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PALABRAS, OBRAS Y MEMORIA. POR RAFAEL VELASCO, COORDINADOR PROVICIAL DE C’S EN VALLADOLID

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“Muchos llaman a IPAE la franquicia del PP en Arroyo, pero a la vista de los comportamientos, y las instrucciones que parece seguir la dirección provincial de los populares, ¿no les parece más propio llamar al PP la franquicia de IPAE en Valladolid?”

Rafael Velasco. 

Pueblosycomarcas.com

Hoy vengo a contarles una curiosa historia, de acontecimientos que, analizados de manera independiente, pueden levantar alguna suspicacia en el lector, pero que vistos en conjunto, denotan una clara línea de actuación y patrones de comportamiento tipo que requieren poca explicación. Comencemos: hace ocho años el alcalde que había estado gobernando Arroyo bajo las siglas del PP decidió escindirse y montar un partido nuevo, Independientes por Arroyo -IPAE- para presentarse a las elecciones municipales de 2007. El señor Méndez y el PP escenificaron en los medios un desencuentro lleno de reproches mutuos y acusaciones. Tras esas elecciones, el reparto de concejales que depararon las urnas fue 6 IPAE, 4 PP y 3 PSOE. Ante las sospechas de corrupción que ya entonces recaían sobre IPAE, el PSOE puso públicamente a disposición del PP sus concejales e invitó a gobernar a los populares. El PP declinó ese ofrecimiento y permitió a los independientes de Méndez gobernar en minoría.

La minoría duró cuatro años, y en las elecciones de 2011 IPAE consiguió mayoría absoluta. Y, de aquellas lluvias que eran las sospechas de 2007, vinieron los barros del caso Arroyo y una condena a Méndez por cohecho y prevaricación de tres años de cárcel y dieciséis de inhabilitación. Corría el año 2013, el alcalde recurrió al Supremo y mientras tanto continuó sentándose en el sillón municipal. Ante esta situación, el PSOE de Arroyo, en 2014, presentó una moción para solicitar que el alcalde inhabilitado dejase el cargo. La moción fue rechazada con los votos de IPAE y la abstención del PP. El partido de la gaviota seguía mirando para otro lado cuando se hablaba de corrupción. Bien es verdad que había pasado de colaborador necesario, cuando IPAE estaba en minoría, a cándido cómplice inocente. Con IPAE en mayoría, no hacía falta que se enfangara.

La historia sigue, y la asociación de vecinos Siglo XXI, que metió al alcalde corrupto en la cárcel, presentó una nueva demanda: esta vez contra los concejales que rechazaron aquella moción del PSOE y permitieron que un condenado por corrupción se sentase a dirigir un ayuntamiento con quince millones de euros de presupuesto. El mismo abogado que defendió al alcalde en la causa que perdió, Gómez de Liaño, fue el elegido para defender a los concejales de IPAE en esta nueva causa. En esta ocasión, la causa es sobreseída debido a la existencia de un informe del secretario municipal que indica que es legal la permanencia del condenado mientras no se resuelva el recurso ante el Tribunal Supremo.

Llega mayo de 2015, y con él nuevas elecciones municipales. Sisepa y Ciudadanos se incorporan al ayuntamiento, y una de las primeras mociones que presenta Sisepa es la solicitud de que se retiren las placas conmemorativas y el retrato del alcalde condenado que está colgado en la casa consistorial, en una versión moderna de lo que los romanos llamaban “damnatio memoriae”, y que, si mi memoria no me engaña, cayó sobre Nerón, Calígula y Domiciano. En fin, volvamos al presente: ante la situación de minoría en la que se volvía a encontrarse IPAE, el PP volvió a resurgir como el amigo que es, el colaborador necesario, y la moción fue rechazada con los votos unidos de PP e IPAE.

Desde entonces el voto de ambos partidos ha sido único, en un acuerdo tácito que no necesita luces ni taquígrafos, porque es palmario, tanto en los plenos como en los consejos de la empresa pública municipal, la herramienta usada durante años para el amiguismo, el reparto de favores y el clientelismo, palabras muy en boga hoy en día.

Estos días hemos asistido al penúltimo acto de esta fraternidad: IPAE y PP han decidido, con el voto en contra de Sisepa, C´s y el PSOE, que los arroyanos paguen la factura del abogado que defendió a los concejales que tomaron la decisión de mantener al alcalde en su cargo. Una factura que cuadriplica los baremos recomendados por el colegio de abogados de Castilla y León, y que no sólo incluye los trabajos de defensa, sino también los desplazamientos desde Madrid. Ahí los arroyanos hemos tenido suerte: con los abogados que hay por el mundo, han ido a buscarlo a Madrid. Si llaman a Perry Mason nos iba a salir por un pico en dietas.

Termino con dos reflexiones.

Muchos llaman a IPAE la franquicia del PP en Arroyo, pero a la vista de los comportamientos, y las instrucciones que parece seguir la dirección provincial de los populares, ¿no les parece más propio llamar al PP la franquicia de IPAE en Valladolid?

Mi segunda reflexión es relativa a los días que se nos avecinan. Días en los que nos volverán a bombardear con palabrería. Comenzará el bombardeo mediático de intenciones y buenos propósitos y a muchos se les llenará la boca con términos como “transparencia” o “lucha contra la corrupción”. Otra, que por cierto no me gusta nada, es la expresión “tolerancia cero”. Pues bien, permítanme un consejo: a mí no me queda otra que formar parte de la situación política que viene, porque para eso tomé la decisión de subirme al barco de Ciudadanos, pero… ¿ustedes?

Háganme caso: no escuchen la charlatanería. Miren las obras. Tienen suficientes elementos de juicio ya para tomar su decisión. Ahorrarán tiempo y serán más felices. 

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