hábitos de peregrino y ponerse en camino. Tal vez hasta nosotros hagamos milagros hoy.

Para estos tiempos de Internet recomiendo el estudio completo en la siguiente página, http://it.wikipedia.org/wiki/Rocco_di_Montpellier#La_vita

Felices Fiestas de San Roque 2013. Que el santo nos proteja con su capa peregrina.